El 17 de octubre de 1979, la Madre Teresa de
Calcuta recibió el Premio Nobel de la Paz como reconocimiento a su ayuda
humanitaria y obra en favor de los más pobres entre los pobres.
Según indica el sitio web oficial del Premio Nobel, el comité que en
1979 otorgó el galardón a la fundadora de las Misioneras de la Caridad tuvo en
especial consideración “el espíritu que ha
inspirado sus actividades y que es una expresión tangible de su actitud
personal y sus cualidades humanas”.
“A los ojos del Comité Noruego del Nobel, los
esfuerzos constructivos para acabar con el hambre y la pobreza y para
garantizar a la humanidad una comunidad mundial más segura y mejor en la cual
desarrollarse deben ser inspirados por el espíritu de la Madre Teresa, por el
respeto del valor y la dignidad de cada ser humano”, afirmaron.
Santa Teresa de Calcuta no quiso que se realizara el tradicional
banquete para honrar a los ganadores y pidió que el dinero que se utilizaría
para este evento (unos 192 mil dólares) fuera donado a las obras de caridad en
favor de los pobres.
La agencia EFE indicó que el pueblo noruego donó más de 360 mil coronas
noruegas (más de 44 mil dólares) a las Misioneras de la Caridad.
La ceremonia de premiación se realizó el 10 de diciembre de 1979. La
religiosa recibió el galardón de manos del rey Olaf V de Noruega.
1979, Madre Teresa de Calcuta recibe el Premio Nobel
de La Paz por su ejemplo de amor a los más pobres entre los pobres. #MujeresHistoricas
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— Iñaki FC
(@eneko_fc) 25 de abril de
2017
Junto con el diploma, se le entregó a la religiosa una medalla y unas
800 mil coronas noruegas (más de 98,300 mil dólares).
En su discurso al recibir el Premio Nobel de la Paz en 1979, la santa
agradeció a Dios “por el regalo de la paz, que nos
recuerda que hemos sido creados para vivir en esa paz, y que Jesús se hizo
hombre para traernos esa buena noticia a los pobres”.
También afirmó que “el más grande destructor
de la paz es el aborto”, porque “si una madre puede matar a su propio hijo,
¿qué falta para que yo te mate a ti y tú me mates a mí? No hay nada en el
medio”.
Respecto a la labor de las Misioneras de Caridad, la Madre Teresa aclaró
que “no somos trabajadoras sociales. Podemos estar
haciendo trabajo social a los ojos de la gente”, sin embargo, “somos verdaderas contemplativas en el corazón del mundo,
porque no dejamos de tocar el Cuerpo de Cristo las 24 horas. Mantenemos 24
horas de esta presencia, y eso tú y yo”.
“Y así estoy yo aquí hablando con ustedes, quiero
que encuentren a los pobres aquí, antes que en ningún otro sitio, en su propia
casa. Y comenzar a amar allí. Sean la buena noticia para su propia gente. Y
entérense sobre la situación del vecino de su casa. ¿Saben quiénes son?”, prosiguió.
“Creo que en nuestras familias no necesitamos
bombas y armas de fuego para destruir la paz, sino vivir unidos, amándonos unos
a otros, traer esa paz, esa alegría, esa fortaleza de la presencia de cada uno
de nosotros en el hogar. Y entonces seremos capaces de superar todo el mal que
hay en el mundo”, manifestó la religiosa.
POR MARÍA XIMENA
RONDÓN | ACI Prensa
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