El padre Dermine, con 25 años de
experiencia, lamenta que se subestimen las tentaciones.
El domínico François Dermine tiene una experiencia
de 25 años como exorcista.
El padre
domínico François-Marie Dermine
es un veterano exorcista con una larga trayectoria en la diócesis italiana de
Ancona. En estos últimos 25 años este doctor en Teología y profesor de en la
Facultad Teológica de Emilia-Romaña se ha enfrentado a numerosos casos de todo
tipo. Desde posesiones a personas que sufrían algún tipo de problema psíquico.
Por ello,
en el curso que se ha realizado en Roma
sobre exorcismos y oraciones de liberación que ha reunido a más de 240
personas en el Ateneo Regina Apostolorum, el padre Dermine ha impartido una
conferencia sobre cómo es la vida de un exorcista.
MÁS
ATENCIÓN A LA TENTACIÓN
En una
entrevista con Catholic News Agency,
este domínico alerta de la actividad demoníaca más significativa. Acostumbrados
por el cine a relacionar al demonio con las posesiones, este exorcista indicó que tal y como aparece ya en la propia Escritura es
la tentación la que más se da y a la que hay que prestar mucha atención para no
acabar sucumbiendo a ella.
“La manifestación más común de lo demoníaco es la tentación, que es
mucho más significativa que la posesión”, recalcó
este exorcista, que explicó que la posesión no es una amenaza espiritual
similar a la tentación. Aclara que las personas que han sido poseídas pueden en
realidad hacer un “progreso espiritual
extraordinaria” y ser santas.
LOS
PELIGROS PARA EL ALMA
Este
domínico afirma que esto se explica por el hecho de que la posesión
demoníaca del cuerpo de una persona puede ocurrir sin el conocimiento o
consentimiento de la persona. La
posesión en sí misma y por sí misma, afirma este exorcista, no hace que la
víctima sea moralmente culpable.
Sin
embargo, el padre Dermine pide “subestimar el significado de la tentación”. A su juicio, “no es
tan espectacular, pero es mucho más peligroso para el alma” debido a que
es inmensamente más frecuente.
“Resistir la tentación es simple, aunque no siempre fácil”, agrega.
Por ello, recomienda “evitar las ocasiones de
tentación, por supuesto, y debes tener una vida cristiana y espiritual. Debes
orar, debes tratar de comportarte correctamente y amar a las personas que
conoces todos los días y a las personas con las que vives”.
LA
OPRESIÓN, LA ACCIÓN EXTRAORDINARIA MÁS COMÚN
Sin
embargo, el exorcista de Ancona señala
que la siguiente forma de actividad demoníaca más común es la opresión,
donde a veces las personas pueden tener muchos problemas, también de salud o
naturaleza familiar que no pueden explicarse por causas naturales.
En estos
casos de opresión se puede necesitar la ayuda de un exorcista. “Esta es la acción
extraordinaria más común del diablo,
mientras que la tentación se considera una acción demoníaca ordinaria”,
afirma François-Marie Dermine.
Aún así,
este exorcista indicó que las personas no deben llegar a la conclusión
inmediata de que los problemas físicos o los sufrimientos son el resultado de
una opresión demoníaca, pues con mucha
mayor frecuencia esto se puede explicar con causas naturales.
Por ello,
el padre Dermine recuerda que hay que acudir al exorcista únicamente después de haber visitado a un médico o un
psicólogo y no se ha encontrado una explicación natural.
ALGUNOS
ERRORES DE LOS EXORCISTAS
Durante
su conferencia en el curso impartido en Roma abordó algunos de los errores que pueden cometer los exorcistas
como confundir carismas sobrenaturales que provienen de Dios con
manifestaciones sobrenaturales que vienen del demonio.
“Tenemos una naturaleza humana y no podemos saber cosas sin aprender a
través de nuestros sentidos. Dios nos
creó para operar de cierta manera. Si tienes percepciones extrasensoriales y no
están destinadas a ayudar o provocar un resultado espiritual, entonces no
pueden venir de Dios”, advirtió.
Estas figuras son denominadas actualmente como “mediums”
y para aquellos que acuden a ellos pueden ser “causa
de muchos problemas”.
EL
PROBLEMA DE LA PÉRDIDA DE FE EN EL SENO DE LA IGLESIA
Este
mismo exorcista ya había advertido también que ahora se tarda más tiempo y más
sesiones para conseguir la liberación de una persona que en el pasado. Algunos
de los motivos que cita son los siguientes: la alta difusión de las actitudes ateas en la sociedad en general; la
reducción de la fe a un concepto meramente intelectual; una creciente falta de
creencia en el demonio incluso en el seno de la Iglesia, incluyendo a sacerdotes
y obispos.
“Creo que la razón de esto es que nuestra sociedad se está volviendo más
y más atea, la gente está abandonando la oración y los sacramentos, así que hay
menos defensas contra el diablo”, agregó. Otro factor “anormal”
es la falta de fe dentro de la misma Iglesia, porque durante un
exorcismo, “el exorcista reza en nombre de la
Iglesia”.
Y es que
explicaba que “si dentro de la Iglesia tienes el
clero y también un cierto número de obispo que no creen en el diablo o sus
acciones, entonces el exorcista se ve
privado del poder de la oración de la Iglesia”.
En su
opinión, “nuestra fe se
está volviendo más y más intelectual. Tenemos que informar a la persona,
tenemos que instruirla con el Catecismo, es muy importante. Yo mismo soy dominico, soy teólogo moral, enseño
Teología, creo en la formación, pero los problemas no se pueden resolver sólo a
través de la información”. Dermine considera que la fe es sobre todo “un misterio de salvación, tenemos que ser salvados de
algo, de alguien, y este alguien también es el diablo”.
J.L. / ReL
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