viernes, 17 de mayo de 2019

EXISTEN PELIGROS OCULTOS AL PRACTICAR YOGA, ASEGURA BLOGUERA CATÓLICA


La bloguera católica Jenny Uebbing explicó que no es posible practicar el yoga fuera de la espiritualidad hinduista, y que esta disciplina contiene “peligros potenciales” e “inherentes”.
“El P. Michael me preguntó si realmente creía que mis intenciones podían despojar el significado inherente de una cosa. Hizo la analogía de ir a la Misa como un no creyente, imitando las posturas de genuflexión o haciendo el signo de la cruz ‘¿Cambiaría lo que estaba sucediendo en el altar? ¿No existe allí alguna realidad espiritual, sea o no reconocida por el no creyente?’”, cuestionó Uebbing en su blog Mama needs coffeede CNA, agencia en inglés del Grupo ACI.
En ese sentido, el sacerdote dedicado al ministerio de liberación, le indicó a la bloguera que “no se puede alterar el significado intrínseco de algo simplemente por querer que sea diferente” y le recordó que “no había tal cosa como yoga no espiritual”.
“Nuestros cuerpos físicos expresan realidades espirituales, algo que está en el corazón del mensaje de la Teología del Cuerpo de San Juan Pablo II”, acotó el presbítero.
EL YOGA PERJUDICANDO LA ESPIRITUALIDAD
En su blog, la escritora decidió denunciar lo perjudicial que puede llegar a ser el yoga, luego de vivir una experiencia que marcó su vida y la llevó a acercarse al P. Michael en busca de consejo.
Uebbing aseguró que es necesario hacer una advertencia a personas que, como ella, “nunca tuvieron la intención de adorar a dioses falsos o poner nada en sus corazones aparte de Jesús, y todavía hoy siguen siendo perjudicados por eso”.
Luego de haber practicado yoga durante varios años “de una forma casual y sin adentrarse en la espiritualidad oriental”, la autora reveló que un día, cuando estudiaba en la Universidad de Colorado, participó de una clase de yoga en la que presenció “un elemento malévolo”.
“Cuando el instructor hacía poses y recitaba meditaciones, estaba adorando alguna cosa. Y no era Dios”, dijo Uebbing, a pesar de que en ese tiempo no era católica practicante.
Años después, durante una sesión de liberación presidida por el P. Michael, este le dijo que observaba en ella “un espíritu afligido con algún tipo de afiliación con la espiritualidad oriental, algún tipo de maldición asociada con el yoga”.
“Y así, en el nombre de Jesús, lo hicimos. Renunciamos a cualquier apego y rompimos cualquier maldición que rodeaba ese encuentro, y hubo una ligereza inmediata y perceptiva en la atmósfera de la iglesia donde estábamos orando. Incluso mi marido, sentado a mi lado, y los miembros del equipo de oración sentados en sillas a cada lado de nosotros, podían percibirlo. El padre me sonrió y asintió con la cabeza, ‘eso era algo grande’”, contó Uebbing.
Al salir del lugar, el sacerdote le explicó que “cuando hay peligros espirituales presentes, siempre existe el riesgo de verse afectado por algún tipo de apertura. El enemigo está rondando como un león rugiente”.
YOGA E HINDUISMO
Uebbing explicó que, históricamente, el yoga se considera una disciplina espiritual hinduista, sobre todo, porque esta religión “popularizó la práctica y la considera suya, siendo expresión de culto de varias deidades”.
“Hay algunas diferencias fundamentales entre el hinduismo y el cristianismo. Vamos a centrarnos en los grandes. Las diferencias más básicas son el politeísmo (muchos dioses) contra el monoteísmo (un solo Dios); y la aniquilación del yo para la búsqueda de la ‘unidad con la creación’ contrapuesta a un Dios que se aniquiló a sí mismo para entregarse plenamente a sus criaturas”.
La bloguera indicó que practicar yoga, siendo católico, “no es tratar de integrar una hermosa tradición cultural o forma de arte en el culto”, sino “que significa la adoración de otros dioses. Y existe un solo Dios”.
“Él es el Dios de Isaac y Abraham y su Hijo unigénito es Jesucristo. Practicar otra forma de adoración es romper el Primer Mandamiento”, agregó.
LA POSTURA DE LA IGLESIA
Uebbing detalló que la Iglesia Católica considera al yoga como parte de la espiritualidad de la Nueva Era o New Age.
Asimismo, recomendó un documento del Pontificio Consejo para la Cultura y el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso: Jesucristo portador del agua de la vida, que estuvo bajo el “reloj” del entonces Cardenal Joseph Ratzinger, ahora Papa emérito Benedicto XVI.
En el documento, en la sección 2.1, se indica que “entre las tradiciones que confluyen en la Nueva Era pueden contarse: las antiguas prácticas ocultas de Egipto, la cábala, el gnosticismo cristiano primitivo, el sufismo, las tradiciones de los druidas, el cristianismo celta, la alquimia medieval, el hermetismo renacentista, el budismo zen, el yoga, etc.”.
Y nuevamente la sección 2.3.4. detalla que el yoga, el zen, la meditación trascendental y los ejercicios tántricos conducen a una experiencia de plenitud del yo o iluminación”.
Finalmente, Uebbing afirmó haber leído varios comentarios (algunos más confiables que otros) atribuidos al fallecido exorcista de la diócesis de Roma, P. Gabriele Amorth, donde él es explícito en la identificación del yoga con la actividad demoníaca.
“He leído el citado documento del Vaticano y he descubierto un puñado de otras fuentes, incluyendo este documento del Vaticano de 1989: Carta a los Obispos sobre algunos aspectos de la Meditación Cristiana, que menciona el yoga en una nota final”, concluyó.
Redacción ACI Prensa

PAPA FRANCISCO: NI MIL CURSOS DE YOGA TE DARÁN LA LIBERTAD DE HIJO DE DIOS
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El Papa Francisco celebró este viernes su segunda Misa de 2015 en la capilla de la Casa Santa Marta, donde habló de la acción del Espíritu Santo en el hombre y de los motivos que hacen que una persona se encierre en sí misma, como las experiencias dolorosas, pero también el orgullo y la vanidad; circunstancias que son disipadas cuando la persona se abre al amor de Dios, que lo hace libre.
El Pontífice denunció que el yoga jamás podrá enseñar a un corazón a “sentir” la paternidad de Dios, ni un curso de espiritualidad zen lo volverá más libre para amar ya que este poder sólo lo tiene el Espíritu Santo.
“¿Quién nos enseña a amar? ¿Quién nos libera de esta dureza? Tú puedes hacer mil cursos de catequesis, mil cursos de espiritualidad, mil cursos de yoga, zen y todas estas cosas. Pero todo esto jamás será capaz de darte la libertad de hijo. Es sólo el Espíritu Santo quien mueve tu corazón para decir ‘Padre’. Sólo el Espíritu Santo es capaz de disipar, de romper esta dureza del corazón y hacer un corazón… ¿blando?… No sé, no me gusta la palabra… ‘Dócil’. Dócil al Señor. Dócil a la libertad del amor”, afirmó.
El Papa meditó el episodio del Evangelio de Marcos sobre la multiplicación de los panes y de los peces en el que los discípulos se asustan al ver a Jesús que camina hacia ellos sobre el agua. El Papa aclaró que los apóstoles no comprendieron el milagro de los panes porque “su corazón estaba endurecido”.
Cree que “un corazón puede ser de piedra por muchos motivos”, como por “experiencias dolorosas”. En la Escritura les sucede a varios: Los discípulos de Emaús, temerosos de hacerse ilusiones “otra vez”, o a  Tomás. El Pontífice también indicó que “otro motivo que endurece el corazón es la cerrazón en sí mismo”.
A este respecto señaló que se trata de “hacer un mundo en sí mismo, cerrado”. “En sí mismo, en su comunidad o en su parroquia, pero siempre cerrazón. Y la cerrazón puede girar en torno a muchas cosas: pensemos en el orgullo, en la suficiencia, pensar que yo soy mejor que los demás, también en la vanidad, ¿no?”
El Papa dijo que también “existen el hombre y la mujer espejo, que están encerrados en sí mismos para verse a sí mismo continuamente, ¿no? Estos narcisistas religiosos, ¿no? Tienen el corazón duro, porque están cerrados, no están abiertos. Y tratan de defenderse con estos muros que crean a su alrededor”.
Pero también está quien se atrinchera detrás de la ley, aferrándose a la “letra” a lo que establecen los mandamientos. Aquí lo que endurece el corazón es un problema de “falta de seguridad”, dijo el Papa.
Para Francisco, quien busca solidez en lo que dicta la ley está seguro como “un hombre o una mujer en la celda de una cárcel detrás de los barrotes: Es una seguridad sin libertad”. Es decir, lo opuesto de lo que “vino a traernos Jesús, la libertad”.
A su vez, “el corazón, cuando se endurece, no es libre y si no es libre es porque no ama”. 
“El amor perfecto disipa el temor: En el amor no hay temor, porque el temor supone un castigo y quien teme no es perfecto en el amor. No es libre. Siempre tiene temor de que suceda algo doloroso, triste. Que me vaya mal en la vida o que ponga en peligro mi salvación eterna… Tantas imaginaciones porque no ama. Quien no ama no es libre. Y su corazón estaba endurecido, porque aún no habían aprendido a amar”, señaló el Papa, para luego asegurar que solo el Espíritu Santo es capaz de romper la dureza del corazón y hacerlo dócil al Señor.
POR ÁLVARO DE JUANA | ACI Prensa/EWTN Noticias

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