Aunque las representaciones de posesiones
demoníacas al estilo Hollywood pueden parecer la forma en la que el demonio se
manifiesta usualmente, un exorcista dominico advirtió que la mayor amenaza y la
más común para la salvación de una persona es la tentación de pecar.
“La manifestación más común de lo demoníaco es la
tentación, que es mucho más significativa que la posesión”, dijo el P. Francois Dermine a CNA –agencia en inglés del Grupo ACI– el
10 de mayo.
El sacerdote, exorcista por más de 25 años, explicó que la posesión no
es una amenaza espiritual similar a la tentación, y es que una persona que ha
sido poseída por el demonio todavía puede hacer un “progreso
espiritual extraordinario” e incluso podría ser un día santa.
Esto se debe a que la posesión demoníaca del cuerpo de una persona
ocurre sin el conocimiento o consentimiento de la persona. La posesión en sí
misma y por sí misma no hace que la víctima sea moralmente culpable, explicó.
“No debemos subestimar el significado de la
tentación. No es tan espectacular como la posesión, pero es mucho más peligroso
(para el alma)”, aseguró el P. Dermine.
En ese contexto, dijo que “resistir la
tentación es simple, aunque no siempre fácil”.
“Debes evitar las ocasiones de tentación, por
supuesto, y debes tener una vida cristiana y espiritual. Debes orar, debes
tratar de comportarte correctamente y amar a las personas que conoces todos los
días y a las personas con las que vives”, añadió.
OTRA ACTIVIDAD DEMONÍACA
COMÚN
El P. Dermine dijo que la siguiente forma de actividad demoníaca más
común es la opresión. A veces, las personas pueden tener muchos problemas, a
menudo de salud, negocios o naturaleza familiar, que no pueden explicarse por
causas naturales.
Si la causa se considera una opresión demoníaca, estos problemas se
denominan “sobrenaturales” y pueden requerir
la asistencia de un exorcista.
“Esta es la acción extraordinaria más común del
diablo, mientras que la tentación se considera una acción demoníaca ordinaria”,
dijo el P. Dermine.
No obstante, el exorcista advirtió que las personas no deberían concluir
inmediatamente que los problemas físicos o el sufrimiento son el resultado de
la opresión demoníaca, porque las causas naturales suelen explicarlo con mayor
frecuencia.
En ese sentido, dijo que se puede visitar a un exorcista únicamente si
alguien ha visitado a un médico o un psicólogo y no se puede encontrar una
explicación natural.
El P. Dermine, que es francés canadiense, vivía en Italia desde poco
antes de su ordenación sacerdotal en 1979. Es exorcista desde 1994 y es miembro
de la Arquidiócesis Ancona-Osimo, en Italia.
El sacerdote expuso sobre la vida de un exorcista durante el 14° curso
sobre exorcismo y oraciones de liberación organizado por la Universidad
Pontificia Ateneo Regina Apostolorum y GRIS
(Grupo de Información e Investigación Socio-Religiosa).
El curso de una semana, que finalizó el 10 de mayo, estuvo destinado a
proporcionar una formación general a sacerdotes y laicos sobre qué es el
exorcismo y temas relacionados.
El P. Dermine dijo que muchos de los laicos que asistieron al curso fue
por petición de su obispo, para que puedan aprender cómo apoyar y ayudar a los
sacerdotes que realizan exorcismos.
ACTIVIDADES DEMONÍACAS
VS CARISMAS SOBRENATURALES
En su conferencia el sacerdote también abordó algunos de los errores
comunes que cometen los exorcistas, como confundir las manifestaciones
sobrenaturales (demoníacas) con los carismas sobrenaturales que provienen de
Dios.
“Tenemos una naturaleza humana y no podemos saber
cosas sin aprender a través de nuestros sentidos. Dios nos creó para operar de
cierta manera. Si tienes percepciones extrasensoriales y cosas como ésta, y no
están destinadas a ayudar o provocar un resultado espiritual, entonces no
pueden venir de Dios”, advirtió.
Las personas con estas percepciones a menudo se describen como “médiums” en la cultura secular.
Estos tipos de sensaciones o manifestaciones sobrenaturales pueden ser “causa de muchos problemas” para las personas, por
lo que necesitarán la ayuda de un exorcista, dijo el P. Dermine.
Traducido y adaptado por Diego López
Marina. Publicado originalmente en CNA.
Redacción ACI
Prensa
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