5 ideas para
actualizar tu Currículum.
Por: Sebastian Campos | Fuente: catholic-link.
El mundo laboral cada vez es
un ambiente más exigente, más complejo y muchas veces excluyente para quienes
no se presentan bien y no logran demostrar sus capacidades y competencias al momento de
presentarse. Por eso siempre es importante tener un buen Currículum Vitae (CV).
Pero los católicos muchas veces
dividimos nuestra vida en dos al momento de presentarnos a un trabajo. Como si
nuestra identidad espiritual no tuviera nada que ver. Nosotros sabemos
que tiene todo que ver. Nuestra relación con Dios y la forma en que vivimos
nuestra fe determina el tipo de trabajadores que podemos llegar a ser y no
podemos reducirla a un dato anexo al final de nuestro CV que indica que hacemos
algún apostolado como si se tratara de una actividad extraprogramática
cualquiera, cuando sabemos que nuestra
vida gira en torno a esto: servir a Dios. Entonces, ¿por
qué dejarlo al final y no darle la relevancia que realmente tiene?
Al mismo tiempo, muchas de nuestras características profesionales,
nuestra experiencia laboral y nuestra preparación académica siempre caminan
pisando los bordes de la falsa humildad o del orgullo desmedido. O por el
contrario, para no caer en la vanidad y la soberbia enterramos nuestros
talentos.
Queremos proponerte algunas ideas para que las
consideres al momento de explicar quién eres, específicamente cuando tengas que
actualizar (o redactar por primera vez) tu CV.
1. HUMILDAD ES HABLAR CON LA VERDAD
Que no te pase que, por ser humilde, escondas tus talentos y aptitudes
reales. Es un sano temor el esquivar las flechas que nos lanza el enemigo, esas
mismas que dieron en el corazón de Adán y Eva y que los hicieron creerse más de
lo que realmente eran; o las que golpearon a nuestros atormentados amigos de
Babel, con su torre gigantesca.
No es necesario que “infles” con fantasía y datos imprecisos tu
Currículum, pero sé sincero: si hay cosas que haces bien, es necesario que las
menciones; y si tu
caso es que eres excepcionalmente bueno en ellas, pues con mayor razón haz
referencia a ellas. En este caso, es buena idea dar datos objetivos o poner
referencias que avalen lo que dices. Puede ser algún dato estadístico como por
ejemplo: «Fui responsable del área inventarios de
la empresa, y en mi tiempo a cargo las pérdidas de productos se redujeron en un
80%» o bien dejar el contacto de tu antiguo jefe, a fin de que, en caso
de dudas, puedan confirmar la información que das.
2. REFIÉRETE A LO EXTRA LABORAL
Es probable que haya muchos profesionales titulados en tu misma
especialidad; hoy sufrimos de la crisis de los “cesantes
ilustrados”, personas con preparación profesional y altamente
capacitados, pero sin trabajo pues hay muchos de ellos. Haz la diferencia hablando de aquello que te hace diferente, y si en tu
caso es la fe, mucho mejor. Quizás tengas un temor natural, pues tu contraparte
puede ser un empleador agnóstico o ateo, el cual se va a espantar al leer que
además de trabajar haces apostolado. No temas, tu apostolado también
dice muchas cosas de ti que a un empleador le interesan como tu compromiso, tu
lealtad o tu capacidad de trabajar con gente, entre otros.
Por eso es importante que les
des a conocer aquellas cosas que haces además de trabajar. Si participas de un
voluntariado, si haces deporte, si formas parte de una comunidad vecinal, si
eres artista o en nuestro caso, si haces apostolado; deja un espacio dentro de tu
CV para referirte a ello, pues eso te convierte en un candidato diferente y
quizás en el indicado para el puesto.
3. HAZLES SABER QUÉ BUSCAS EN LA VIDA
San Ignacio de Loyola enseña en sus Ejercicios Espirituales que tenemos
un “principio y
fundamento”, en el cual se
describe para qué hemos sido creados y qué cosas nos ayudan a alcanzar ese fin.
«El hombre es criado para alabar, hacer reverencia
y servir a Dios nuestro Señor y, mediante esto, salvar su ánima; y las otras
cosas sobre la haz de la tierra son criadas para el hombre, y para que le
ayuden en la prosecución del fin para que es criado. De donde se sigue, que el
hombre tanto ha de usar dellas, cuanto le ayudan para su fin, y tanto debe
quitarse dellas, cuanto para ello le impiden» (EE23).
No es sencilla la tarea, pues antes de decirles a los demás qué buscamos
en la vida debemos averiguarlo nosotros mismos. Al mismo tiempo, el trabajo remunerado en nuestra América Latina muchas
veces, por sus precarias condiciones, es más un medio de sustento que un medio
para realizarse personalmente. No obstante, si tienes la oportunidad de buscar
un empleo y postular a uno que te ayuda a aquello para lo que fuiste creado, es
necesario que lo manifiestes explícitamente: «Este trabajo no solo me da
dinero, sino que me ayuda a realizarme como persona y alcanzar el fin para el
que fui creado» (bueno, puedes utilizar otras palabras…). Te aseguro que si un
empleador lee algo así, te considerará porque tu motivación es mayor.
4. TU VIDA DE FE NO ES UN QUISTE ANEXO A TU VIDA QUE NO FORMA PARTE DE TI
Cuando buscamos trabajo, la tentación es mantener toda nuestra
“experiencia pastoral” como si fuera algo que realmente no pertenece a
nosotros, como si fuera un quiste absolutamente prescindible, el cual no nos
define profesionalmente y, por lo tanto, puede ser extraído a voluntad.
Aquellos más osados dejan un espacio de “anexos” u
“otros datos” en donde, utilizando el
formato que tiene la gran mayoría de los CV de contenido duro (fechas, años,
lugares y experiencias concretas que han tenido…) agregan, con algo de temor,
datos como: «Catequista en la parroquia San Juan
Evangelista, desde el 2010 al presente». Información así parece no
ayudar a describirte como un profesional competente, incluso es como si restara
valor profesional.
La verdad es otra. Para muchos
de nosotros, nuestros apostolados son fundamentales en la vida y, de hecho, nos
definen como profesionales. Al mismo tiempo, muchos empleadores prefieren
profesionales así, con valores, con capacidad de comprometerse e incluso,
dispuestos a colaborar en una tarea importante sin esperar una recompensa,
tal y como lo hacemos en la Iglesia. No se trata de ofrecerte para trabajar
gratis, sino de mostrar que tu compromiso con aquello que consideras importante
(como la fe y tu trabajo) es algo real y te caracteriza como profesional. Por
lo tanto, haz referencia a ello sin temor, que sepan que tu tiempo libre lo
ofreces por algo más grande que tú mismo y que tu motivación es el amor.
5. QUE SEPAN QUIÉN ERES, PERO EN EL ORDEN CORRECTO DE PRIORIDADES
Es diferente estar “casado” a ser “esposo”. Es diferente “tener
un hijo” a “ser padre”. Aunque ambas
afirmaciones describen una misma realidad, expresan la forma en la que tú vives
eso que es tan propio de ti. Lo mismo
ocurre con aquello que escoges para comenzar a describirte. Decir de ti:
«Arquitecto con una maestría en rocas espaciales, casado y padre de dos hijos”
es completamente diferente a decir “Esposo y padre,
dedicado a la arquitectura con una maestría en rocas espaciales».
Pregúntate a ti mismo quién
eres, qué es lo más relevante que describe tu identidad. ¿Tu profesión? ¿Tu familia? ¿Tus habilidades sociales?
¿Tus post grados?
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