miércoles, 5 de septiembre de 2018

AUSTERIDAD Y ECOLOGÍA


Austeridad es usar lo que se tiene a la mano sin gastar recursos en lo que no se necesita, sino en mejorar la situación actual. La vida austera tiene una repercusión en la vida armoniosa con el entorno natural. El hombre austero puede tener una vida plena y comprometida con el cuidado del medio ambiente.

LA AUSTERIDAD ES UNA VIRTUD
Jesús vivió la virtud de la austeridad tanto en su vida como carpintero y su vida de predicación a la gente. En ambas facetas de su vida podemos ver a un Jesús que valora el trabajo y vive con lo que necesita, sin gastar en objetos que sean superfluos. Con claridad podríamos decir que Jesús nos invita a vivir la austeridad como una virtud en la que sepamos gastar con prudencia y caridad nuestros bienes.

Podemos decir que hay diferentes maneras de entender la austeridad. Una de ellas es saber gastar los recursos para aprovecharlos de manera óptima. De este modo la austeridad no es sólo gastar menos, sino gastar mejor. Otro modo de entender la austeridad es como sobriedad o sencillez en nuestras actividades y gastos.

El cristiano rige su vida por la caridad porque ha reconocido en Cristo al Dios salvador misericordioso que da la gracia. Ambas, caridad y austeridad pueden conjugarse en una vida práctica que de abundantes frutos. Una de las maneras en que ellas se pueden conjugar es a través de la generosidad de nuestros bienes con los que lo necesitan. Por ejemplo, en vez de complacernos a nosotros mismos con ropa nueva abundante, podemos comprar alguna prenda nueva para un necesitado. Lo mismo podemos hacer con nuestros alimentos, diversiones, etc.

Esta austeridad en consonancia con la caridad ya la anunciaba San Juan Bautista como un antecedente del Reino de Dios predicado por Jesús: Y él les respondía: «El que tenga dos túnicas, que las reparta con el que no tiene; el que tenga para comer, que haga lo mismo.» (Lc. 3, 11) Esta austeridad también se puede vivir en un contexto del cuidado del medio ambiente.

AUSTERIDAD, CARIDAD Y CONSCIENCIA ECOLÓGICA
El cristiano guía su vida por la caridad antes que por la ley y que por la obediencia. Esta vida también se puede practicar en el cuidado del medio ambiente pues el mundo es creatura de Dios, y como tal su dignidad debe ser respetada. También se puede tener caridad con el planeta, al partir de una actitud de hijos de Dios que se comportan adecuadamente con las creaciones de su Padre.

La vida de austeridad pretende alejarnos de los gastos superfluos y centrarnos en lo verdaderamente importante. De este modo podemos saber que el cuidado del medio ambiente es importante y que se puede lograr en la vida diaria con acciones sencillas y la práctica de ciertas virtudes.

Austeridad también significa tener consideración con el medio ambiente natural. Para cuidar nuestro entorno podemos hacer un gasto sabio de nuestros recursos. En vez de usar más materiales podemos pensar más en cómo usar menos. Por ejemplo: podemos usar menos plástico y compartir el automóvil con nuestros compañeros de trabajo. También podemos ser creativos para reusar los envases y empaques que pueden no sólo ser basura.

Recordemos siempre que la caridad debe ser la virtud guía del cristiano junto con la humildad. Una manera de mostrar la caridad está en la austeridad que no sólo significa usar menos, sino usar con generosidad, cuidado y sabiduría, para así mostrar nuestro amor por Dios, el prójimo y el mundo natural creado que nos rodea.

Gabriel González Nares

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