Hoy, festividad de Pentecostés,
telefoneé al P. Ingo Dollinger, sacerdote alemán y ex profesor de teología en
Brasil, que actualmente está muy mayor y físicamente débil. Desde hace muchos
años es amigo personal del Papa Emérito Benedicto XVI. Inesperadamente, el P.
Dollinger confirmó por teléfono la siguiente información:
Poco después de la publicación
en junio de 2000 del Tercer Secreto de Fátima por la Congregación para la
Doctrina de la Fe, el cardenal Joseph Ratzinger dijo en una conversación
personal al P. Dollinger que ¡una parte del Tercer Secreto permanece inédita! «Hay más que lo que publicamos», afirmó Ratzinger.
También explicó a Dollinger que la parte publicada es auténtica, y que la
inédita habla de «un concilio malo y una misa mala»
que habría en un futuro cercano.
El padre Dollinger me autorizó a publicar esa información en la fiesta
solemne del Espíritu Santo, y me dio su bendición.
Dollinger recibió la ordenación en 1954 y fue secretario de Josef
Stimpfle, prestigioso obispo de Augsburgo. Gracias a la providencia de Dios,
conocí a dicho prelado cuando todavía no era católica, y me conmovieron
profundamente su humildad, calidez y grata acogida. Me invitó a visitarlo una
vez en Augsburgo. Durante mi proceso de conversión intenté comunicarme con él,
pero luego, a mi pesar, descubrí que ya había fallecido. (Y se lo echa mucho de
menos).
Participó activamente en los debates de la Conferencia Episcopal Alemana
sobre la Masonería, durante la década de los setenta, al final de los cuales se
publicó una declaración que afirmaba que la masonería es incompatible con
la fe católica.
Más tarde enseñó teología moral en el seminario de la Orden de los
Canónigos Regulares de la Santa Cruz, que pertenece a la Obra de los
Santos Ángeles. Monseñor Athanasius Schneider, obispo auxiliar de
Astana (Kazajistán), es miembro de la mencionada orden. Pero lo más importante
es que Dollinger tuvo como confesor durante muchos años al Padre Pío († 1968) y
mantuvo una relación muy estrecha con él. Y una persona muy querida de mi
familia también conoce personalmente a Dollinger.
Esta información sensible relativa al Tercer Secreto, que ya llevaba
varios años circulando entre algunos grupos católicos, me la acaba de confirmar
el propio P.Dollinger, en una coyuntura histórica en que la Iglesia se ve
sumida en una honda confusión. Podría explicar, al menos en parte, por qué nos
encontramos en la presente situación.
De manera significativa, manifiesta la tierna misericordia de la Madre
de Dios, que advierte y prepara a sus hijos para esta batalla que está librando
la Iglesia. A pesar de la decisión tomada por algunos que ocupan puestos
importantes en la Iglesia, Ella se ha encargado de que se revele y difunda la
verdad más plenamente.
Ello explicaría también por qué Benedicto XVI, una vez elegido al trono pontificio, intentó deshacer algunas injusticias directamente relacionadas con esta revelación de Dollinger: en concreto, eliminó la prohibición de la Misa Tridentina, levantó la excomunión de los obispos de la Fraternidad San Pío X (FSSPX) y declaró públicamente el año 2010 en Fátima: «Se equivoca quien piensa que la misión profética de Fátima está acabada». Y en una entrevista durante el viaje en avión a Fátima, agregó:
La novedad que podemos descubrir hoy en este
mensaje reside en el hecho de que los ataques al Papa y a la Iglesia no sólo
vienen de fuera, sino que los sufrimientos de la Iglesia proceden precisamente
de dentro de la Iglesia, del pecado que hay en la Iglesia. También esto se ha
sabido siempre, pero hoy lo vemos de un modo realmente tremendo: que la mayor
persecución de la Iglesia no procede de los enemigos externos, sino que nace
del pecado de la Iglesia y que la Iglesia, por tanto, tiene una profunda
necesidad de volver a aprender la penitencia, de aceptar la purificación, de
aprender, por una parte, el perdón, pero también la necesidad de la justicia.
Con esta declaración, Benedicto XVI contradijo a todos los efectos las
palabras que había pronunciado en junio de 2000:
Ante todo, debemos afirmar con el cardenal Sodano:
«…Los acontecimientos a los que se refiere la tercera parte del “secreto” de
Fátima parecen pertenecer ya al pasado». En la medida en que se refiere a
acontecimientos concretos, ya pertenecen al pasado. Quien había esperado
impresionantes revelaciones apocalípticas sobre el fin del mundo o sobre el
curso futuro de la historia debe quedar desilusionado.
Todos estos gestos de Benedicto demuestran que en su consciencia debía
de saber que tenía que corregir ciertas injusticias y ambigüedades del pasado
reciente. Defendió la Misa Tridentina, restituyó la dignidad a la FSSPX y
replanteó la importancia del mensaje de Fátima. No sólo eso; también trató de
ocuparse del misterio del Concilio Vaticano II, si bien al parecer de una
manera demasiado vaga.
En este contexto, valdría la pena mencionar que a mi esposo y a mí nos
dijo en una ocasión un sacerdote que había tenido una audiencia privada con papa
Benedicto, que el propio Papa consideraba a monseñor Marcel Lefebvre «el teólogo más grande del siglo XX». Tanto mi
marido como yo damos fe de haber oído esas palabras textuales de boca del
mencionado sacerdote, palabras que según él pronunció Benedicto en el contexto
de la propuesta pontificia de reintroducir más ampliamente en la Iglesia el
magisterio de Lefebvre.
Ante la gravedad de las omisiones y retrasos acumulados con respecto a
la publicación completa del Tercer Secreto, y teniendo en cuenta que el Cielo
nos había pedido que se publicara –concretamente, a más tardar en 1960–, damos
gracias al Espíritu Santo por haber hecho posible esta positiva conversación
telefónica en la fiesta de Pentecostés. Ojalá el verdadero mensaje de Fátima,
junto con las recientes revelaciones del P. Brian Harrison y de la Dra. Alice von
Hildebran, alcancen una amplia difusión y contribuyan por tanto a
liberar a los católicos fieles de las cadenas de verdades a medias y lealtades
deficientes. ¡Y quiera Dios que todos nos adhiramos plenamente al Mensaje de
Nuestra Señora, que nos dará la gracia necesaria para liberarnos!
Maike Hickson
[Traducido por Marilina Manteiga. Artículo
original.]
Escrito por Hemos Visto
Foros de la Virgen María
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