Pero la copa todavía no se ha llenado. La copa de nuestras iniquidades debe rebosar. Resulta interesante observar que cuando Dios ha actuado con una gran purificación, siempre ha esperado antes a que el Mal alcanzara cierta medida. Después, sólo después, vino la Peste Negra, la Revolución Francesa, la II Guerra Mundial, etc. Allí donde los hombres de este mundo sólo ven hechos políticos, económicos o sociales, el hombre espiritual ve una teología subyacente. Para el creyente que lee la Biblia, que se alimenta de la Palabra, la entrada de las huestes asirias en Judea no es un hecho neutro, religiosamente hablando.
Esta crisis y los tumultos que provocará en toda Europa y Estados Unidos hará que millones de hijos pródigos recuerden que había una Casa del Padre de la que se alejaron. Dios habla a través de la Historia. Pero en este caso, tampoco importa si los hijos no escuchan la voz de la tormenta, porque la Historia se impondrá. Se impondrá como un incontenible alud. Hay momentos para predicar, y hay momentos para rehacer.
Si hay algo en lo que no creen los españoles, ni muchos curas, es en el Dios Justicia. Pero la voz de la Tormenta Perfecta no admite argumentos en contra, ni risitas burlonas. La Historia, como siempre, pasará página aplastando a su paso millones de hormigas. La Santa Cruz de Cristo volverá a reinar, sí.
PUBLICADO POR PADRE FORTEA
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