Hace pocos días vivieron a mi casa mi cuñada y sobrinas a recoger las cosas de mi cuñada fallecida… cada una vino con sus cargadores y ¿qué pasó?... se robaron (los cargadores) el estuche con mi cruz, hisopo y rosario, como también una cámara fotográfica que me había regalado mi hijo.
Eso me puso en alerta, ya que yo pensaba que nadie me podría robar.
Hace dos semanas llegaron dos tipos extraños a nuestra reunión de sanación de los viernes. Les pregunté cómo así sabían de nuestras reuniones… me dijeron que a través de Internet.
Llegaron a la hora del Rosario y cuando les tocó rezar un Avemaría, no sabían. Uno de los hermanos del grupo les dijo, no de muy buena manera que tenían que rezar… yo intervine y le dije que esa no era la forma y que los había avergonzado.
Me acerqué a uno de ellos y le regalé una cruz. Luego, a la hora del Descanso Espiritual, lo invité a participar… y cayó en un semi-descanso… luego le pregunté qué había sentido… me
respondió que parecía que hubiese fumado algo. (Me dio risa pero no me reí)
Mucho me preguntaban sobre el valor de la cruz (repuesta) y sobre la cadena de plata… eso me confirmó más las intenciones con que habían llegado a la oración.
Los traté tan bien que se les quitó las ganas de asaltarme… inclusive los invité a que vengan cuando desearan.
Para esto nadie del grupo se había dado cuenta… cuando les conté, casi se caen de espaldas, sobre todo el que los había tratado con rudeza.
¡GRACIAS SEÑOR POR EL DON DE DISCERNIMIENTO!
Grupo Católico de Oración por los Enfermos “Sí Señor”
José Miguel Pajares Clausen
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