Allí hicieron una cena en honor de Jesús. Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban a la mesa comiendo con él. María, tomando unos trescientos gramos de perfume de nardo puro, muy caro, perfumó los pies de Jesús y luego los secó con sus cabellos. Toda la casa se llenó del aroma del perfume. Entonces Judas Iscariote, uno de los discípulos, aquel que iba a traicionar a Jesús, dijo:
– ¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios, para ayudar a los pobres?
Pero Judas no dijo esto porque le importasen los pobres, sino porque era ladrón y, como tenía a su cargo la bolsa del dinero, robaba del que allí ponían. Jesús le dijo:
– Déjala, porque ella estaba guardando el perfume para el día de mi entierro. A los pobres siempre los tendréis entre vosotros, pero a mí no siempre me tendréis.
Muchos judíos, al enterarse de que Jesús estaba en Betania, fueron allá, no solo por Jesús sino también por ver a Lázaro, a quien Jesús había resucitado. Entonces los jefes de los sacerdotes decidieron matar también a Lázaro, porque por causa suya muchos judíos se separaban de ellos y creían en Jesús."
Hoy nos encontramos ante una escena llena de humanidad. Jesús está en casa de sus mejores amigos. Se avecinan los acontecimientos definitivos para Jesús y lo vemos buscando el consuelo de los más íntimos. Allí tiene lugar la escena que otros evangelistas atribuyen a una prostituta y en casa de un fariseo. Aquí es María, la que había escogido la mejor parte, la que vierte el perfume en los pies de Jesús y los seca con su cabellera. Lo que sigue, la protesta de Judas
aludiendo a lo caro del perfume y a los pobres y la respuesta de Jesús:
"siempre tendréis a los pobres con vosotros", se ha interpretado muy mal muchas veces.
Cuando se ha criticado a la Iglesia por sus grandes templos y sus riquezas, se ha empleado
esta frase para decir que el culto a Dios es lo más importante. Y es más, para defender que la lucha contra la pobreza es inútil y no es prioritaria.
Este fragmento de evangelio no puede sacarse de contexto. El evangelista Juan quiere introducirnos simbólicamente en los hechos que van a suceder a continuación: la Pasión de Jesús. Se trata del anuncio de que físicamente ya no estará con ellos. Precisamente, tras su
muerte, es en los pobres, en el débil, en el otro, donde lo encontramos. María pone a los pies de Jesús, como debemos hacer también nosotros, todo su amor. Ella pudo hacerlo en el Jesús físico. Nosotros debemos hacerlo en el Jesús presente en los pobres. Así haremos que el perfume del amor llene toda la Tierra.
– ¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios, para ayudar a los pobres?
Pero Judas no dijo esto porque le importasen los pobres, sino porque era ladrón y, como tenía a su cargo la bolsa del dinero, robaba del que allí ponían. Jesús le dijo:
– Déjala, porque ella estaba guardando el perfume para el día de mi entierro. A los pobres siempre los tendréis entre vosotros, pero a mí no siempre me tendréis.
Muchos judíos, al enterarse de que Jesús estaba en Betania, fueron allá, no solo por Jesús sino también por ver a Lázaro, a quien Jesús había resucitado. Entonces los jefes de los sacerdotes decidieron matar también a Lázaro, porque por causa suya muchos judíos se separaban de ellos y creían en Jesús."
Hoy nos encontramos ante una escena llena de humanidad. Jesús está en casa de sus mejores amigos. Se avecinan los acontecimientos definitivos para Jesús y lo vemos buscando el consuelo de los más íntimos. Allí tiene lugar la escena que otros evangelistas atribuyen a una prostituta y en casa de un fariseo. Aquí es María, la que había escogido la mejor parte, la que vierte el perfume en los pies de Jesús y los seca con su cabellera. Lo que sigue, la protesta de Judas
aludiendo a lo caro del perfume y a los pobres y la respuesta de Jesús:
"siempre tendréis a los pobres con vosotros", se ha interpretado muy mal muchas veces.
Cuando se ha criticado a la Iglesia por sus grandes templos y sus riquezas, se ha empleado
esta frase para decir que el culto a Dios es lo más importante. Y es más, para defender que la lucha contra la pobreza es inútil y no es prioritaria.
Este fragmento de evangelio no puede sacarse de contexto. El evangelista Juan quiere introducirnos simbólicamente en los hechos que van a suceder a continuación: la Pasión de Jesús. Se trata del anuncio de que físicamente ya no estará con ellos. Precisamente, tras su
muerte, es en los pobres, en el débil, en el otro, donde lo encontramos. María pone a los pies de Jesús, como debemos hacer también nosotros, todo su amor. Ella pudo hacerlo en el Jesús físico. Nosotros debemos hacerlo en el Jesús presente en los pobres. Así haremos que el perfume del amor llene toda la Tierra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario