¡Hola a todos y bienvenidos a mi nuevo blog de ReligionEnLibertad!
Estoy en Madrid desde hace unos meses, y aún no tengo muchas amistades nativas, así que me relaciono mucho con chicas rusas en un foro ortodoxo de Internet. Son una gente majísima, pero hay ciertos temas cuyo éxito y persistencia no alcanzo a entender.
Desde hace tres años, durante 39 páginas y con más de 25.000 visitas, se debate la imagen de una mujer ortodoxa. La chispa fue un post publicitario de la entonces flamante tienda moscovita “Las 12 fiestas”, abierta con la bendición del todavía vivo Patriarca Alexis II. Aunque las chicas recibieron con una dura crítica los modelos ofrecidos, el tema resultó más que vivo.
El meollo del debate es que, normalmente, la mujer ortodoxa rusa va al templo con falda larga y la cabeza cubierta con un pañuelo. Además, popes y parroquianas suelen criticar el pelo corto y el maquillaje.
La gravedad del asunto es tal que algunos sacerdotes pueden negar los sacramentos a las “inadecuadas”, y las abuelitas parroquiales las pueden abuchear abiertamente.
¿Y el dress-code de las oficinas modernas? ¿Trabajos activos que requieren monos de pantalón?
De tal modo que, después del día duro laboral pasar por una iglesia se convierte para algunas en una verdadera experiencia martirial: salvar las miradas y siseos mortíferos de algunas parroquianas y dar con una severa crítica del pope.
¿Soluciones?
Varias iglesias abren paraditas de préstamo de faldas largas “talla única” que camuflan pantalones y leotardos, tacones y cortes.
Últimamente se intenta “elaborar” un canon de vestir cotidiano de una mujer ortodoxa “siempre dispuesta” a pisar la iglesia. Se ofrecen estos modelitos.
Y vosotros, ¿qué proponéis? ¿Qué os parecen estas tendencias?
Desde hace tres años, durante 39 páginas y con más de 25.000 visitas, se debate la imagen de una mujer ortodoxa. La chispa fue un post publicitario de la entonces flamante tienda moscovita “Las 12 fiestas”, abierta con la bendición del todavía vivo Patriarca Alexis II. Aunque las chicas recibieron con una dura crítica los modelos ofrecidos, el tema resultó más que vivo.
El meollo del debate es que, normalmente, la mujer ortodoxa rusa va al templo con falda larga y la cabeza cubierta con un pañuelo. Además, popes y parroquianas suelen criticar el pelo corto y el maquillaje.
La gravedad del asunto es tal que algunos sacerdotes pueden negar los sacramentos a las “inadecuadas”, y las abuelitas parroquiales las pueden abuchear abiertamente.
¿Y el dress-code de las oficinas modernas? ¿Trabajos activos que requieren monos de pantalón?
De tal modo que, después del día duro laboral pasar por una iglesia se convierte para algunas en una verdadera experiencia martirial: salvar las miradas y siseos mortíferos de algunas parroquianas y dar con una severa crítica del pope.
¿Soluciones?
Varias iglesias abren paraditas de préstamo de faldas largas “talla única” que camuflan pantalones y leotardos, tacones y cortes.
Últimamente se intenta “elaborar” un canon de vestir cotidiano de una mujer ortodoxa “siempre dispuesta” a pisar la iglesia. Se ofrecen estos modelitos.
Y vosotros, ¿qué proponéis? ¿Qué os parecen estas tendencias?
Tatiana Fedotova
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