jueves, 5 de febrero de 2009

¿HASTA ADÓNDE SE ATREVE EL ENEMIGO FASTIDIARNOS?


lA RESPUESTA ES: HASTA DONDE DIOS SE LO PERMITA

El maligno sólo podrá molestar hasta donde dos se lo permita. Muchos santos han sufrido los ataques de enemigo, pero como pruebas de Dios, y estos ataques son controlados por el mismo Dios. En el caso de nosotros, los que no somos santos aún - aunque la idea es que lo seamos - el enemigo aparece de dos maneras:

1. Porque Dios lo permite.

2. Porque nosotros lo buscamos.

Estos son casos reales sucedidos con una señorita y con un joven de nuestro grupo de oración.

Empezaré diciéndoles cual es una de las reglas de nuestro grupo, sobre todo se aplica a los que consideramos instrumentos de Dios:
· Todo mensaje debe ser, antes que nada, dicho a mí, y según lo que yo decida se podrá difundir o no
Nadie puede adelantarse a difundir nada sin mi consentimiento.

Este instrumento visitó el Santísimo y recibió un supuesto mensaje. Este mensaje decía que el fin del mundo sería dentro de una semana, y que deberíamos prepararnos.

¿Qué fue lo primero que hizo el instrumento? Llegó a su casa y difundió el mensaje entre su familia. Ya se imaginan el alboroto que causó entre sus padres y hermanos.

Luego intentó hacerlo con otros instrumentos del grupo. La sub-coordinadora del grupo se enteró y me contó lo sucedido. Llamé a mi presencia al instrumento para que me dijera por qué se había comportado así.

Me dijo que había recibido en el Santísimo ese mensaje de Dios, y como lo había recibido en el Santísimo no dudó de su veracidad. ¿Quién ha dicho que el demonio no puede estar en todas partes? Ella no debió hacer lo que hizo sin antes hablar conmigo, ella no tiene discernimiento. Le dije que se callara y que dejara de difundir ese supuesto mensaje de Dios, y le recordé que ella no estaba autorizada a difundir nada sin mi aprobación.

Primeramente, si Dios quiere enviar un mensaje, lo hace a través del grupo en oración, como lo ha hecho siempre. El enemigo se metió en su mente aparentemente débil y la hizo decir cosas. Ella es un instrumento en estudio y fue usada por el maligno a través de sus temores. Ella, un poco rebelde a la obediencia causó temor en varias personas que la escucharon. Por disciplina tuve que pedirle que se alejara de nuestro grupo, ya que no era su primera desobediencia.

El enemigo es capaz de todo, sobre todo sabe usar tus debilidades para manifestar temores y falsas alarmas.

En un grupo de oración, si no hay disciplina todo es un caos. Los instrumentos nunca dejan de aprender, es por eso que deben de obedecer para no caer en errores fatales. Algunos de los instrumentos son esponjas, o sea que absorben fácilmente los males físicos y/o espirituales de otras personas. En nuestras reuniones eso se puede controlar y no hay problema, pero si esas esponjasse mandan solas a poner manos van a terminar muy mal.

Un caso grave fue el de un joven instrumento que, desobedeciendo mis instrucciones, puso manos a la abuela de su novia. Esta señora, que ojala en paz descanse, toda su vida había vivido de brujerías. Llegó a tener mucho y nunca le faltó nada. Cuando estuvo grave me llamaron para orar por ella. Fui y ni bien entré me di cuenta cual era la situación, así que pedí al resto del grupo que se alejara y que sólo podíamos orar por ella… no poner manos. Era lo mínimo que podíamos hacer, total, quiénes éramos nosotros para juzgarla.

Cuando terminamos pregunté a la nieta qué pasaba con su abuela y me contó lo de la brujería. Pedí al novio que no se acercara a poner manos porque le iba ir mal. Lo primero que hizo cuando salimos – a pedido de la novia – fue poner manos.

¿Qué sucede cuando un inquilino se va a quedar sin casa? ¡Busca otra! La abuela murió, el demonio se metió en el joven desobediente y éste se quedó con medio cuerpo torcido. No podía hablar ni escribir y caminaba cojeando, como si hubiese sufrido un derrame cerebral. La mamá me llamó y me preguntó qué le había pasado. Le explique que él lo hizo por su propia decisión y que había sido advertido.

La mamá me dijo que lo iba a llevar a que le hagan una Resonancia Magnética. Le dije que era un gasto inútil, que la Resonancia no iba a mostrar nada, y que sólo nos quedaba orar para liberarlo. Efectivamente, la mamá muy preocupada lo llevó a la Resonancia y esta no mostró nada.

Un mes de oración nos costó liberarlo… ahora está perfectamente bien, pero ya no pertenece a nuestro grupo.... buen susto se llevó.

José Miguel Pajares Clausen

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