domingo, 9 de septiembre de 2007

DOS CABALLOS


Hay en una granja dos caballos

A la distancia se parecen a cualquier otro caballo. Pero si detienes tu carro y te acercas podrás notar algo muy curioso... Verás al mirarles los ojos que uno de ellos es ciego. Su dueño decidió no sacrificarlo, he hizo que la pasara lo mejor posible en su granja.

Esto es lo que sucede…
Si te acercas y escuchas, oirás el sonido de una campanita. Si buscas de donde proviene, notarás que proviene del caballo que no está ciego. El dueño se lo puso para que el otro caballo pueda seguirlo al escucharlo.

Ahora que estás viendo a los dos amigos, verás que el de la campanita siempre está pendiente que el caballo ciego lo escuche; para eso trota despacio y no se aleja mucho de él.

Cuando regresan de su paseo vespertino al corral, el de la campanita se detiene ocasionalmente y mira hacia atrás, asegurándose que su amigo ciego lo esté escuchando y lo pueda seguir.

Así, como el dueño de estos dos caballos, Dios no nos deja que caminemos solos, porque Él sabe que no estamos bien y nos podemos perder, o porque tenemos problemas para convertirnos.

Él siempre se preocupa y trae a otros a nuestras vidas, para que nos ayuden en nuestros problemas y necesidades.

Algunas veces somos el caballo ciego guiado por la campanita de aquel a quien Dios puso en nuestro camino.

Otras veces somos el caballo guía, ayudando a otros a encontrar el camino
...

Los buenos amigos son así quizá no puedas verlos, pero tú sabes que siempre están allí.

Por favor escucha mi campanita y yo escucharé la tuya
.


Y recuerda ser lo necesariamente amable – cada uno que tú conoces está peleando alguna forma de batalla.

Vive simplemente, ama generosamente, cuídate mucho y habla amorosamente...
el resto déjaselo a Dios.

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