REZÓ EL ROSARIO CON DISCAPACITADOS Y PRESOS; PERO NO HIZO UNA ORACIÓN PREVISTA DE CONSAGRACIÓN
Bebe directamente
del versículo que han meditado cientos de miles de jóvenes durante esta JMJ y
durante meses antes: "María se levantó y puso en camino de
prisa hacia la montaña", para
ayudar a su pariente Isabel.
Ante la imagen de
la Virgen de Fátima, en el santuario portugués, el Papa Francisco dejó de lado el discurso previsto pero
sí retomó la imagen de la Virgen que se mueve presurosa, y habló de "Nuestra
Señora de la Prisa" o "Apurada". ¿Una nueva
advocación? Por ahora, un enfoque más para contemplar a la Virgen María,
una María joven y activa.
Unos doscientos mil fieles
rezaron el Rosario en la explanada de Fátima con el Papa. Después, el Papa
improvisó sus ideas. Inspirándose en la la Capelinha, la “capilla de
las apariciones" en el santuario, que tiene techo pero no tiene paredes, la comparó con la Iglesia: acogedora y sin puertas, es un santuario al aire libre, en el
corazón de esta plaza que evoca un gran abrazo materno. "Que sea así la
Iglesia, que es madre: puertas abiertas para todos, facilitar el encuentro con
Dios; un lugar para todos, porque todos son importantes a los ojos del Señor y
de la Virgen", pidió el Papa, insistiendo en el tema que ya ha
tratado antes en esta JMJ.
María, añade, "va rápido para estar cerca de nosotros. Y así acompaña
la vida de Jesús. Nunca es la protagonista. Nos acoge y señala a Jesús. No
hace otra cosa. Y lo hace rápido. María está aquí mismo, se hizo presente de
una manera especial. Entonces hoy pensamos ante ella: ¿qué
me está señalando? ¿Qué hay en tu vida que te preocupa, te conmueve, te
interesa? Y ella señala a Jesús", apuntó el Pontífice.
Su alocución finalizó pidiendo
aplausos para la Virgen y rezando otro Avemaría junto al pueblo.
El helicóptero del Papa y la
gente que espera en Fátima, en un cielo manchado por los incendios cercanos.
EL
ROSARIO CON JÓVENES PRESOS Y DISCAPACITADOS
Esta jornada mariana empezó
cuando hacia las 8.40 de la mañana el Papa llegó en helicóptero a Fátima. La
primera actividad fue el rezo del rosario con un centenar de jóvenes enfermos y
seis reclusos de la prisión de Leiria, todos en la capilla de las apariciones.
El Rosario se rezó en portugués, castellano, italiano, inglés,
alemán, francés y polaco. El primer misterio, en portugués,
lo rezó una joven discapacitada y una compañero, intercediendo por los presos, "para que, con la ayuda de María, sientan la ternura
de Dios Padre".
El segundo misterio, en español, se ofreció por
los jóvenes de la JMJ para que, como María, "se levanten a toda prisa y anuncien a todos la
Buena Nueva".
El tercer misterio se
ofreció por los jóvenes enfermos y discapacitados, "para
que sientan el apoyo y el consuelo de todos y no sean víctimas de
discriminación" (lo rezó una joven discapacitada con una compañera,
italianas ambas).
La primera parte del cuarto
misterio la rezó en inglés la religiosa Brittany Culver, mientras que la
segunda parte la rezó una alemana. Se ofreció por
la paz, cumpliendo un mandato de la Virgen de Fátima a los santos pastorcitos: "Quiero
que recéis el rosario para alcanzar la paz".
El quinto y último misterio lo
rezó el Papa Francisco, “para que Nuestra Señora de
Fátima os haga sentir su presencia maternal, os envuelva en la inmensa luz que
es Dios y os guarde en su Corazón Inmaculado”. Lo recitaron en francés y
en polaco.
Al salir de la Capelinha, el Papa bendijo la piedra inicial de una nueva Casa de la Misericordia de Ourém-Fátima y saludó a los presos y
jóvenes discapacitados que rezaron con él.
En total, en la Capelinha
acompañaron al Papa 97 jóvenes con
discapacidad y jóvenes presos que “no pueden participar en la Jornada Mundial de la
Juventud” en Lisboa. A esta cifra se suman 14 jóvenes con discapacidad
que viajaron a Lisboa, apoyados por el programa 'Vem
para o Meio', una iniciativa del Santuario de Fátima promovida por la
casa en Fátima de la Associação Silenciosos Operários da Cruz (SOC).
“En total, 110
jóvenes y 129 acompañantes están con el Papa en el Rosario, incluyendo 19 solicitudes individuales
de jóvenes con discapacidad, 10 jóvenes del Centro de Apoyo a Minusválidos Juan
Pablo II, en Fátima, 17 jóvenes de la Centro de Rehabilitación e Integración
Fátima y 6 de la Casa del Buen Samaritano”, indica el
Santuario.
La Capelinha de Fátima la noche
antes de la llegada del Papa Francisco durante la JMJ; muchas personas han
velado y dormido alrededor de la capilla de las apariciones.
DEVOCIÓN
DE LOS FIELES
Por las calles de Fátima y en la
explanada del santuario, miles de personas le acogieron de forma alegre y
festiva. El Papa, desde el Papamóvil, besó a varios niños.
Muchos devotos y
peregrinos habían pasado la noche frente a la capilla, durmiendo en
sacos de dormir. No muy lejos un gran incendio quema las tierras portuguesas y
enrojece las nubes, mientras el viento arrastra cenizas.
Al dejar de lado sus papeles, el
Papa renunció a hacer una oración prevista, que pedía por
la paz y hablaba de la consagración del mundo y de la Iglesia a María. Los
periodistas preguntaron por el tema a Matteo Bruni, de la oficina de prensa
vaticana, quien respondió que el Rosario, en
su cuarto misterio, ya pidió por la paz. "La
oración la ha sustituido por el Ave María, en un santuario mariano", dijo.
***
TEXTO
PREVISTO EN ESPAÑOL (QUE NO LLEGÓ A LEERSE)
Hemos rezado el Rosario, una
oración bella y llena de vida, porque nos pone en contacto con la vida de Jesús
y de María. Y hemos meditado los misterios gozosos, que nos recuerdan que la
Iglesia puede solamente ser un hogar lleno de gozo. La pequeña capilla en la
que nos encontramos es como una hermosa imagen de la Iglesia: acogedora, sin
puertas. La Iglesia no tiene puertas, para que todos puedan entrar. Y aquí
también podemos insistir en que todos puedan entrar, porque esta es la casa de
la Madre, y una madre siempre tiene el corazón abierto para todos sus hijos,
todos, todos, todos, sin exclusión.
Y estamos aquí, bajo la mirada
maternal de María, estamos aquí como Iglesia, Iglesia Madre. Y la peregrinación
es un rasgo mariano, porque la primera en hacer una peregrinación después de la
anunciación de Jesús fue María. Apenas se enteró que su prima estaba
embarazada, ya muy mayor la prima, salió corriendo. Es una traducción un poco
libre, pero el Evangelio dice, “salió con apuro”, nosotros diríamos, salió
corriendo, salió corriendo con ese afán de ayudar, de estar presente.
Hay tantas advocaciones de María,
pero una que podemos decir, también pensando, es esta: la Virgen que sale
corriendo, cada vez que hay un problema, cada vez que la invocamos, no tarda,
viene, se apura, “Nuestra Señora apurada”, ¿les gusta eso? Lo digamos todos
juntos: Nuestra Señora apurada.
Se apura para estar cerca de
nosotros, se apura porque es Madre. “Apressada”, en portugués se dice:
apressada —me dice Mons. Ornelas—, Nuestra Señora apressada. Y así acompaña la
vida de Jesús, y no se esconde después de la Resurrección, acompaña a los
discípulos, esperando el Espíritu Santo, y acompaña a la Iglesia que empieza a
crecer después de Pentecostés. Nuestra Señora apressada y Nuestra Señora que
acompaña, siempre acompaña. ¡Nunca es protagonista! El gesto de María Madre de
acoger es doble, primero acoge y después señala a Jesús. María en su vida no
hace otra cosa que señalar a Jesús. “Hagan lo que Él les diga”, sigan a Jesús.
Estos son los dos gestos de
María, pensémoslo bien: nos acoge a todos y señala a Jesús, y esto lo hace un
poco apurada, apressada. Nuestra Señora apressada, que nos acoge a todos y nos
señala a Jesús. Y cada vez que venimos aquí, recordamos esto: María aquí se
hizo presente de una manera especial, para que la incredulidad de tantos
corazones se abriera a Jesús, con su presencia nos señala a Jesús, siempre
señala a Jesús. Y hoy está aquí entre nosotros, está siempre entre nosotros,
pero hoy la sentimos mucho más cerca. María apurada.
Amigos, Jesús nos ama hasta tal
punto de identificarse con nosotros, y nos pide que colaboremos con Él, y María
nos señala esto que nos pide Jesús, caminar en la vida colaborando con Él.
Quisiera que hoy miremos la imagen de María, y cada uno piense: ¿qué me dice
María como Madre?, ¿qué me está señalando con el dedo?
Nos señala a Jesús, a veces nos
señala también alguna cosita que en el corazón no funciona bien, pero siempre
señala. Madre, ¿qué me estás señalando a mí? Hagamos un pequeño instante de
silencio, y cada uno en su corazón diga: Madre, ¿qué me estás señalando a mí?
¿Qué hay en mi vida que te preocupa? ¿Qué hay en mi vida que te conmueve? ¿Qué
hay en mi vida que te interesa? Y tú lo señalas. Y ahí nos señala el corazón
para que Jesús venga, y así como a nosotros nos señala a Jesús, a Jesús le
señala el corazón de cada uno de nosotros.
Queridos hermanos, sintamos hoy
esa presencia de María Madre, la Madre que siempre dirá “hagan lo que Jesús les
diga”. Nos señala a Jesús, pero la Madre que le dice a Jesús: hacé lo que éste
te está pidiendo. Esa es María. Esa es nuestra Madre, Nuestra Señora apressada
para estar cerca de nosotros, que ella nos bendiga a todos. Amén.
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