"Existe un ‘boom’, una eclosión de adolescentes que resuelven sus problemas asumiendo que son ‘trans’, cuando realmente tienen otros trastornos", alerta Celso Arango, director del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital Gregorio Marañón.
La disforia de género y
el cambio de sexo ha dejado de ser algo exótico y lejano. La fuente de información ya no es
un reportaje de algún caso avanzado que comenzó su tratamiento al finalizar la
escuela en Wisconsin. Ahora está en los hogares de todo el mundo. De hecho, los
especialistas admiten que actualmente existe "un boom trans" y
que aunque cada vez son más quienes dicen tener disforia, es un incremento "que no puede responder a la realidad".
Sea fomentado o espontáneo, lo
cierto es que incluso hay familias y madres víctimas de la transición comenzada
por sus hijos -muchas veces alentada por internet o la escuela- que se han organizado para hacer frente a las desvastadoras consecuencias y a la ley que amenaza con asentar este
fenómeno.
La periodista del diario ABC,
Elena Calvo, ha entrevistado a algunas de estas madres pertenecientes a AMANDA, la Agrupación de Madres de Adolescentes y
Niñas con Disforia Acelerada cuyo objetivo es, a corto plazo, impedir la
promulgación definitiva de la Ley Trans.
Una de ellas es Gema, madre de Irene (los
nombres son ficticios por privacidad). Tenía tan solo 13 años cuando en 2020,
en pleno confinamiento, anunció que pertenecía al género fluido. Poco después,
que era un hombre.
La pequeña dejó de serlo para
siempre. "Se cortó el pelo cortísimo, cuando
antes se negaba a tocarse hasta las puntas, cambió su forma de vestir de manera
radical", cuenta su madre. Conforme pasaron las semanas y acabó el
confinamiento, supieron que lo que le sucedía a su hija era compartido por sus
amigas de la infancia.
"Cuatro niñas
que de repente tienen las mismas ideas y actitudes, que se
cambian el nombre, se tratan en
masculino y piden que las llamen en masculino… hay un elemento
tremendo de contagio social y moda", alerta.
MODAS,
ABUSO SEXUAL, AUTISMO...: LAS RAZONES Y CAUSAS OBVIADAS
También Clara, una madre de Gerona de una chica trans mayor de
edad, interviene para relatar un frecuente fenómeno que envuelve a todo lo
trans, y es que los médicos y especialistas eluden tratar problemas previos en
los pacientes que afirman tener disforia de inicio rápido, como el bullying, acoso sexual o autismo. Su hija, como a muchos
otros, sufrió acoso escolar, ansiedad o depresión, entre otros y "lo resolvió diciendo que quería ser un chico".
Cuando fueron a visitar a su
médico de cabecera, encontraron a una sustituta a la que no habían visto antes.
"Al salir de la consulta, mi hija me dijo que
sí, que la doctora le había dicho que lo tenía muy claro y que era trans",
afirma Clara. Una consulta había bastado para
diagnosticar la necesidad del cambio de género sin tener en cuenta un pasado de abusos y
traumas.
Ante la narración del siguiente
paso de su hija, la hormonación, Clara muestra su preocupación por sucesos
desgarradores propios de una distopía: niños que
empezarán a hormonarse como quien se toma un caramelo, que empiecen las denuncias
contra los padres, las operaciones quirúrgicas irreversibles de
cambio de género…
Como Clara, Gema también asocia el cambio de
género de su hija al abuso sexual: "Nos
enteramos un año después y a raíz de esto empezamos a hilar y a entender qué
pasaba. Y lo que ocurre es que hay una reacción a ese acoso sexual que ella
resuelve diciendo que ser chica es un asco porque te pasan estas cosas y
la conclusión es que quiere ser un chico. Y es su forma de verlo y sentirlo,
porque ella realmente lo vive así".
En muchos casos, todo comienza
con una aparentemente bienintencionada palabra de ánimo en los colegios y
centros educativos. A la hija de Fátima le animaron a asistir a una charla
transactivista. "En 4º de ESO se le inició un
proceso de transición social sin comunicármelo y me he enterado tres años
después, hablando con sus amigos y sus madres", asegura.
¿TRANSGÉNERO?
"REALMENTE TIENEN OTROS TRASTORNOS"
Las madres no son las únicas que
corroboran estos episodios de lo que parece ser una auténtica manipulación.
También alertan de ello médicos y especialistas, como
el psiquiatra Celso Arango, director
del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital Gregorio Marañón.
"Existe un ‘boom’,
una eclosión de adolescentes que resuelven sus problemas asumiendo que son
‘trans’, cuando realmente tienen otros trastornos. La
proporción respecto a los que sí es de 100 a 1", asegura a ABC.
Preguntado por la tasa de
arrepentimiento en el tratamiento de quien padece disforia, explica que si bien
las primeras personas con disforia de género fueron evaluadas exhaustivamente
por los especialistas y en ellas el arrepentimiento era "muy infrecuente", hoy sucede lo contrario.
Lo preocupante, explica, "es lo que pueda ocurrir entre los jóvenes que dicen
serlo y decidan medicarse solo por una moda transgénero y sin un buena
evaluación previa", como fomentaría entre otros
aspectos la aprobación definitiva de la ley trans, "alejada
de la realidad, de lo que estamos viendo en las consultas".
Atestigua un alarmante incremento
de las mismas, pues se ha pasado de ver uno o dos casos
al año a tener un 20% de los ingresados en
la unidad de hospitalización. "Esta explosión
de casos no puede responder a la realidad", afirma.
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