San Judas Tadeo es uno de los santos más populares a causa de los numerosos favores celestiales que consigue a sus devotos que le rezan con mucha fe.
A San Judas Tadeo, Apóstol de Jesús, se le conoce
como patrono de las causas imposibles y su fiesta se celebra cada 28 de
octubre.
Aquí una novena en su honor para todos sus devotos:
PRIMER
DÍA DE LA NOVENA A SAN JUDAS TADEO
En el nombre del Padre, del Hijo
y del Espíritu Santo. Amén.
Acto de Contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor
mío. Por ser Tú quien eres, Bondad infinita, y porque te amo sobre todas las
cosas, me pesa de todo corazón haberte ofendido. También me pesa porque puedes
castigarme con las penas del infierno. Te ofrezco mis sufrimientos como
expiación de mis pecados, propongo confesarme y cumplir la penitencia que me
sea impuesta. Ayudado de tu gracia propongo firmemente no pecar más y evitar
las ocasiones próximas de pecado. Amén.
Oración a San Judas
Tadeo
¡Oh gloriosísimo Apóstol San Judas! Siervo fiel y amigo de Jesús. El
nombre del traidor que entregó a tu querido Maestro en manos de sus enemigos ha
sido la causa de que muchos te hayan olvidado, pero la Iglesia te honra e
invoca universalmente como patrón de los casos difíciles y desesperados. Ruega
por mí que soy tan miserable y haz uso, te ruego, de ese privilegio especial a
tí concedido de socorrer visible y prontamente cuando casi se ha perdido toda
esperanza. Ven en mi ayuda en esta gran necesidad, para que reciba los
consuelos y socorro del cielo en todas mis necesidades, tribulaciones y
sufrimientos, particularmente (haga aquí cada una de sus súplicas especiales),
y para que bendiga a Dios contigo y con todos los escogidos por toda la
eternidad.
Te prometo, glorioso San Judas, acordarme siempre de este gran favor y
nunca dejaré de honrarte como a mi especial y poderoso protector y hacer todo
lo que pueda para fomentar tu devoción. Amén.
Letanías de San Judas
Tadeo
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Oh Dios, Padre celestial, ten piedad de nosotros.
Oh Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Oh Dios, Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.
San Judas, pariente de Jesús y María (Ruega por nosotros).
San Judas, que viviendo en la tierra fuiste digno de ver a Jesús y María y de
gozar de su compañía (Ruega por nosotros).
San Judas, elevado a la dignidad de Apóstol (Ruega por nosotros).
San Judas, que tuviste el honor de contemplar a tu Divino Maestro humillarse a
lavar tus pies (Ruega por nosotros).
San Judas, que en la última cena recibiste la Sagrada Eucaristía de las manos
de Jesús (Ruega por nosotros).
San Judas, que después del profundo dolor que te causó la muerte de tu querido
Maestro, tuviste el consuelo de contemplarlo resucitado de entre los muertos y
de asistir a su gloriosa Ascensión (Ruega por nosotros).
San Judas, que fuiste lleno del Espíritu Santo en el día de Pentecostés (Ruega
por nosotros).
San Judas, que predicaste el Evangelio en Persia (Ruega por nosotros).
San Judas, que hiciste grandes milagros con el poder del Espíritu Santo (Ruega
por nosotros).
San Judas, que volviste la salud de alma y cuerpo a un rey idólatra (Ruega
por nosotros).
San Judas, que hiciste callar a los demonios y confundiste sus oráculos (Ruega
por nosotros).
San Judas, que pronosticaste a un príncipe débil una paz honrosa con su
poderoso enemigo (Ruega por nosotros).
San Judas, que quitaste de las serpientes mortíferas el poder de dañar al
hombre (Ruega por nosotros).
San Judas, que despreciando las amenazas de los impíos predicaste valerosamente
la doctrina de Cristo (Ruega por nosotros).
San Judas, que sufriste gloriosamente el martirio por amor a tu divino Maestro
(Ruega por nosotros).
¡Oh Apóstol Bendito con confianza te invocamos!
¡Oh Apóstol Bendito con confianza te invocamos!
¡Oh Apóstol Bendito con confianza te invocamos!
¡Oh San Judas, esperanza del desesperado, ayúdame en mi aflicción!
¡Oh San Judas, esperanza del desesperado, ayúdame en mi aflicción!
¡Oh San Judas, esperanza del desesperado, ayúdame en mi aflicción!
Que por tu intercesión, así los sacerdotes como el pueblo fiel de la
Iglesia reciban un celo ardiente por la Fe de Jesucristo. (Te rogamos, óyenos).
Que defiendas al Soberano Pontífice y alcances la paz y la unidad a la Iglesia
Santa. (Te rogamos, óyenos).
Que los paganos e incrédulos se conviertan a la verdadera fe. (Te rogamos,
óyenos).
Que la fe, la esperanza y la caridad aumenten en nuestros corazones. (Te
rogamos, óyenos).
Que nos veamos libres de todos los malos pensamientos y de todas las acechanzas
del demonio. (Te rogamos, óyenos).
Que nos guardes de todo pecado y de toda ocasión de pecar. (Te rogamos,
óyenos).
Que nos defiendas en la hora de la muerte contra la furia del demonio y de sus
malvados espíritus. (Te rogamos, óyenos).
Ruega por nosotros, para que antes de la muerte expiemos todos nuestros
pecados con sincero arrepentimiento y la recepción digna de los Santos
Sacramentos.
Ruega por nosotros para que alcancemos un juicio favorable.
Ruega por nosotros para que seamos admitidos en la compañía de los
bienaventurados para gozar de la presencia de Dios eternamente.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo. Perdónanos Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo. Óyenos, Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo. Ten piedad de nosotros.
Ruega por nosotros, San Judas Tadeo.
Para que seamos dignos de las promesas de Jesucristo.
Oración a Dios
Oh Dios, que nos concediste la gracia de que llegásemos a conocer tu
santo nombre, mediante la predicación de tu Apóstol San Judas Tadeo, concédenos
también que adelantemos en la virtud. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Primer Día: Vocación de
San Judas
El que me sigue, no anda en tinieblas, dice el Señor. Estas palabras son
de Cristo, con las cuales nos exhorta a que imitemos su vida y costumbres, si
queremos ser librados de la ceguera del corazón y alumbrados verdaderamente.
(Imitación de Cristo, Capítulo I).
Qué tan pronta y generosamente siguió San Judas e imitó a Jesucristo,
puede deducirse de su vida enteramente consagrada al servicio de Jesús,
especialmente desde que fue llamado a ser uno de sus doce Apóstoles. Fue
siempre fiel a Cristo, del cual era pariente y uno de sus más celosos
apóstoles, predicando el reino de Dios y enseñando con toda libertad, sin que
nadie se lo prohibiese, lo tocante a Nuestro Señor Jesucristo. (Hechos,
Capítulos XXVII, 31).
También tú, oh cristiano, tienes una vocación aquí en la tierra, aunque
no sea de predicador del Evangelio y de extender el reino de Dios como el
sacerdote, el misionero y la religiosa en lejanas misiones; pero sí que eres llamado
a ser buen cristiano, a dar buen ejemplo al prójimo con tu paciencia, humildad,
obediencia y todas las demás virtudes cristianas.
Padre nuestro que estás en el cielo. Santificado sea tu nombre. Venga a
nosotros tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy
nuestro pan de cada día y perdona nuestras ofensas como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación y líbranos
del mal. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita
eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa
María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores, ahora y en la hora de
nuestra muerte. Amén.
Gloria al Padre, Gloria al Hijo y Gloria al
Espíritu Santo. Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de
los siglos. Amén.
Oraciones Finales
Padre nuestro que estás en el cielo. Santificado sea tu nombre. Venga a
nosotros tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy
nuestro pan de cada día y perdona nuestras ofensas como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación y líbranos
del mal. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita
eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa
María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores, ahora y en la hora de
nuestra muerte. Amén.
Gloria al Padre, Gloria al Hijo y
Gloria al Espíritu Santo. Como era en un principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
SEGUNDO
DÍA DE LA NOVENA A SAN JUDAS TADEO
En el nombre del Padre, del Hijo
y del Espíritu Santo. Amén.
Acto de Contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor
mío. Por ser Tú quien eres, Bondad infinita, y porque te amo sobre todas las
cosas, me pesa de todo corazón haberte ofendido. También me pesa porque puedes
castigarme con las penas del infierno. Te ofrezco mis sufrimientos como
expiación de mis pecados, propongo confesarme y cumplir la penitencia que me
sea impuesta. Ayudado de tu gracia propongo firmemente no pecar más y evitar
las ocasiones próximas de pecado. Amén.
Oración a San Judas
Tadeo
¡Oh gloriosísimo Apóstol San Judas! Siervo fiel y amigo de Jesús. El
nombre del traidor que entregó a tu querido Maestro en manos de sus enemigos ha
sido la causa de que muchos te hayan olvidado, pero la Iglesia te honra e invoca
universalmente como patrón de los casos difíciles y desesperados. Ruega por mí
que soy tan miserable y haz uso, te ruego, de ese privilegio especial a tí
concedido de socorrer visible y prontamente cuando casi se ha perdido toda
esperanza. Ven en mi ayuda en esta gran necesidad, para que reciba los
consuelos y socorro del cielo en todas mis necesidades, tribulaciones y
sufrimientos, particularmente (haga aquí cada una de sus súplicas especiales),
y para que bendiga a Dios contigo y con todos los escogidos por toda la
eternidad.
Te prometo, glorioso San Judas, acordarme siempre de este gran favor y
nunca dejaré de honrarte como a mi especial y poderoso protector y hacer todo
lo que pueda para fomentar tu devoción. Amén.
Letanías de San Judas
Tadeo
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Oh Dios, Padre celestial, ten piedad de nosotros.
Oh Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Oh Dios, Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.
San Judas, pariente de Jesús y María (Ruega por nosotros).
San Judas, que viviendo en la tierra fuiste digno de ver a Jesús y María y de
gozar de su compañía (Ruega por nosotros).
San Judas, elevado a la dignidad de Apóstol (Ruega por nosotros).
San Judas, que tuviste el honor de contemplar a tu Divino Maestro humillarse a
lavar tus pies (Ruega por nosotros).
San Judas, que en la última cena recibiste la Sagrada Eucaristía de las manos
de Jesús (Ruega por nosotros).
San Judas, que después del profundo dolor que te causó la muerte de tu querido
Maestro, tuviste el consuelo de contemplarlo resucitado de entre los muertos y
de asistir a su gloriosa Ascensión (Ruega por nosotros).
San Judas, que fuiste lleno del Espíritu Santo en el día de Pentecostés (Ruega
por nosotros).
San Judas, que predicaste el Evangelio en Persia (Ruega por nosotros).
San Judas, que hiciste grandes milagros con el poder del Espíritu Santo (Ruega
por nosotros).
San Judas, que volviste la salud de alma y cuerpo a un rey idólatra (Ruega
por nosotros).
San Judas, que hiciste callar a los demonios y confundiste sus oráculos (Ruega
por nosotros).
San Judas, que pronosticaste a un príncipe débil una paz honrosa con su
poderoso enemigo (Ruega por nosotros).
San Judas, que quitaste de las serpientes mortíferas el poder de dañar al
hombre (Ruega por nosotros).
San Judas, que despreciando las amenazas de los impíos predicaste valerosamente
la doctrina de Cristo (Ruega por nosotros).
San Judas, que sufriste gloriosamente el martirio por amor a tu divino Maestro
(Ruega por nosotros).
¡Oh Apóstol Bendito con confianza te invocamos!
¡Oh Apóstol Bendito con confianza te invocamos!
¡Oh Apóstol Bendito con confianza te invocamos!
¡Oh San Judas, esperanza del desesperado, ayúdame en mi aflicción!
¡Oh San Judas, esperanza del desesperado, ayúdame en mi aflicción!
¡Oh San Judas, esperanza del desesperado, ayúdame en mi aflicción!
Que por tu intercesión, así los sacerdotes como el pueblo fiel de la
Iglesia reciban un celo ardiente por la Fe de Jesucristo. (Te rogamos, óyenos).
Que defiendas al Soberano Pontífice y alcances la paz y la unidad a la Iglesia
Santa. (Te rogamos, óyenos).
Que los paganos e incrédulos se conviertan a la verdadera fe. (Te rogamos,
óyenos).
Que la fe, la esperanza y la caridad aumenten en nuestros corazones. (Te
rogamos, óyenos).
Que nos veamos libres de todos los malos pensamientos y de todas las acechanzas
del demonio. (Te rogamos, óyenos).
Que nos guardes de todo pecado y de toda ocasión de pecar. (Te rogamos, óyenos).
Que nos defiendas en la hora de la muerte contra la furia del demonio y de sus
malvados espíritus. (Te rogamos, óyenos).
Ruega por nosotros, para que antes de la muerte expiemos todos nuestros
pecados con sincero arrepentimiento y la recepción digna de los Santos
Sacramentos.
Ruega por nosotros para que alcancemos un juicio favorable.
Ruega por nosotros para que seamos admitidos en la compañía de los
bienaventurados para gozar de la presencia de Dios eternamente.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo. Perdónanos Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo. Óyenos, Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo. Ten piedad de nosotros.
Ruega por nosotros, San Judas Tadeo.
Para que seamos dignos de las promesas de Jesucristo.
Oración a Dios
Oh Dios, que nos concediste la gracia de que llegásemos a conocer tu
santo nombre, mediante la predicación de tu Apóstol San Judas Tadeo, concédenos
también que adelantemos en la virtud. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Segundo Día: Amor de
San Judas
Bienaventurado el que conoce lo que es amar a Jesús y despreciarse a sí
mismo por Jesús. Conviene dejar un amor por otro amor, porque Jesús quiere ser
amado, El sólo sobre todas las cosas. El amor de la criatura es falaz y
mudable; el amor de Jesús es fiel y constante. "Ama y ten por amigo a
Aquel que, aunque todos te desamparen, no te desamparará, ni te dejará perecer
en el fin" (Kempis, Lib. II, Cap. VII). Grande fue el amor de San Judas a
Jesús, y quería que todo el mundo le amase como le dio a entender después de la
última cena al decirles Nuestro Señor (Evangelio de San Juan, Cap. XIV, 21)
"El que me ame, será amado de mi Padre; y yo le amaré, y yo mismo me
manifestaré en él". Dice Judas, no el Iscariote, sino nuestro Santo: "Señor,
¿qué causa hay para que te hayas manifestado claramente a nosotros, y no al
mundo?". Jesús le respondió así: "Cualquiera que me ama observará mi
doctrina, y mi Padre le amará, y vendremos a él y haremos mansión dentro de
él". Este amor grande de San Judas a Jesús lo manifiesta en su carta al
decirnos: "Manténganse constantes en el amor de Dios, esperando la
misericordia de Nuestro Señor Jesucristo para alcanzar la vida eterna".
Pidámosle que nuestro corazón esté siempre inflamado del amor a Jesús.
Gloria al Padre, Gloria al Hijo y Gloria al
Espíritu Santo. Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de
los siglos. Amén.
Oraciones Finales
Padre nuestro que estás en el cielo. Santificado sea tu nombre. Venga a
nosotros tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy
nuestro pan de cada día y perdona nuestras ofensas como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación y líbranos
del mal. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita
eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa
María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores, ahora y en la hora de
nuestra muerte. Amén.
Gloria al Padre, Gloria al Hijo y
Gloria al Espíritu Santo. Como era en un principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
TERCER
DÍA DE LA NOVENA A SAN JUDAS TADEO
En el nombre del Padre, del Hijo
y del Espíritu Santo. Amén.
Acto de Contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor
mío. Por ser Tú quien eres, Bondad infinita, y porque te amo sobre todas las
cosas, me pesa de todo corazón haberte ofendido. También me pesa porque puedes
castigarme con las penas del infierno. Te ofrezco mis sufrimientos como
expiación de mis pecados, propongo confesarme y cumplir la penitencia que me
sea impuesta. Ayudado de tu gracia propongo firmemente no pecar más y evitar
las ocasiones próximas de pecado. Amén.
Oración a San Judas
Tadeo
¡Oh gloriosísimo Apóstol San Judas! Siervo fiel y amigo de Jesús. El
nombre del traidor que entregó a tu querido Maestro en manos de sus enemigos ha
sido la causa de que muchos te hayan olvidado, pero la Iglesia te honra e
invoca universalmente como patrón de los casos difíciles y desesperados. Ruega
por mí que soy tan miserable y haz uso, te ruego, de ese privilegio especial a
tí concedido de socorrer visible y prontamente cuando casi se ha perdido toda
esperanza. Ven en mi ayuda en esta gran necesidad, para que reciba los
consuelos y socorro del cielo en todas mis necesidades, tribulaciones y
sufrimientos, particularmente (haga aquí cada una de sus súplicas especiales),
y para que bendiga a Dios contigo y con todos los escogidos por toda la
eternidad.
Te prometo, glorioso San Judas, acordarme siempre de este gran favor y
nunca dejaré de honrarte como a mi especial y poderoso protector y hacer todo
lo que pueda para fomentar tu devoción. Amén.
Letanías de San Judas
Tadeo
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Oh Dios, Padre celestial, ten piedad de nosotros.
Oh Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Oh Dios, Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.
San Judas, pariente de Jesús y María (Ruega por nosotros).
San Judas, que viviendo en la tierra fuiste digno de ver a Jesús y María y de
gozar de su compañía (Ruega por nosotros).
San Judas, elevado a la dignidad de Apóstol (Ruega por nosotros).
San Judas, que tuviste el honor de contemplar a tu Divino Maestro humillarse a
lavar tus pies (Ruega por nosotros).
San Judas, que en la última cena recibiste la Sagrada Eucaristía de las manos de
Jesús (Ruega por nosotros).
San Judas, que después del profundo dolor que te causó la muerte de tu querido
Maestro, tuviste el consuelo de contemplarlo resucitado de entre los muertos y
de asistir a su gloriosa Ascensión (Ruega por nosotros).
San Judas, que fuiste lleno del Espíritu Santo en el día de Pentecostés (Ruega
por nosotros).
San Judas, que predicaste el Evangelio en Persia (Ruega por nosotros).
San Judas, que hiciste grandes milagros con el poder del Espíritu Santo (Ruega
por nosotros).
San Judas, que volviste la salud de alma y cuerpo a un rey idólatra (Ruega
por nosotros).
San Judas, que hiciste callar a los demonios y confundiste sus oráculos (Ruega
por nosotros).
San Judas, que pronosticaste a un príncipe débil una paz honrosa con su poderoso
enemigo (Ruega por nosotros).
San Judas, que quitaste de las serpientes mortíferas el poder de dañar al
hombre (Ruega por nosotros).
San Judas, que despreciando las amenazas de los impíos predicaste valerosamente
la doctrina de Cristo (Ruega por nosotros).
San Judas, que sufriste gloriosamente el martirio por amor a tu divino Maestro
(Ruega por nosotros).
¡Oh Apóstol Bendito con confianza te invocamos!
¡Oh Apóstol Bendito con confianza te invocamos!
¡Oh Apóstol Bendito con confianza te invocamos!
¡Oh San Judas, esperanza del desesperado, ayúdame en mi aflicción!
¡Oh San Judas, esperanza del desesperado, ayúdame en mi aflicción!
¡Oh San Judas, esperanza del desesperado, ayúdame en mi aflicción!
Que por tu intercesión, así los sacerdotes como el pueblo fiel de la
Iglesia reciban un celo ardiente por la Fe de Jesucristo. (Te rogamos, óyenos).
Que defiendas al Soberano Pontífice y alcances la paz y la unidad a la Iglesia
Santa. (Te rogamos, óyenos).
Que los paganos e incrédulos se conviertan a la verdadera fe. (Te rogamos,
óyenos).
Que la fe, la esperanza y la caridad aumenten en nuestros corazones. (Te
rogamos, óyenos).
Que nos veamos libres de todos los malos pensamientos y de todas las acechanzas
del demonio. (Te rogamos, óyenos).
Que nos guardes de todo pecado y de toda ocasión de pecar. (Te rogamos,
óyenos).
Que nos defiendas en la hora de la muerte contra la furia del demonio y de sus
malvados espíritus. (Te rogamos, óyenos).
Ruega por nosotros, para que antes de la muerte expiemos todos nuestros
pecados con sincero arrepentimiento y la recepción digna de los Santos
Sacramentos.
Ruega por nosotros para que alcancemos un juicio favorable.
Ruega por nosotros para que seamos admitidos en la compañía de los
bienaventurados para gozar de la presencia de Dios eternamente.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo. Perdónanos Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo. Óyenos, Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo. Ten piedad de nosotros.
Ruega por nosotros, San Judas Tadeo.
Para que seamos dignos de las promesas de Jesucristo.
Oración a Dios
Oh Dios, que nos concediste la gracia de que llegásemos a conocer tu
santo nombre, mediante la predicación de tu Apóstol San Judas Tadeo, concédenos
también que adelantemos en la virtud. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Tercer Día: Celo de San
Judas
El verdadero celo es la más clara muestra y como resultado natural del
amor a Jesucristo. Pues nada desea Jesús como la gloria de su Padre y la
salvación de las almas. San Judas manifestó su amor a Jesús y su gran celo por
la salvación de las almas, no sólo con la predicación del Evangelio hasta las
más distantes naciones en donde por amor a Jesucristo dio su sangre y su vida,
padeciendo glorioso martirio en Persia; sino que quiso dejarnos un recuerdo
eterno al decirnos en su carta (17): "Ustedes, sin embargo, queridos míos,
acuérdense de las palabras que les fueron antes dichas por los apóstoles de
Nuestro Señor Jesucristo, las cuales les decían que en los últimos tiempos han
de venir unos impíos, que seguirán sus pasiones llenas de impiedad. Estos son
los que separan a sí mismos de la grey de Jesucristo, hombres sensuales, que no
tienen el espíritu de Dios".
¿Imitamos a San Judas en el celo por la gloria de Dios y la salvación de
nuestro prójimo con las palabras y el ejemplo de su vida consagrada al servicio
de Jesús?
Gloria al Padre, Gloria al Hijo y Gloria al
Espíritu Santo. Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de
los siglos. Amén.
Oraciones Finales
Padre nuestro que estás en el cielo. Santificado sea tu nombre. Venga a
nosotros tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy
nuestro pan de cada día y perdona nuestras ofensas como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación y líbranos
del mal. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita
eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa
María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores, ahora y en la hora de
nuestra muerte. Amén.
Gloria al Padre, Gloria al Hijo y
Gloria al Espíritu Santo. Como era en un principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
CUARTO
DÍA DE LA NOVENA A SAN JUDAS TADEO
En el nombre del Padre, del Hijo
y del Espíritu Santo. Amén.
Acto de Contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor
mío. Por ser Tú quien eres, Bondad infinita, y porque te amo sobre todas las
cosas, me pesa de todo corazón haberte ofendido. También me pesa porque puedes
castigarme con las penas del infierno. Te ofrezco mis sufrimientos como
expiación de mis pecados, propongo confesarme y cumplir la penitencia que me
sea impuesta. Ayudado de tu gracia propongo firmemente no pecar más y evitar
las ocasiones próximas de pecado. Amén.
Oración a San Judas
Tadeo
¡Oh gloriosísimo Apóstol San Judas! Siervo fiel y amigo de Jesús. El
nombre del traidor que entregó a tu querido Maestro en manos de sus enemigos ha
sido la causa de que muchos te hayan olvidado, pero la Iglesia te honra e
invoca universalmente como patrón de los casos difíciles y desesperados. Ruega
por mí que soy tan miserable y haz uso, te ruego, de ese privilegio especial a
tí concedido de socorrer visible y prontamente cuando casi se ha perdido toda
esperanza. Ven en mi ayuda en esta gran necesidad, para que reciba los
consuelos y socorro del cielo en todas mis necesidades, tribulaciones y sufrimientos,
particularmente (haga aquí cada una de sus súplicas especiales), y para que
bendiga a Dios contigo y con todos los escogidos por toda la eternidad.
Te prometo, glorioso San Judas, acordarme siempre de este gran favor y
nunca dejaré de honrarte como a mi especial y poderoso protector y hacer todo
lo que pueda para fomentar tu devoción. Amén.
Letanías de San Judas
Tadeo
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Oh Dios, Padre celestial, ten piedad de nosotros.
Oh Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Oh Dios, Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.
San Judas, pariente de Jesús y María (Ruega por nosotros).
San Judas, que viviendo en la tierra fuiste digno de ver a Jesús y María y de
gozar de su compañía (Ruega por nosotros).
San Judas, elevado a la dignidad de Apóstol (Ruega por nosotros).
San Judas, que tuviste el honor de contemplar a tu Divino Maestro humillarse a
lavar tus pies (Ruega por nosotros).
San Judas, que en la última cena recibiste la Sagrada Eucaristía de las manos
de Jesús (Ruega por nosotros).
San Judas, que después del profundo dolor que te causó la muerte de tu querido
Maestro, tuviste el consuelo de contemplarlo resucitado de entre los muertos y
de asistir a su gloriosa Ascensión (Ruega por nosotros).
San Judas, que fuiste lleno del Espíritu Santo en el día de Pentecostés (Ruega
por nosotros).
San Judas, que predicaste el Evangelio en Persia (Ruega por nosotros).
San Judas, que hiciste grandes milagros con el poder del Espíritu Santo (Ruega
por nosotros).
San Judas, que volviste la salud de alma y cuerpo a un rey idólatra (Ruega
por nosotros).
San Judas, que hiciste callar a los demonios y confundiste sus oráculos (Ruega
por nosotros).
San Judas, que pronosticaste a un príncipe débil una paz honrosa con su
poderoso enemigo (Ruega por nosotros).
San Judas, que quitaste de las serpientes mortíferas el poder de dañar al
hombre (Ruega por nosotros).
San Judas, que despreciando las amenazas de los impíos predicaste valerosamente
la doctrina de Cristo (Ruega por nosotros).
San Judas, que sufriste gloriosamente el martirio por amor a tu divino Maestro
(Ruega por nosotros).
¡Oh Apóstol Bendito con confianza te invocamos!
¡Oh Apóstol Bendito con confianza te invocamos!
¡Oh Apóstol Bendito con confianza te invocamos!
¡Oh San Judas, esperanza del desesperado, ayúdame en mi aflicción!
¡Oh San Judas, esperanza del desesperado, ayúdame en mi aflicción!
¡Oh San Judas, esperanza del desesperado, ayúdame en mi aflicción!
Que por tu intercesión, así los sacerdotes como el pueblo fiel de la
Iglesia reciban un celo ardiente por la Fe de Jesucristo. (Te rogamos, óyenos).
Que defiendas al Soberano Pontífice y alcances la paz y la unidad a la Iglesia
Santa. (Te rogamos, óyenos).
Que los paganos e incrédulos se conviertan a la verdadera fe. (Te rogamos,
óyenos).
Que la fe, la esperanza y la caridad aumenten en nuestros corazones. (Te
rogamos, óyenos).
Que nos veamos libres de todos los malos pensamientos y de todas las acechanzas
del demonio. (Te rogamos, óyenos).
Que nos guardes de todo pecado y de toda ocasión de pecar. (Te rogamos,
óyenos).
Que nos defiendas en la hora de la muerte contra la furia del demonio y de sus
malvados espíritus. (Te rogamos, óyenos).
Ruega por nosotros, para que antes de la muerte expiemos todos nuestros
pecados con sincero arrepentimiento y la recepción digna de los Santos
Sacramentos.
Ruega por nosotros para que alcancemos un juicio favorable.
Ruega por nosotros para que seamos admitidos en la compañía de los
bienaventurados para gozar de la presencia de Dios eternamente.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo. Perdónanos Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo. Óyenos, Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo. Ten piedad de nosotros.
Ruega por nosotros, San Judas Tadeo.
Para que seamos dignos de las promesas de Jesucristo.
Oración a Dios
Oh Dios, que nos concediste la gracia de que llegásemos a conocer tu
santo nombre, mediante la predicación de tu Apóstol San Judas Tadeo, concédenos
también que adelantemos en la virtud. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Cuarto Día: Fe en San
Judas
"Fe se te pide, y vida recta, dice la Imitación de Cristo (Lib. IV,
Cap. XVIII), no elevado entendimiento, ni el profundizar los misterios de Dios.
Si no entiendes ni alcanzas las cosas que están debajo de ti, ¿cómo
comprenderás las que están sobre ti? Sujétate a Dios y humilla tu razón a la
fe". San Judas siguió con fidelidad y fe ardiente el llamamiento a la vida
penosa del apostolado que le hizo su Santo Primo Nuestro Señor Jesucristo y
aunque era pariente tan cercano de Jesucristo, le reconocía como su Maestro,
Señor e Hijo de Dios, aunque hecho Hombre. El predicar la fe y la doctrina de
Jesucristo fue su ocupación constante desde que fue llamado al apostolado, y
por esa misma fe dio su vida. "Ustedes, queridos", dice en su carta,
"elévense como un edificio espiritual de santísima fe, oren en el Espíritu
Santo y manténganse constantes en el amor de Dios".
Y exhorta a los fieles a que no olviden los avisos y enseñanzas que les
habían dado los apóstoles y que se guarden de los falsos profetas e impostores
que habían de venir al mundo.
Devoto de San Judas, si quieres merecer la protección de este Santo,
guarda firmemente tu fe, aún a costa de tu sangre si fuese necesario.
Gloria al Padre, Gloria al Hijo y Gloria al
Espíritu Santo. Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de
los siglos. Amén.
Oraciones Finales
Padre nuestro que estás en el cielo. Santificado sea tu nombre. Venga a
nosotros tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy
nuestro pan de cada día y perdona nuestras ofensas como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación y líbranos
del mal. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita
eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa
María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores, ahora y en la hora de
nuestra muerte. Amén.
Gloria al Padre, Gloria al Hijo y
Gloria al Espíritu Santo. Como era en un principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
QUINTO
DÍA DE LA NOVENA A SAN JUDAS TADEO
En el nombre del Padre, del Hijo
y del Espíritu Santo. Amén.
Acto de Contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor
mío. Por ser Tú quien eres, Bondad infinita, y porque te amo sobre todas las
cosas, me pesa de todo corazón haberte ofendido. También me pesa porque puedes
castigarme con las penas del infierno. Te ofrezco mis sufrimientos como
expiación de mis pecados, propongo confesarme y cumplir la penitencia que me
sea impuesta. Ayudado de tu gracia propongo firmemente no pecar más y evitar
las ocasiones próximas de pecado. Amén.
Oración a San Judas
Tadeo
¡Oh gloriosísimo Apóstol San Judas! Siervo fiel y amigo de Jesús. El
nombre del traidor que entregó a tu querido Maestro en manos de sus enemigos ha
sido la causa de que muchos te hayan olvidado, pero la Iglesia te honra e
invoca universalmente como patrón de los casos difíciles y desesperados. Ruega
por mí que soy tan miserable y haz uso, te ruego, de ese privilegio especial a
tí concedido de socorrer visible y prontamente cuando casi se ha perdido toda
esperanza. Ven en mi ayuda en esta gran necesidad, para que reciba los
consuelos y socorro del cielo en todas mis necesidades, tribulaciones y
sufrimientos, particularmente (haga aquí cada una de sus súplicas especiales),
y para que bendiga a Dios contigo y con todos los escogidos por toda la
eternidad.
Te prometo, glorioso San Judas, acordarme siempre de este gran favor y
nunca dejaré de honrarte como a mi especial y poderoso protector y hacer todo
lo que pueda para fomentar tu devoción. Amén.
Letanías de San Judas
Tadeo
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Oh Dios, Padre celestial, ten piedad de nosotros.
Oh Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Oh Dios, Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.
San Judas, pariente de Jesús y María (Ruega por nosotros).
San Judas, que viviendo en la tierra fuiste digno de ver a Jesús y María y de
gozar de su compañía (Ruega por nosotros).
San Judas, elevado a la dignidad de Apóstol (Ruega por nosotros).
San Judas, que tuviste el honor de contemplar a tu Divino Maestro humillarse a
lavar tus pies (Ruega por nosotros).
San Judas, que en la última cena recibiste la Sagrada Eucaristía de las manos
de Jesús (Ruega por nosotros).
San Judas, que después del profundo dolor que te causó la muerte de tu querido
Maestro, tuviste el consuelo de contemplarlo resucitado de entre los muertos y
de asistir a su gloriosa Ascensión (Ruega por nosotros).
San Judas, que fuiste lleno del Espíritu Santo en el día de Pentecostés (Ruega
por nosotros).
San Judas, que predicaste el Evangelio en Persia (Ruega por nosotros).
San Judas, que hiciste grandes milagros con el poder del Espíritu Santo (Ruega
por nosotros).
San Judas, que volviste la salud de alma y cuerpo a un rey idólatra (Ruega
por nosotros).
San Judas, que hiciste callar a los demonios y confundiste sus oráculos (Ruega
por nosotros).
San Judas, que pronosticaste a un príncipe débil una paz honrosa con su
poderoso enemigo (Ruega por nosotros).
San Judas, que quitaste de las serpientes mortíferas el poder de dañar al
hombre (Ruega por nosotros).
San Judas, que despreciando las amenazas de los impíos predicaste valerosamente
la doctrina de Cristo (Ruega por nosotros).
San Judas, que sufriste gloriosamente el martirio por amor a tu divino Maestro
(Ruega por nosotros).
¡Oh Apóstol Bendito con confianza te invocamos!
¡Oh Apóstol Bendito con confianza te invocamos!
¡Oh Apóstol Bendito con confianza te invocamos!
¡Oh San Judas, esperanza del desesperado, ayúdame en mi aflicción!
¡Oh San Judas, esperanza del desesperado, ayúdame en mi aflicción!
¡Oh San Judas, esperanza del desesperado, ayúdame en mi aflicción!
Que por tu intercesión, así los sacerdotes como el pueblo fiel de la
Iglesia reciban un celo ardiente por la Fe de Jesucristo. (Te rogamos, óyenos).
Que defiendas al Soberano Pontífice y alcances la paz y la unidad a la Iglesia
Santa. (Te rogamos, óyenos).
Que los paganos e incrédulos se conviertan a la verdadera fe. (Te rogamos,
óyenos).
Que la fe, la esperanza y la caridad aumenten en nuestros corazones. (Te
rogamos, óyenos).
Que nos veamos libres de todos los malos pensamientos y de todas las acechanzas
del demonio. (Te rogamos, óyenos).
Que nos guardes de todo pecado y de toda ocasión de pecar. (Te rogamos,
óyenos).
Que nos defiendas en la hora de la muerte contra la furia del demonio y de sus
malvados espíritus. (Te rogamos, óyenos).
Ruega por nosotros, para que antes de la muerte expiemos todos nuestros
pecados con sincero arrepentimiento y la recepción digna de los Santos
Sacramentos.
Ruega por nosotros para que alcancemos un juicio favorable.
Ruega por nosotros para que seamos admitidos en la compañía de los
bienaventurados para gozar de la presencia de Dios eternamente.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo. Perdónanos Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo. Óyenos, Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo. Ten piedad de nosotros.
Ruega por nosotros, San Judas Tadeo.
Para que seamos dignos de las promesas de Jesucristo.
Oración a Dios
Oh Dios, que nos concediste la gracia de que llegásemos a conocer tu
santo nombre, mediante la predicación de tu Apóstol San Judas Tadeo, concédenos
también que adelantemos en la virtud. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Quinto Día: Fortaleza
de San Judas
"Si como varones fuertes", dice la Imitación de Cristo (Lib.
I, Cap. XI), "procurásemos permanecer firmes en el combate, veríamos, sin
duda, bajar sobre nosotros desde el cielo el auxilio del Señor".
Pues el que nos da ocasiones de pelear para que salgamos victoriosos
está pronto a ayudar a los que pelean, confiados en su gracia. Nuestro Santo,
Judas, como se llama a sí mismo y es llamado en los Hechos de los Apóstoles,
significa confesión, alabanza, esto es, hombre que confiesa y anuncia las
alabanzas del Señor, lo cual requiere valor y mucha fortaleza.
La cual virtud manifiesta de un modo especial en su carta, la que,
aunque una de las más cortas del Nuevo Testamento, es admirable por su lenguaje
fuerte contra los herejes; y exhorta a los fieles a permanecer firmes en la fe
y en la doctrina que habían recibido de los Apóstoles del Señor. Y con
extraordinaria fortaleza reprende a los cristianos degenerados, y los llama
nubes sin agua, llevados de aquí para allá por los vientos; árboles otoñales,
infructuosos, dos veces muertos, sin raíces, prescindiendo de las amenazas de
esos impíos, condenando valerosamente el error y defendiendo con gran fortaleza
la doctrina de Cristo, sufriendo por defender la misma un glorioso martirio.
Pidamos a este valeroso Santo que nos dé esa fortaleza tan necesaria en estos
tiempos de cobardía para confesar, claramente, la doctrina santa del Evangelio.
Gloria al Padre, Gloria al Hijo y Gloria al
Espíritu Santo. Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de
los siglos. Amén.
Oraciones Finales
Padre nuestro que estás en el cielo. Santificado sea tu nombre. Venga a
nosotros tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy
nuestro pan de cada día y perdona nuestras ofensas como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación y líbranos
del mal. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita
eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa
María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores, ahora y en la hora de
nuestra muerte. Amén.
Gloria al Padre, Gloria al Hijo y
Gloria al Espíritu Santo. Como era en un principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
SEXTO
DÍA DE LA NOVENA A SAN JUDAS TADEO
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Acto de Contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor
mío. Por ser Tú quien eres, Bondad infinita, y porque te amo sobre todas las
cosas, me pesa de todo corazón haberte ofendido. También me pesa porque puedes
castigarme con las penas del infierno. Te ofrezco mis sufrimientos como
expiación de mis pecados, propongo confesarme y cumplir la penitencia que me
sea impuesta. Ayudado de tu gracia propongo firmemente no pecar más y evitar
las ocasiones próximas de pecado. Amén.
Oración a San Judas
Tadeo
¡Oh gloriosísimo Apóstol San Judas! Siervo fiel y amigo de Jesús. El
nombre del traidor que entregó a tu querido Maestro en manos de sus enemigos ha
sido la causa de que muchos te hayan olvidado, pero la Iglesia te honra e
invoca universalmente como patrón de los casos difíciles y desesperados. Ruega
por mí que soy tan miserable y haz uso, te ruego, de ese privilegio especial a
tí concedido de socorrer visible y prontamente cuando casi se ha perdido toda
esperanza. Ven en mi ayuda en esta gran necesidad, para que reciba los
consuelos y socorro del cielo en todas mis necesidades, tribulaciones y
sufrimientos, particularmente (haga aquí cada una de sus súplicas especiales),
y para que bendiga a Dios contigo y con todos los escogidos por toda la
eternidad.
Te prometo, glorioso San Judas, acordarme siempre de este gran favor y
nunca dejaré de honrarte como a mi especial y poderoso protector y hacer todo
lo que pueda para fomentar tu devoción. Amén.
Letanías de San Judas
Tadeo
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Oh Dios, Padre celestial, ten piedad de nosotros.
Oh Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Oh Dios, Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.
San Judas, pariente de Jesús y María (Ruega por nosotros).
San Judas, que viviendo en la tierra fuiste digno de ver a Jesús y María y de
gozar de su compañía (Ruega por nosotros).
San Judas, elevado a la dignidad de Apóstol (Ruega por nosotros).
San Judas, que tuviste el honor de contemplar a tu Divino Maestro humillarse a
lavar tus pies (Ruega por nosotros).
San Judas, que en la última cena recibiste la Sagrada Eucaristía de las manos
de Jesús (Ruega por nosotros).
San Judas, que después del profundo dolor que te causó la muerte de tu querido
Maestro, tuviste el consuelo de contemplarlo resucitado de entre los muertos y
de asistir a su gloriosa Ascensión (Ruega por nosotros).
San Judas, que fuiste lleno del Espíritu Santo en el día de Pentecostés (Ruega
por nosotros).
San Judas, que predicaste el Evangelio en Persia (Ruega por nosotros).
San Judas, que hiciste grandes milagros con el poder del Espíritu Santo (Ruega
por nosotros).
San Judas, que volviste la salud de alma y cuerpo a un rey idólatra (Ruega
por nosotros).
San Judas, que hiciste callar a los demonios y confundiste sus oráculos (Ruega
por nosotros).
San Judas, que pronosticaste a un príncipe débil una paz honrosa con su
poderoso enemigo (Ruega por nosotros).
San Judas, que quitaste de las serpientes mortíferas el poder de dañar al
hombre (Ruega por nosotros).
San Judas, que despreciando las amenazas de los impíos predicaste valerosamente
la doctrina de Cristo (Ruega por nosotros).
San Judas, que sufriste gloriosamente el martirio por amor a tu divino Maestro
(Ruega por nosotros).
¡Oh Apóstol Bendito con confianza te invocamos!
¡Oh Apóstol Bendito con confianza te invocamos!
¡Oh Apóstol Bendito con confianza te invocamos!
¡Oh San Judas, esperanza del desesperado, ayúdame en mi aflicción!
¡Oh San Judas, esperanza del desesperado, ayúdame en mi aflicción!
¡Oh San Judas, esperanza del desesperado, ayúdame en mi aflicción!
Que por tu intercesión, así los sacerdotes como el pueblo fiel de la
Iglesia reciban un celo ardiente por la Fe de Jesucristo. (Te rogamos, óyenos).
Que defiendas al Soberano Pontífice y alcances la paz y la unidad a la Iglesia
Santa. (Te rogamos, óyenos).
Que los paganos e incrédulos se conviertan a la verdadera fe. (Te rogamos,
óyenos).
Que la fe, la esperanza y la caridad aumenten en nuestros corazones. (Te
rogamos, óyenos).
Que nos veamos libres de todos los malos pensamientos y de todas las acechanzas
del demonio. (Te rogamos, óyenos).
Que nos guardes de todo pecado y de toda ocasión de pecar. (Te rogamos,
óyenos).
Que nos defiendas en la hora de la muerte contra la furia del demonio y de sus
malvados espíritus. (Te rogamos, óyenos).
Ruega por nosotros, para que antes de la muerte expiemos todos nuestros
pecados con sincero arrepentimiento y la recepción digna de los Santos
Sacramentos.
Ruega por nosotros para que alcancemos un juicio favorable.
Ruega por nosotros para que seamos admitidos en la compañía de los
bienaventurados para gozar de la presencia de Dios eternamente.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo. Perdónanos Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo. Óyenos, Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo. Ten piedad de nosotros.
Ruega por nosotros, San Judas Tadeo.
Para que seamos dignos de las promesas de Jesucristo.
Oración a Dios
Oh Dios, que nos concediste la gracia de que llegásemos a conocer tu
santo nombre, mediante la predicación de tu Apóstol San Judas Tadeo, concédenos
también que adelantemos en la virtud. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Sexto Día: Humildad de
San Judas
"Dios derribó del solio a los poderosos", exclama María en su
cántico del Magníficat, "y ensalzó a los humildes; y porque ha puesto Dios
los ojos en la humildad de su esclava, he aquí que desde ahora me llamarán
bienaventurada todas las generaciones". Dios protege y libra al humilde,
al humilde ama y después de su abatimiento, lo eleva a la gloria. "Al
humilde descubre sus secretos: le atrae suavemente a Sí", dice Kempis
(Lib. II, Cap. 2). La profunda humildad de San Judas brilla de un modo muy
especial en su Carta, pues en vez de empezarla llamándose pariente cercano del
Redentor del mundo Cristo Jesús y de María Reina de los cielos y de la tierra,
se titula Judas, siervo de Jesucristo y hermano de Santiago; por esto
cumpliéndose la sentencia del Salvador, de que quien se humillare será
exaltado, no es de maravillar que San Judas brille en el cielo como estrella de
primera magnitud junto con los demás apóstoles, y que en la tierra, por su
profunda humildad, Dios le haya dado gran poder de socorrer pronto y
eficazmente a los devotos que con confianza y humildad le invocan.
¿Nos consideramos como San Judas, humildes siervos de Jesús? Entonces
podemos acudir a la valiosa protección de San Judas, quien mirará nuestra
pequeñez con ojos de misericordia y nos socorrerá en nuestras necesidades.
Gloria al Padre, Gloria al Hijo y Gloria al
Espíritu Santo. Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de
los siglos. Amén.
Oraciones Finales
Padre nuestro que estás en el cielo. Santificado sea tu nombre. Venga a
nosotros tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy
nuestro pan de cada día y perdona nuestras ofensas como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación y líbranos
del mal. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita
eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa
María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores, ahora y en la hora de
nuestra muerte. Amén.
Gloria al Padre, Gloria al Hijo y
Gloria al Espíritu Santo. Como era en un principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
SÉPTIMO
DÍA DE LA NOVENA A SAN JUDAS TADEO
En el nombre del Padre, del Hijo
y del Espíritu Santo. Amén.
Acto de Contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor
mío. Por ser Tú quien eres, Bondad infinita, y porque te amo sobre todas las
cosas, me pesa de todo corazón haberte ofendido. También me pesa porque puedes
castigarme con las penas del infierno. Te ofrezco mis sufrimientos como
expiación de mis pecados, propongo confesarme y cumplir la penitencia que me
sea impuesta. Ayudado de tu gracia propongo firmemente no pecar más y evitar
las ocasiones próximas de pecado. Amén.
Oración a San Judas
Tadeo
¡Oh gloriosísimo Apóstol San Judas! Siervo fiel y amigo de Jesús. El
nombre del traidor que entregó a tu querido Maestro en manos de sus enemigos ha
sido la causa de que muchos te hayan olvidado, pero la Iglesia te honra e
invoca universalmente como patrón de los casos difíciles y desesperados. Ruega por
mí que soy tan miserable y haz uso, te ruego, de ese privilegio especial a tí
concedido de socorrer visible y prontamente cuando casi se ha perdido toda
esperanza. Ven en mi ayuda en esta gran necesidad, para que reciba los
consuelos y socorro del cielo en todas mis necesidades, tribulaciones y
sufrimientos, particularmente (haga aquí cada una de sus súplicas especiales),
y para que bendiga a Dios contigo y con todos los escogidos por toda la
eternidad.
Te prometo, glorioso San Judas, acordarme siempre de este gran favor y
nunca dejaré de honrarte como a mi especial y poderoso protector y hacer todo
lo que pueda para fomentar tu devoción. Amén.
Letanías de San Judas
Tadeo
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Oh Dios, Padre celestial, ten piedad de nosotros.
Oh Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Oh Dios, Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.
San Judas, pariente de Jesús y María (Ruega por nosotros).
San Judas, que viviendo en la tierra fuiste digno de ver a Jesús y María y de
gozar de su compañía (Ruega por nosotros).
San Judas, elevado a la dignidad de Apóstol (Ruega por nosotros).
San Judas, que tuviste el honor de contemplar a tu Divino Maestro humillarse a
lavar tus pies (Ruega por nosotros).
San Judas, que en la última cena recibiste la Sagrada Eucaristía de las manos
de Jesús (Ruega por nosotros).
San Judas, que después del profundo dolor que te causó la muerte de tu querido
Maestro, tuviste el consuelo de contemplarlo resucitado de entre los muertos y
de asistir a su gloriosa Ascensión (Ruega por nosotros).
San Judas, que fuiste lleno del Espíritu Santo en el día de Pentecostés (Ruega
por nosotros).
San Judas, que predicaste el Evangelio en Persia (Ruega por nosotros).
San Judas, que hiciste grandes milagros con el poder del Espíritu Santo (Ruega
por nosotros).
San Judas, que volviste la salud de alma y cuerpo a un rey idólatra (Ruega
por nosotros).
San Judas, que hiciste callar a los demonios y confundiste sus oráculos (Ruega
por nosotros).
San Judas, que pronosticaste a un príncipe débil una paz honrosa con su
poderoso enemigo (Ruega por nosotros).
San Judas, que quitaste de las serpientes mortíferas el poder de dañar al
hombre (Ruega por nosotros).
San Judas, que despreciando las amenazas de los impíos predicaste valerosamente
la doctrina de Cristo (Ruega por nosotros).
San Judas, que sufriste gloriosamente el martirio por amor a tu divino Maestro
(Ruega por nosotros).
¡Oh Apóstol Bendito con confianza te invocamos!
¡Oh Apóstol Bendito con confianza te invocamos!
¡Oh Apóstol Bendito con confianza te invocamos!
¡Oh San Judas, esperanza del desesperado, ayúdame en mi aflicción!
¡Oh San Judas, esperanza del desesperado, ayúdame en mi aflicción!
¡Oh San Judas, esperanza del desesperado, ayúdame en mi aflicción!
Que por tu intercesión, así los sacerdotes como el pueblo fiel de la
Iglesia reciban un celo ardiente por la Fe de Jesucristo. (Te rogamos, óyenos).
Que defiendas al Soberano Pontífice y alcances la paz y la unidad a la Iglesia
Santa. (Te rogamos, óyenos).
Que los paganos e incrédulos se conviertan a la verdadera fe. (Te rogamos,
óyenos).
Que la fe, la esperanza y la caridad aumenten en nuestros corazones. (Te
rogamos, óyenos).
Que nos veamos libres de todos los malos pensamientos y de todas las acechanzas
del demonio. (Te rogamos, óyenos).
Que nos guardes de todo pecado y de toda ocasión de pecar. (Te rogamos,
óyenos).
Que nos defiendas en la hora de la muerte contra la furia del demonio y de sus
malvados espíritus. (Te rogamos, óyenos).
Ruega por nosotros, para que antes de la muerte expiemos todos nuestros
pecados con sincero arrepentimiento y la recepción digna de los Santos
Sacramentos.
Ruega por nosotros para que alcancemos un juicio favorable.
Ruega por nosotros para que seamos admitidos en la compañía de los
bienaventurados para gozar de la presencia de Dios eternamente.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo. Perdónanos Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo. Óyenos, Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo. Ten piedad de nosotros.
Ruega por nosotros, San Judas Tadeo.
Para que seamos dignos de las promesas de Jesucristo.
Oración a Dios
Oh Dios, que nos concediste la gracia de que llegásemos a conocer tu
santo nombre, mediante la predicación de tu Apóstol San Judas Tadeo, concédenos
también que adelantemos en la virtud. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Séptimo Día:
Mansedumbre de San Judas
Hija de la humildad es la mansedumbre de Tadeo. San Judas como apóstol
tan humilde, no podía menos de imitar muy de cerca de su Primo y Maestro Jesús,
quien nos dice: "Aprendan de mí a ser mansos y humildes de corazón. Miren
que yo los envío como coderos entre lobos. Si alguno te hiere en la mejilla derecha,
vuélvele la otra; y al que quiere armarte pleito para quitarte la túnica,
alárgale también la capa. Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán la
tierra". Toda esa doctrina del Salvador sobre la necesidad que tenemos de
mostrarnos mansos y amables con nuestros semejantes, la practicó San Judas
Tadeo de un modo especial, no sólo en la bondad de su rostro, en lo amable de
su vista y palabras, en lo alegre aún en los mayores desprecios y
contradicciones que por Jesucristo padeció, sino resplandeciendo como el sol en
presencia de Agábaro, admitiendo gustoso los cárceles, y halagando las fieras
que los magos le arrojaron, por venganza de la victoria que de ellas, con solo
la señal de la cruz, obtuvo. Pidamos a San Judas Tadeo que seamos lo que su
nombre significa: dulces, misericordiosos, benignos, amables y mansos para que
después de haber poseído la tierra de los corazones, prometida por Nuestro
Señor a los mansos, lleguemos felizmente a la tierra prometida de la Gloria.
Gloria al Padre, Gloria al Hijo y Gloria al
Espíritu Santo. Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de
los siglos. Amén.
Oraciones Finales
Padre nuestro que estás en el cielo. Santificado sea tu nombre. Venga a
nosotros tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy
nuestro pan de cada día y perdona nuestras ofensas como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación y líbranos
del mal. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita
eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa
María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores, ahora y en la hora de
nuestra muerte. Amén.
Gloria al Padre, Gloria al Hijo y
Gloria al Espíritu Santo. Como era en un principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
OCTAVO
DÍA DE LA NOVENA A SAN JUDAS TADEO
En el nombre del Padre, del Hijo
y del Espíritu Santo. Amén.
Acto de Contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor
mío. Por ser Tú quien eres, Bondad infinita, y porque te amo sobre todas las
cosas, me pesa de todo corazón haberte ofendido. También me pesa porque puedes
castigarme con las penas del infierno. Te ofrezco mis sufrimientos como
expiación de mis pecados, propongo confesarme y cumplir la penitencia que me
sea impuesta. Ayudado de tu gracia propongo firmemente no pecar más y evitar
las ocasiones próximas de pecado. Amén.
Oración a San Judas
Tadeo
¡Oh gloriosísimo Apóstol San Judas! Siervo fiel y amigo de Jesús. El
nombre del traidor que entregó a tu querido Maestro en manos de sus enemigos ha
sido la causa de que muchos te hayan olvidado, pero la Iglesia te honra e
invoca universalmente como patrón de los casos difíciles y desesperados. Ruega
por mí que soy tan miserable y haz uso, te ruego, de ese privilegio especial a
tí concedido de socorrer visible y prontamente cuando casi se ha perdido toda
esperanza. Ven en mi ayuda en esta gran necesidad, para que reciba los
consuelos y socorro del cielo en todas mis necesidades, tribulaciones y
sufrimientos, particularmente (haga aquí cada una de sus súplicas especiales),
y para que bendiga a Dios contigo y con todos los escogidos por toda la
eternidad.
Te prometo, glorioso San Judas, acordarme siempre de este gran favor y
nunca dejaré de honrarte como a mi especial y poderoso protector y hacer todo
lo que pueda para fomentar tu devoción. Amén.
Letanías de San Judas
Tadeo
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Oh Dios, Padre celestial, ten piedad de nosotros.
Oh Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Oh Dios, Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.
San Judas, pariente de Jesús y María (Ruega por nosotros).
San Judas, que viviendo en la tierra fuiste digno de ver a Jesús y María y de
gozar de su compañía (Ruega por nosotros).
San Judas, elevado a la dignidad de Apóstol (Ruega por nosotros).
San Judas, que tuviste el honor de contemplar a tu Divino Maestro humillarse a
lavar tus pies (Ruega por nosotros).
San Judas, que en la última cena recibiste la Sagrada Eucaristía de las manos
de Jesús (Ruega por nosotros).
San Judas, que después del profundo dolor que te causó la muerte de tu querido
Maestro, tuviste el consuelo de contemplarlo resucitado de entre los muertos y
de asistir a su gloriosa Ascensión (Ruega por nosotros).
San Judas, que fuiste lleno del Espíritu Santo en el día de Pentecostés (Ruega
por nosotros).
San Judas, que predicaste el Evangelio en Persia (Ruega por nosotros).
San Judas, que hiciste grandes milagros con el poder del Espíritu Santo (Ruega
por nosotros).
San Judas, que volviste la salud de alma y cuerpo a un rey idólatra (Ruega
por nosotros).
San Judas, que hiciste callar a los demonios y confundiste sus oráculos (Ruega
por nosotros).
San Judas, que pronosticaste a un príncipe débil una paz honrosa con su
poderoso enemigo (Ruega por nosotros).
San Judas, que quitaste de las serpientes mortíferas el poder de dañar al
hombre (Ruega por nosotros).
San Judas, que despreciando las amenazas de los impíos predicaste valerosamente
la doctrina de Cristo (Ruega por nosotros).
San Judas, que sufriste gloriosamente el martirio por amor a tu divino Maestro
(Ruega por nosotros).
¡Oh Apóstol Bendito con confianza te invocamos!
¡Oh Apóstol Bendito con confianza te invocamos!
¡Oh Apóstol Bendito con confianza te invocamos!
¡Oh San Judas, esperanza del desesperado, ayúdame en mi aflicción!
¡Oh San Judas, esperanza del desesperado, ayúdame en mi aflicción!
¡Oh San Judas, esperanza del desesperado, ayúdame en mi aflicción!
Que por tu intercesión, así los sacerdotes como el pueblo fiel de la
Iglesia reciban un celo ardiente por la Fe de Jesucristo. (Te rogamos, óyenos.
Que defiendas al Soberano Pontífice y alcances la paz y la unidad a la Iglesia
Santa. (Te rogamos, óyenos).
Que los paganos e incrédulos se conviertan a la verdadera fe. (Te rogamos,
óyenos).
Que la fe, la esperanza y la caridad aumenten en nuestros corazones. (Te
rogamos, óyenos).
Que nos veamos libres de todos los malos pensamientos y de todas las acechanzas
del demonio. (Te rogamos, óyenos).
Que nos guardes de todo pecado y de toda ocasión de pecar. (Te rogamos,
óyenos).
Que nos defiendas en la hora de la muerte contra la furia del demonio y de sus
malvados espíritus. (Te rogamos, óyenos).
Ruega por nosotros, para que antes de la muerte expiemos todos nuestros
pecados con sincero arrepentimiento y la recepción digna de los Santos
Sacramentos.
Ruega por nosotros para que alcancemos un juicio favorable.
Ruega por nosotros para que seamos admitidos en la compañía de los
bienaventurados para gozar de la presencia de Dios eternamente.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo. Perdónanos Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo. Óyenos, Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo. Ten piedad de nosotros.
Ruega por nosotros, San Judas Tadeo.
Para que seamos dignos de las promesas de Jesucristo.
Oración a Dios
Oh Dios, que nos concediste la gracia de que llegásemos a conocer tu
santo nombre, mediante la predicación de tu Apóstol San Judas Tadeo, concédenos
también que adelantemos en la virtud. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Octavo Día: Sabiduría
de San Judas
"Bienaventurado aquel a quien la verdad por sí misma enseña, no por
medio de figuras y palabras pasajeras" dice la Imitación de Cristo. ¿Qué
diremos, pues, de la sabiduría de San Judas Tadeo, pues quien es el Camino, la
Verdad y la Vida, le iluminó con los rayos de su divina sabiduría? Y a su mismo
nombre de Lebeo que se le da en el texto griego de San Mateo, significa, según
San Jerónimo, hombre de sabiduría e inteligencia, la cual demostró a los
herejes con fuertes epítetos y símiles, llamándoles meteoros errantes que
parecen deslumbrar al mundo por unos instantes y después van a parar en la
eterna obscuridad.
Nos enseña la grande obligación que tenemos de ir siempre creciendo en
el amor de Dios y en conducir a nuestros hermanos por el verdadero sendero de
la sabiduría celestial, iluminando a todos, especialmente a aquellos que
todavía están sentados en las sombras de la muerte, de la ignorancia de las
verdades salvadoras, de la verdadera religión de Jesucristo, la Iglesia
Católica Apostólica, guiada por el sucesor del príncipe de los Apóstoles, el
Vicario de Cristo en la tierra, el Pontífice de Roma, y que del sol del
Evangelio que San Judas Tadeo llevó por tan lejanas regiones, vuelva a
mostrarlo en estos tiempos de tanta incredulidad e ignorancia religiosa.
Gloria al Padre, Gloria al Hijo y Gloria al
Espíritu Santo. Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de
los siglos. Amén.
Oraciones Finales
Padre nuestro que estás en el cielo. Santificado sea tu nombre. Venga a
nosotros tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy
nuestro pan de cada día y perdona nuestras ofensas como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación y líbranos del
mal. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita
eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa
María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores, ahora y en la hora de
nuestra muerte. Amén.
Gloria al Padre, Gloria al Hijo y
Gloria al Espíritu Santo. Como era en un principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
NOVENO
DÍA DE LA NOVENA A SAN JUDAS TADEO
En el nombre del Padre, del Hijo
y del Espíritu Santo. Amén.
Acto de Contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor
mío. Por ser Tú quien eres, Bondad infinita, y porque te amo sobre todas las
cosas, me pesa de todo corazón haberte ofendido. También me pesa porque puedes
castigarme con las penas del infierno. Te ofrezco mis sufrimientos como
expiación de mis pecados, propongo confesarme y cumplir la penitencia que me sea
impuesta. Ayudado de tu gracia propongo firmemente no pecar más y evitar las
ocasiones próximas de pecado. Amén.
Oración a San Judas
Tadeo
¡Oh gloriosísimo Apóstol San Judas! Siervo fiel y amigo de Jesús. El
nombre del traidor que entregó a tu querido Maestro en manos de sus enemigos ha
sido la causa de que muchos te hayan olvidado, pero la Iglesia te honra e
invoca universalmente como patrón de los casos difíciles y desesperados. Ruega
por mí que soy tan miserable y haz uso, te ruego, de ese privilegio especial a
tí concedido de socorrer visible y prontamente cuando casi se ha perdido toda
esperanza. Ven en mi ayuda en esta gran necesidad, para que reciba los
consuelos y socorro del cielo en todas mis necesidades, tribulaciones y
sufrimientos, particularmente (haga aquí cada una de sus súplicas especiales),
y para que bendiga a Dios contigo y con todos los escogidos por toda la
eternidad.
Te prometo, glorioso San Judas, acordarme siempre de este gran favor y
nunca dejaré de honrarte como a mi especial y poderoso protector y hacer todo
lo que pueda para fomentar tu devoción. Amén.
Letanías de San Judas
Tadeo
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Oh Dios, Padre celestial, ten piedad de nosotros.
Oh Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Oh Dios, Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.
San Judas, pariente de Jesús y María (Ruega por nosotros).
San Judas, que viviendo en la tierra fuiste digno de ver a Jesús y María y de
gozar de su compañía (Ruega por nosotros).
San Judas, elevado a la dignidad de Apóstol (Ruega por nosotros).
San Judas, que tuviste el honor de contemplar a tu Divino Maestro humillarse a
lavar tus pies (Ruega por nosotros).
San Judas, que en la última cena recibiste la Sagrada Eucaristía de las manos
de Jesús (Ruega por nosotros).
San Judas, que después del profundo dolor que te causó la muerte de tu querido
Maestro, tuviste el consuelo de contemplarlo resucitado de entre los muertos y
de asistir a su gloriosa Ascensión (Ruega por nosotros).
San Judas, que fuiste lleno del Espíritu Santo en el día de Pentecostés (Ruega
por nosotros).
San Judas, que predicaste el Evangelio en Persia (Ruega por nosotros).
San Judas, que hiciste grandes milagros con el poder del Espíritu Santo (Ruega
por nosotros).
San Judas, que volviste la salud de alma y cuerpo a un rey idólatra (Ruega
por nosotros).
San Judas, que hiciste callar a los demonios y confundiste sus oráculos (Ruega
por nosotros).
San Judas, que pronosticaste a un príncipe débil una paz honrosa con su
poderoso enemigo (Ruega por nosotros).
San Judas, que quitaste de las serpientes mortíferas el poder de dañar al
hombre (Ruega por nosotros).
San Judas, que despreciando las amenazas de los impíos predicaste valerosamente
la doctrina de Cristo (Ruega por nosotros).
San Judas, que sufriste gloriosamente el martirio por amor a tu divino Maestro
(Ruega por nosotros).
¡Oh Apóstol Bendito con confianza te invocamos!
¡Oh Apóstol Bendito con confianza te invocamos!
¡Oh Apóstol Bendito con confianza te invocamos!
¡Oh San Judas, esperanza del desesperado, ayúdame en mi aflicción!
¡Oh San Judas, esperanza del desesperado, ayúdame en mi aflicción!
¡Oh San Judas, esperanza del desesperado, ayúdame en mi aflicción!
Que por tu intercesión, así los sacerdotes como el pueblo fiel de la
Iglesia reciban un celo ardiente por la Fe de Jesucristo. (Te rogamos, óyenos).
Que defiendas al Soberano Pontífice y alcances la paz y la unidad a la Iglesia
Santa. (Te rogamos, óyenos).
Que los paganos e incrédulos se conviertan a la verdadera fe. (Te rogamos,
óyenos).
Que la fe, la esperanza y la caridad aumenten en nuestros corazones. (Te
rogamos, óyenos).
Que nos veamos libres de todos los malos pensamientos y de todas las acechanzas
del demonio. (Te rogamos, óyenos).
Que nos guardes de todo pecado y de toda ocasión de pecar. (Te rogamos,
óyenos).
Que nos defiendas en la hora de la muerte contra la furia del demonio y de sus
malvados espíritus. (Te rogamos, óyenos).
Ruega por nosotros, para que antes de la muerte expiemos todos nuestros
pecados con sincero arrepentimiento y la recepción digna de los Santos
Sacramentos.
Ruega por nosotros para que alcancemos un juicio favorable.
Ruega por nosotros para que seamos admitidos en la compañía de los
bienaventurados para gozar de la presencia de Dios eternamente.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo. Perdónanos Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo. Óyenos, Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo. Ten piedad de nosotros.
Ruega por nosotros, San Judas Tadeo.
Para que seamos dignos de las promesas de Jesucristo.
Oración a Dios
Oh Dios, que nos concediste la gracia de que llegásemos a conocer tu
santo nombre, mediante la predicación de tu Apóstol San Judas Tadeo, concédenos
también que adelantemos en la virtud. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Noveno Día: Poder de
San Judas
Dice San Marcos que los apóstoles de Jesús fueron, y predicaron en todas
partes, cooperando con el Señor, y confirmando su doctrina con los milagros que
la acompañaban. Al predicar San Judas Tadeo el Evangelio por las apartadas
regiones de Persia que le habían tocado en suerte, convirtió innumerables
gentes a la Fe, entre ellos a Agábaro, Rey de Edesa, curado por San Judas en el
cuerpo y en el alma, confundiendo a sus enemigos, magos e impostores, quitando
el veneno mortal a las serpientes que ningún daño pudieron hacer a nuestro
Santo, este milagroso poder de San Judas parece que Nuestro Señor ha querido en
estos tiempos hacerlo revivir, sin duda por el olvido en que los fieles le han
tenido a causa de su nombre, común con el del Traidor de Jesucristo.
San Judas Tadeo manifiesta su ayuda y protección especial en socorrer a
sus devotos de aquellos casos en que toda esperanza humana parece faltar, y por
eso el pueblo fiel le aclama con el título de Abogado especial de los casos difíciles y desesperados. Basta
para convencerse de que nuestro Santo Apóstol alcance también a los que
imploran su protección todo género de gracias, aún de aquellas que parecen
cosas insignificantes, preguntarlo a quien le profese particular devoción, y
basta para experimentarlo, acudir al mismo Santo Apóstol. Innumerables son los
devotos que reconocidos de sus favores, envían cartas de agradecimiento al
Santuario Nacional de San Judas Tadeo, en donde se venera con singular devoción
una estatua y reliquia del Santo Apóstol. Si, pues, queremos su protección,
acudamos con fé y confianza a San Judas Tadeo, quien después de habernos
ayudado en este mundo, nos ayudará a alcanzar la gloria eterna.
Gloria al Padre, Gloria al Hijo y Gloria al
Espíritu Santo. Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de
los siglos. Amén.
Oraciones Finales
Padre nuestro que estás en el cielo. Santificado sea tu nombre. Venga a
nosotros tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy
nuestro pan de cada día y perdona nuestras ofensas como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación y líbranos
del mal. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita
eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa
María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores, ahora y en la hora de
nuestra muerte. Amén.
Gloria al Padre, Gloria al Hijo y
Gloria al Espíritu Santo. Como era en un principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
Redacción ACI Prensa
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