Pedro, el apóstol, es un hombre que ha aprendido de su propia experiencia de pecador a comprender sin dificultad el pecado de los demás y, de su experiencia de perdonado por Dios, a perdonar a los hombres hasta «setenta veces siete»
Pedro
tiene, por tanto, las características que le hacen un candidato especialmente
apto para predicar al Dios misericordioso del Nuevo Testamento: Medico que siempre cura y Padre que siempre perdona.
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