Oh, Mano poderosa de Cristo líbrame de todo mal, por mis contrarios por ser muchos, por donde quiera que vaya la mano de Dios me lleve, la de la virgen María me guíe de noche y de día, la de mi padre san Pedro por delante y por en medio, la de mi padre san Blas por delante y por detrás: ojos tengan que no me vean, manos tengan que no me toquen, pies tengan que no me alcancen, tan invisiblemente sea yo en medio de mis enemigos, que mi cuerpo no sea preso ni muerto.
Amén.
Jesús.
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