Padre Celestial, vengo en oración delante de tu presencia, para pedirte que me libres del dolor y de mi pasado, Tú conoces mis angustias, mis miedos, mis aflicciones, oro para que me libres y me sanes de todas las herida que ha quedado de mi pasado.
Ayúdame a
soltar todos los recuerdos que me inquietan y me traen angustia, ayúdame a
soltar cualquier cosa a la que me haya aferrado y enlazado que tenga que ver
con mi pasado.
En el Nombre de Jesús quiebro y me desligo de todo
aferramiento, ligadura, lazo, con todo lo que tiene que ver con mi pasado. Por
el poder de la Sangre de Cristo todos los
espíritus que estorban de distracción, de confusión, doble animo son
desalojados de mi vida, no tiene acceso a mi alma, los echo fuera de mí.
Declaro
que tengo la mente de Jesús, soy fortalecido(a), perfeccionado(a),
establecido(a) y afirmado(a) en mi fe.
Te pido
que toda baja autoestima, debilidad emocional e inseguridad sean transformadas
por ti Señor, en paz, gozo, fortaleza y confianza.
Renuncio
a toda la ansiedad, a todo el dolor y a las heridas del pasado, renuncio a toda
carga falsa que yo mismo me he impuesto, renuncio a todo el estrés acumulado, a
la culpa, y a la falta de perdón, al resentimiento, a toda raíz de amargura
oculta, a la envidia o los conflictos que se encuentren en mi corazón. Los
resisto y los echo fuera de mi vida, en el Nombre
poderoso de Jesucristo.
Te
entrego mi pasado y te pido Señor que restaures mi presente, recibo tu
liberación.
Alégrame
conforme a los días que he sido afligido y los años que he visto el mal (Salmo
90:15). Que mis ojos, desde este instante se fijen solo a seguir hacia
adelante. Mi mente la declaro restaurada y llevo cautivo todo pensamiento a la
obediencia en Cristo. Me rindo a ti y buscare cada día de tu gracia, tu favor y
tu voz, para hacer tu voluntad.
Padre yo
me declaro libre de las heridas del pasado, decreto un aceleramiento en mi vida
y que Tú me guías hacia el futuro que tienes para mí.
Señor te
doy gracias porque tu paz invade mi mente y mi espíritu. No me has dado espíritu
de temor sino de poder, amor, y dominio propio, tengo una mente sana. Mi cuerpo
es templo del Espíritu Santo. Puesto que estoy arraigado(a) y afirmado(a) en el
Amor de Dios, mi templo no puede ser traspasado
por espíritus inmundos que traen oscuridad a mi vida en el Nombre de Jesús.
Padre,
gracias de ante mano por la maravillosa sanidad interior que le has dado a mi
alma.
Declaro
que soy libre de las heridas que estaban en mi corazón y que Tú me has dado un
corazón conforme al tuyo.
Decido y
determino no encadenarme al dolor del sufrimiento por el rechazo, traumas,
traición o abusos.
Hoy me
declaro totalmente libre del dolor y de todas las heridas del pasado, declaro
que Jesús me hace descansar y que me prospera en
todo tiempo.
Gracias Padre por tu sanidad bendigo tu Santo Nombre, y te reconozco como el único Dios fiel y verdadero, toda la gloria y honra sea para ti en el Nombre poderoso de Jesús.
Amén.
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