Ante
la probable aprobación de una ley de bioética en Francia
Ante la más que
posible aprobación de una nueva ley sobre bioética por parte de la Asamblea
Nacional francesa, las voces que señalan la monstruosidad de algunos aspectos
de la misma intentan abrirse camino entre el silencio inducido por la clase
política y los principales medios de comunicación.
(LSN/InfoCatólica) A partir del 27 de julio se celebrará una sesión especial de la Asamblea Nacional
francesa, que prolongará la
sesión parlamentaria ordinaria por razones de «urgencia»,
para que los diputados den una segunda lectura a la
ley de bioética que se está
debatiendo actualmente.
Entre sus principales
disposiciones figuran el acceso de las parejas de lesbianas y las mujeres
solteras a la procreación artificial y la ampliación de las condiciones de la
investigación sobre los embriones humanos.
Si bien el Senado ha suprimido
algunas de sus disposiciones más polémicas, la ley reformulada, aprobada por la
comisión especial de bioética de la Asamblea Nacional hace algunas semanas, incluye nuevas transgresiones que pueden ser introducidas en la
legislación francesa a un ritmo vertiginoso.
Siendo
Francia uno de los países que más ha sufrido el embate de la pandemia por Covid-19, hacer uso en
estos momentos de la Asamblea Nacional para impulsar una revisión profundamente
inhumana de una ley de bioética transgresora es realmente una declaración de lo que los poderes políticos franceses consideran su
principal prioridad.
La periodista Guyonne de Monjou,
escribiendo para Le Figaro, señaló que las nuevas
medidas propuestas por la comisión especial «hacen que te dé vueltas la cabeza». «Se está cruzando sin hacer ruido una frontera:
la que separaba la vida humana de la
animal, y el silencio es ensordecedor».
Patrick Hetzel, miembro de la
oposición («Les Républicains») por el Bajo
Rin en el este de Francia, y uno de los pocos diputados -una veintena de 577-
que luchan contra el nuevo texto, resumió la situación:
«Esto es
extremadamente grave. Se autorizan los bebés medicamentos,
los embriones transgénicos, las
quimeras humano-animales, el no consentimiento del cónyuge en la
donación de gametos, la extensión del diagnóstico preimplantatorio a las
enfermedades no hereditarias. Están aboliendo el equipo multidisciplinario
responsable de preparar a las parejas para la procreación médicamente
asistida».
Si se adopta la nueva ley en
sus términos actuales, se permitirá la producción y
«utilización» de quimeras y embriones transgénicos. También se permitiría que las células
humanas se incorporaran a los embriones animales.
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