El Papa Francisco advirtió cuáles son los tres
pasos de la tentación. Lo explicó durante la homilía de la Misa que celebró en
la capilla de la Casa Santa Marta de este sábado 4 de abril.
Tras comentar con una historia el pasaje del Evangelio de San Juan
(11:45-56) previo a la Pascua de los judíos en el que se describe cuando
Jesucristo “se retiró de allí a la región cercana
al desierto, a una ciudad llamada Efraím, y allí residía con sus discípulos”,
el Santo Padre relató que el modo de proceder de los doctores de la ley en el
relato “es precisamente una figura de cómo actúa la
tentación en nosotros, porque detrás de ella estaba obviamente el diablo que
quería destruir a Jesús”.
“La tentación en nosotros generalmente actúa
así: comienza con poco,
con un deseo, una idea, crece, contagia a otros y, al final, la justificación
total. Estos son los tres pasos de la tentación del diablo en nosotros, y aquí
están los tres pasos que hizo la tentación del diablo en la persona del doctor
de la ley”, advirtió el Papa.
En esta línea, el Pontífice señaló que la tentación del relato “empezó con poco, pero creció, creció, luego contagió a
otros, se hizo cuerpo y al final se justificó: ‘Es necesario que uno muera por
el pueblo’, la justificación total. Y todos se fueron a casa tranquilamente.
Dijeron: ‘Esta es la decisión que teníamos que tomar’. Y todos nosotros, cuando
somos vencidos por la tentación, terminamos tranquilos, porque hemos encontrado
una justificación para este pecado, para esta actitud pecaminosa,
para esta vida que no está de acuerdo con la ley de Dios”.
Por ello, el Papa animó a “tener el hábito
de ver este proceso de tentación en nosotros. Ese proceso que hace cambiar
nuestros corazones del bien al mal, que nos lleva por el camino en bajada. Algo
que crece, crece lentamente, luego contagia a otros y al final se justifica”.
“Es difícil que las tentaciones nos lleguen de
golpe, el diablo es astuto. Y sabe cómo tomar este camino, lo tomó para llegar
a la condena de Jesús. Cuando nos encontramos en un
pecado, en una caída, sí, debemos ir y pedir perdón al Señor, es lo primero que
debemos hacer, pero luego (debemos decir): ¿Cómo
llegué a caer allí? ¿Cómo comenzó este proceso en mi alma? ¿Cómo creció? ¿A
quién he contagiado? ¿Y cómo al final me he justificado para caer?”,
destacó.
En este sentido, el Santo Padre afirmó que “la
vida de Jesús es siempre un ejemplo para nosotros y las cosas que le sucedieron
a Jesús son cosas que nos sucederán, las tentaciones, las justificaciones, las
buenas personas que están a nuestro alrededor y tal vez no las sentimos, y las
malas personas, en el momento de la tentación, tratamos de acercarnos (a ellos)
para hacer crecer la tentación”.
“Pero no olvidemos nunca: siempre, detrás de un
pecado, detrás de una caída, hay una tentación que empezó pequeña, que ha
crecido, que ha contagiado y al final encuentro una justificación para caer.
Que el Espíritu Santo nos ilumine en este conocimiento interior”, invitó el Papa al concluir su homilía de este sábado.
POR MERCEDES DE LA TORRE
| ACI Prensa
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