Líderes en la Conferencia de Obispos Católicos de
Estados Unidos aplaudieron al Consejo Nacional de Discapacidad por su reciente
investigación sobre los riesgos del suicidio asistido en personas con
discapacidad.
“Cada suicidio es una tragedia humana, sin importar
la edad, discapacidad, o estatus social/económico de la persona”, dijo el Arzobispo de Kansas City (Missouri), Mons. Joseph Naumann; y el
Obispo de Venice (Florida), Mons. Frank Dewane .
“La legalización del suicidio asistido separa a las
personas en dos grupos: aquellos cuyas vidas queremos proteger y aquellos cuyas
muertes alentamos”, señalaron los prelados. “Esto es completamente injusto y socava gravemente la
igualdad de protección ante la ley”.
La semana pasada, el Consejo Nacional de Discapacidad publicó los
resultados de la investigación nacional de los efectos de las leyes del
suicidio asistido en personas con discapacidad.
En su examen, el consejo encontró “que las
razones más frecuentes ofrecidas por alguien que solicita suicidio asistido
están directamente relacionadas con servicios no cubiertos y necesidad de
apoyo”. La agencia pidió a los legisladores que remediaran estas
necesidades no satisfechas a través de cambios en la legislación y el financiamiento.
Añadió que en los estados donde el suicidio asistido es legal, “las garantías son ineficientes y la supervisión de
abusos y errores está ausente.”
En los Estados Unidos el suicidio asistido es legal en California,
Colorado, Hawai, New Jersey, Oregón, Vermont, Washington, el distrito de
Columbia, y en Montana por un fallo de la Corte. Una ley que permitirá el
suicidio asistido en Maine entrará en vigencia el 1 de enero de 2020.
El Consejo Nacional de Discapacidad es una agencia federal independiente
que asesora a legisladores en la manera que las políticas y prácticas afectan a
las personas con discapacidad. El reporte “El
Peligro de las Leyes del Suicidio Asistido” (“The Danger of Assisted
Suicide Laws”) se publicó el 9 de octubre como parte de su serie sobre bioética
y discapacidad.
El reporte encontró que las regulaciones estatales destinadas a prevenir
abusos en la práctica del suicidio asistido a veces quedan cortas. Apuntó a los
casos de compañías de seguros que niegan costosos tratamientos médicos de
soporte vital mientras cubren medicamentos mortales.
Además, los médicos raramente refieren para una evaluación psicológica
antes de recetar las medicinas letales, señala el reporte, a pesar que la
depresión es un factor principal en la solicitud de suicidio asistido.
La presión financiera puede comprometer la libertad del paciente para
tomar la decisión de poner fin a su vida, agregó el informe, y los diagnósticos
erróneos de enfermedades terminales pueden llevar a los pacientes a terminar su
vida bajo el supuesto erróneo de que están cerca de la muerte.
El informe de la agencia también documentó la propagación del suicidio
en los estados que han legalizado el suicidio asistido y señaló una reducción
de las garantías inicialmente destinadas a prevenir abusos.
En Oregón, donde el suicidio asistido ha sido legal durante dos décadas,
el informe señaló que la práctica se ha ampliado para incluir enfermedades no
terminales, como artritis y diabetes.
El Consejo Nacional de Discapacidad se opuso a la legalización del
suicidio asistido. Pidió una inversión federal en servicios y apoyo a largo
plazo como alternativa al suicidio asistido. También instó a una mayor
investigación “sobre los factores de riesgo
relacionados con la discapacidad en la prevención del suicidio, así como a la
investigación en personas con discapacidad que soliciten suicidio asistido y
eutanasia”.
En su declaración, el Arzobispo Naumann y el Obispo Dewane instaron a
los legisladores y médicos a tomar seriamente las recomendaciones detalladas en
el reporte.
“Los derechos humanos y el valor intrínseco de una
persona no cambia por su edad, enfermedad o discapacidad” mencionaron.
"Debemos hacer lo que podamos para defender la
dignidad de la vida, apreciar las vidas de todos los seres humanos y trabajar
para prevenir todos los suicidios".
Traducido y adaptado por Harumi
Suzuki. Publicado originalmente en CNA
Redacción ACI
Prensa
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