Durante la Misa celebrada este martes 19 de febrero
en la Casa Santa Marta, el Papa Francisco aseguró que Dios tiene sentimientos,
“no es abstracto” ni es solo ideas, sino que “sufre” y esto “es el misterio del
Señor”.
En su homilía, el Santo Padre invitó a tener un corazón similar al
corazón de Dios, capaz de entristecerse ante el sufrimiento de los más débiles
pero sobre todo de ser hermano con los hermanos, padre con los hijos; un corazón
humano y divino.
“Los sentimientos de Dios, Dios Padre que nos ama
-y el amor es una relación- pero es capaz de enojarse… Es Jesús quien viene y
nos da el camino, con el sufrimiento del corazón, todo… Pero nuestro Dios tiene
sentimientos. Nuestro Dios nos ama con su corazón, no nos ama con ideas, nos
ama con su corazón. Y cuando nos acaricia, nos acaricia con su corazón y cuando
nos reprende, como un buen padre, nos reprende con su corazón, sufre más que
nosotros”, dijo el Papa.
De este modo, el Pontífice explicó que “es
una relación de corazón a corazón, de hijo a padre que se abre y si Él es capaz
de entristecerse en su corazón, también nosotros podemos ser capaces de
entristecernos delante a Él”. “No es sentimentalismo, es la verdad”,
señaló.
“No creo que nuestros tiempos sean mejores que los
tiempos del diluvio, no creo: las calamidades son más o menos las mismas, las
víctimas son más o menos las mismas. Pensemos por ejemplo en los más débiles,
los niños. La cantidad de niños hambrientos, de niños sin educación: no pueden
crecer en paz. Sin padres porque fueron asesinados en las guerras… Niños
soldados… Solo piensen en esos niños”.
LLORAR COMO JESÚS
Por ello, el Papa Francisco exhortó pedir al Señor la gracia de tener “un corazón como el corazón de Dios similar al corazón de
Dios” para ser capaces de comprender, acompañar y consolar.
“Existe la gran calamidad del diluvio, existe la
gran calamidad de las guerras de hoy donde pagan la cuenta de la fiesta los
débiles, los pobres, los niños, aquellos que no tienen recursos para seguir
adelante. Pensamos que el Señor está afligido en su corazón y acerquémonos al
Señor y hablémosle, hablemos: ‘Señor, mira estas cosas, yo te comprendo’.
Consolemos al Señor: ‘Te comprendo y te acompaño’, te acompaño en la oración,
en la intercesión por todas estas calamidades que son fruto del diablo que
quiere destruir la obra de Dios”, concluyó.
POR MERCEDES DE LA TORRE | ACI
Prensa
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