martes, 19 de mayo de 2015

VIDA HUMANA, VIDA ESPIRITUAL


Leí el otro día…, no recuerdo donde, que los católicos en el mundo éramos 1.200.MM, tampoco recuerdo si la cifra se refería a cristianos en general donde estaríamos englobado los católicos o solo a católicos que somos la mayoría, seguidos de los cismáticos orientales, que ellos se auto titulan ortodoxos, con lo cual subrepticiamente nos están llamando a los demás y en especial a los católicos heterodoxos, es decir, la única doctrina verdadera de Cristo es la suya los demás estamos equivocados. Esta es la razón por lo que personalmente aun siendo los católicos los verdaderos ortodoxos, descendiente del carisma Petrino, me niego a caer en la trampa del lenguaje de los adjetivos llamando ortodoxos a los cismáticos.

            Pero a lo que vamos de esos 1.200 MM, todos tendrán una vida humana, pero solo una parte de ellos tendrá una vida espiritual y lo que es peor, es que ni siquiera, aunque casi todos estén bautizados, son muchos los que carecen de un mínimo de vida espiritual ¿Y qué es eso de tener vida espiritual? desde luego que se pueden dar varias definiciones acerca de lo que es la vida espiritual de una persona, pero resumiendo podemos decir que tener vida espiritual, es: Poseer un alma que con mayor o menor pasión trate de vivir en contacto con el Señor y sepa apreciar las gracias y dones que este contacto le procura continuamente, para que su vida sea una perfecta imitación de la vida del Señor en este mundo.

            No cabe duda de que llevar a una vida espiritual, dentro de su vida humana a uno les resulta más fácil que a otros por muchas razones de status material o espiritual que Dios al crearnos nos a situados a todos y cada uno de nosotros. Tadeusz, Dajczer, canónico polaco, fundador del Movimiento de las familias de Nazaret, nos dice: “Son talentos, toda situación de la vida, sea esta, positiva o negativa, fracasos o éxitos, que Dios nos da, Es un mar de posibilidades que hemos de saber aprovechar, y no enterrar, y en los que las gracias más difíciles de obtener se encuentran en los talentos más valiosos”.

            Antes de seguir adelante, convine recordar el contenido de la parábola de los talentos: “14 El reino de los Cielos es también como un hombre que, al salir de viaje, llamó a sus servidores y les confió sus bienes. 15 A uno le dio cinco talentos, a otro dos, y uno solo a un tercero, a cada uno según su capacidad; y después partió. En seguida, 16 el que había recibido cinco talentos, fue a negociar con ellos y ganó otros cinco. 17 De la misma manera, el que recibió dos, ganó otros dos,18 pero el que recibió uno solo, hizo un pozo y enterró el dinero de su señor. 19 Después de un largo tiempo, llegó el señor y arregló las cuentas con sus servidores. 20 El que había recibido los cinco talentos se adelantó y le presentó otros cinco. "Señor, le dijo, me has confiado cinco talentos: aquí están los otros cinco que he ganado". 21 "Está bien, servidor bueno y fiel, le dijo su señor, ya que respondiste fielmente en lo poco, te encargaré de mucho más: entra a participar del gozo de tu señor". 22 Llegó luego el que había recibido dos talentos y le dijo: "Señor, me has confiado dos talentos: aquí están los otros dos que he ganado".23 "Está bien, servidor bueno y fiel, ya que respondiste fielmente en lo poco, te encargaré de mucho más: entra a participar del gozo de tu señor". 24 Llegó luego el que había recibido un solo talento. "Señor, le dijo, sé que eres un hombre exigente: cosechas donde no has sembrado y recoges donde no has esparcido. 25 Por eso tuve miedo y fui a enterrar tu talento: ¡aquí tienes lo tuyo!".26 Pero el señor le respondió: "Servidor malo y perezoso, si sabías que cosecho donde no he sembrado y recojo donde no he esparcido, 27 tendrías que haber colocado el dinero en el banco, y así, a mi regreso, lo hubiera recuperado con intereses. 28 Quítenle el talento para dárselo al que tiene diez, 29 porque a quien tiene, se le dará y tendrá de más, pero al que no tiene, se le quitará aun lo que tiene.30 Echen afuera, a las tinieblas, a este servidor inútil; allí habrá llanto y rechinar de dientes". (Mt 25,14-30).

            “Hay que distinguir entre talentos, o dones naturales, es decir la capacidad de hacer cosas y dones sobrenaturales, que son más importantes, que los talentos o dones naturales. Podemos disponer solamente de unos pocos talentos, pero tenemos muchos dones sobrenaturales que podemos adquirir. Los dones naturales o talentos de una persona, son los propios, de la vida humana. Por el contrario los dones sobrenaturales son los propios de la vida espiritual que es la vida que nos eleva a lo sobrenatural. Pero el hecho de que una persona disponga de talentos o dones naturales, es decir que sea por ejemplo un “manitas”. Estos talentos o dones naturales no le impiden que se entregue a una vida espiritual apasionada.

            Pues bien, sin olvidar el contenido de la parábola de los talentos, con respecto a ella nuestro Catecismo en los parágrafos 1934 al 1938 extractadamente, nos dicen, que estamos creados a imagen y semejanza de Dios, y todos nosotros tenemos un alma, además de una misma naturaleza y origen. Todos hemos sido rescatados del demonio por Cristo nuestro Redentor y todos gozamos de la misma dignidad, en cuanto todos estamos convocados a participar de la divina bienaventuranza. Todos estamos obligados a superar y eliminar, como contraria al plan de Dios, toda forma de discriminación en los derechos fundamentales de la persona, ya sea social o cultural, por motivos de sexo, raza, color, condición social, lengua o religión .

             Al venir al mundo, el hombre no dispone de todo lo que es necesario para el desarrollo de su vida corporal y espiritual. Necesita de los demás. Ciertamente hay diferencias entre los hombres por lo que se refiere a la edad, a las capacidades físicas, a las aptitudes intelectuales o morales, a las circunstancias de que cada uno se pudo beneficiar, a la distribución de las riquezas. Los "talentos" no están distribuidos por igual. Y estas diferencias pertenecen al plan de Dios, que quiere que cada uno reciba de otro aquello que necesita, y que quienes disponen de "talentos" particulares comuniquen sus beneficios a los que los necesiten. A Santa Catalina de Siena, entre otras revelaciones le manifestó: “En cuanto a los bienes temporales las cosas necesarias para la vida humana las he distribuido con la mayor desigualdad, y no he querido que cada uno posea todo lo que le era necesario para que los hombres tengan así ocasión, por necesidad, de practicar la caridad unos con otros. He querido que unos necesitasen de otros y que fuesen mis servidores para la distribución de las gracias y de las liberalidades que han recibido de mí.”

            Así como en la vida humana, el Señor dispone unos desiguales repartos, en la vida espiritual, todos podemos llegar a ser, el más santo de todos los santos. El tema solo depende de la palabra que le dijo Santo Tomás de Aquino a su hermana que le preguntaba: Tomás que es lo que hay que hacer para ser santo, a lo que él le respondió: “querer”, porque en esta vida humana “querer es poder”.

            Mi más cordial saludo lector y el deseo de que Dios te bendiga.

Juan del Carmelo

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