Me sugiere un amigo que hable del
éxito y eso haré, espero no defraudarle. Dice la Real Academia Española que
éxito es el “resultado feliz de un negocio o actuación”. Pero si preguntamos
por ahí qué es el éxito probablemente obtendremos una respuesta diferente por
cada persona, las cuáles podrían agruparse así:
Éxito = dinero. Es la asociación más
intuitiva, lo que primero se viene a la mente. Cuánto más dinero tienes, más
éxito has logrado en la vida, y si eres un muerto de hambre pues es que has
fracasado.
Éxito = poder. Segunda concepto preferido
de éxito. Con dinero o sin dinero, si tienes poder eres una persona de éxi
Éxito = logro físico difícil
de alcanzar. Por ejemplo ser campeón del mundo de algo (un deporte…), el que primero
ha hecho algo o el que más veces ha hecho algo…
Éxito = logro intelectual
difícil de alcanzar. Aquí tenemos el haber descubierto algo importante, como una vacuna, un
compuesto químico, un proceso físico… También se incluye escribir bien, o
cantar bien... Y por último, tener ideas notables, en el campo que sea.
Éxito = superar el día a día. Para estos, éxito es sacar
adelante una familia, cuidar de los padres, dar un futuro digno a los hijos, o
conservar un matrimonio feliz por muchos años.
Éxito = santidad. Estos son los que opinan que
éxito es llegar al peldaño más alto posible en la escala del amor a Dios y,
ojalá, al más alto de todos, la santidad.
Y para acabar: Éxito = estar
satisfecho con uno mismo, lo cuál es en mi opinión un quiero y no puedo
de la gente tonta pero, en fin, ahí está.
Salvando este último, yo creo que todo lo anterior es éxito. Pero ¿cuál de
todos ellos merece más la pena? y ¿cómo saberlo antes de que sea tarde? Para
resolver esta cuestión, creo que lo mejor es fijarse en las últimas palabras de
gente considerada de éxito. Las que dijeron justo antes de morir. Porque la
experiencia nos dice que cuando uno se va a morir es cuando se sincera de
verdad y reconoce si su vida valió la
pena o no. Si él mismo considera que ha sido un éxito o no…
Este examen supera, naturalmente, las posibilidades de este post.
Únicamente apunto el conocido caso del Marqués de Salamanca, hombre de éxito
como pocos. Rico, poderoso, diputado, senador, ministro, grande de España,
amigo de reyes, generoso como un príncipe… Sin embargo, algo debió faltar cuando poco antes de morir decía “Mi vida…, mi
peor negocio”.
Aramis
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