sábado, 7 de febrero de 2009

LA OTRA ORILLA


¿Por qué miras siempre hacia el otro lado?
¿Por qué piensas siempre que los otros, amigos, conocidos y vecinos, son más dichosos, y dices con ligereza:
a los otros les va mucho mejor, y yo doy lo mejor de mí y no llego a nada...?

§ La otra orilla siempre es más bella. Yace muy lejos.
§ Como petrificado, miras fijamente hacia la bella claridad.
§ Jamás tuviste en cuenta que también los de la otra orilla te observan y piensan que posees mucha mas felicidad, pues ellos solo ven tu parte agradable. Tus pequeñas y grandes preocupaciones no las conocen.
§ Vivir feliz es un arte. Para ello conviene sentirse satisfecho.
§ La felicidad no está en la otra orilla... Está en tu forma de ver tu orilla.
§ Aprecia la orilla donde Dios te puso, y no creas que la otra es la mejor, pues Dios te puso donde debes estar.
§ Los seres humanos tenemos la tendencia a pensar que todos los acontecimientos y circunstancias ajenas a nosotros son mejores que las propias.
§ Miramos la riqueza del vecino, el progreso de otros países y repetimos, a fuerza de tanto escucharlo, que todo tiempo pasado fue mejor.
§ Reparamos siempre en las cosas positivas de los otros, pero casi nunca tomamos en cuenta sus miserias. Y sin embargo... Ni todo el dinero del mundo alcanzaría para solucionar las miserias del espíritu.
§ Los que están allá quieren estar acá. Y los que están acá quieren estar allá. Pero ambos solo toman lo bueno del de enfrente. Y es lógico.
§ Generalmente mostramos lo mejor que tenemos, y nuestras falencias las ocultamos. Entonces, quienes nos rodean tienen una percepción parcial de nuestra realidad. Ven solo lo positivo, y por ende les parece que somos mejores. Pero lo cierto es que uno debe situarse y ver las cosas desde su propia óptica.
§ Porque solo cada uno de nosotros tiene una percepción total de nuestro propio ser. Y debemos aprovechar nuestras virtudes, y tratar de corregir nuestros defectos. Pero siempre desde nuestra propia realidad.
§ Tenemos que aprender a convivir con nosotros mismos, a aceptarnos y a aceptar nuestra circunstancia. Y a partir de allí abrirnos al mundo como somos... Sin envidias, sin soberbia, sin complejos.
§ Nuestra meta este año debe ser, poder ver nuestra orilla con los ojos del Señor.
Autor: WFPA

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