martes, 10 de febrero de 2009

AMIGOS


Hace tiempo al estar en mi casa, siendo como las 11:00 de la noche, recibí la llamada telefónica de un muy buen amigo mío... me dio mucho gusto su llamada y lo primero que me preguntó fue:
- “¿Cómo estás?"
Y sin saber por qué lo dije, contesté:
- "Solo... solísimo"
Mi amigo que siempre se ha caracterizado por ser muy perceptivo, me contestó.
- Esa respuesta quiere decir que te pasa algo... ¿quieres que platiquemos?”
Vacilando le respondí que si y me dijo:
- “¿Quieres que vaya a tu casa?”
Y respondí que si... colgó el teléfono y en menos de quince minutos él ya estaba tocando a mi puerta...
- Pasa, le dije, ¿quieres tomar algo?
Me respondió:
- Pues lo mismo que tú...“
Rápidamente nos encontrábamos platicando muy a gusto, el empezó con sus clásicas bromas para romper el hielo que me hicieron reír como no lo había hecho en varios días y luego pasamos a la parte seria de la platica, el con su cara de atento me dijo:
- “Ándale, platícame que te pasa
Yo empecé con mi principal preocupación que era el trabajo, le comenté que me sentía muy presionado por tanto trabajo que ya no aguantaba más, él como siempre me dio el mejor de los consejos, el animo para seguir adelante y no mirar atrás, en general me hizo sentir muy bien...

Cuando termine ese tema le dije…
- “¿Sabes qué? hay otras cosas que me preocupan...”
Y me dijo sonriendo...
- Pero mi amigo, para eso estoy aquí, dime todo lo que quieras...”
Total, hablé por horas y horas, de todo, de mi familia, de mi novia, de mis deudas, de todo y el atento siempre, me escuchó. Se nos hizo de día yo estaba totalmente cansado sentimentalmente, me había hecho mucho bien su compañía y sobre todo que me escuchara y que me apoyara y me hiciera ver mis errores.
Me sentía muy a gusto y cuando él noto que yo ya me encontraba mejor, me dijo...
- Bueno, pues, me retiro tengo que ir a trabajar...”
Yo me sorprendí y le dije…
- Pero, ¿por qué no me habías dicho que tenias que ir a trabajar? Mira la hora que es, no dormiste nada, te quite tu tiempo toda la noche...”
El sonrío y me dijo:
- No hay problema, para eso estamos los amigos…”
Yo me sentía cada vez mas feliz y orgulloso de tener un amigo así.... lo acompañe a la puerta de mi casa... y cuando él ya caminaba hacia su automóvil le grite desde lejos...
- “¡Oye amigo!, y a todo esto... porque llamaste anoche tan tarde?”
El regreso y me dijo en voz baja...
- Es que te quería dar una noticia...”
Y le pregunte ¿qué paso? y me dijo...
- “¿Te acuerdas que alguna vez te dije de un dolor en la nuca? Fui al doctor y después de algunos estudios me ha dicho que mis días están contados. Tengo un tumor cerebral, que no se puede operar, y solo me queda esperar...”
Yo me quede mudo... el me sonrío y me dijo:
- Que tengas un buen día amigo...”
Se dio la vuelta y se fue.... pasó un buen rato para cuando asimilé la situación y me pregunté una y otra vez, por qué cuando él me preguntó ¿cómo estás? me olvide de él y sólo hablé de mí. ¿Qué habrá pensado él de mis "grandes problemas", cuando él tenía el suyo y ni siquiera me lo había dicho… ¿Por qué yo no pregunte? ¿cómo obtuvo la fuerza de sonreírme, de darme ánimos, de decirme todo lo que me dijo, estando él en esa situación?...
Esto es increíble… desde entonces mi vida ha cambiado, suelo ser más crítico con mis problemas y suelo disfrutar más de las cosas buenas de la vida. Ahora aprovecho más el tiempo con la gente que quiero… por ejemplo él... todavía vive y procuro disfrutar más el tiempo que convivimos y platicamos; sigo disfrutando de sus chistes, de su locura, de su seriedad, de su sabiduría, de su temple, de mi amigo...
"Los verdaderos amigos son como la sangre acuden a la herida sin necesidad de llamarlos"

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