El hombre es desgraciado porque no sabe que es feliz. ¡Eso es todo!
Por: P. Eusebio Gómez Navarro OCD | Fuente:
eusebiogomeznavarro.org
Un periodista pregunta a Ana María Matute, de la Real Academia Española:
¿Qué es para usted vivir mucho?
Ella
responde:
Darte cuenta, tocar lo que vives en
cada instante.
El buen
fotógrafo capta lo instantáneo. La persona sabia es aquella que sabe vivir en
cada instante. Así afirma Dostoyevski: “El
hombre es desgraciado porque no sabe que es feliz. ¡Eso es todo! Si cualquiera
llega a descubrirlo, será feliz de inmediato, en ese mismo minuto, en ese mismo
instante”.
La vida te sonreirá, si se es capaz de descubrir esa sonrisa. Cada cosa tiene su belleza, tiene su alma. Para ello se necesita tiempo, y aprender a ver con los ojos del alma; entonces nacen deseos de disfrutar la vida. No se puede tomar la vida como una carrera, no es una competencia; La vida es un tesoro que hay que sorberlo en cada momento, que hay que compartido, es un soplo de eternidad que el Señor nos ha regalado. La vida es saber disfrutar y compartir el cariño inmenso que nos rodea, cuando estamos en familia, en el trabajo, en el campo, cuando sopla el viento y acaricia la lluvia. La vida es un eterno aprendizaje del amor.
“Alégrate de la vida porque te da la oportunidad de amar y trabajar y
jugar y mirar a las estrellas” (Henry
Van Dyke). Hay que vivir sin miedo a perder, pues “al
que vive temiendo nunca le tendré por libre” (Horacio). Hay que vivir en
el aquí y en el ahora, pues “algunos están
dispuestos a cualquier cosa, menos a vivir aquí y ahora” (John Lennon).
“¿Amas la vida? Pues no malgastes el tiempo que es la tela de la vida” (Benjamín Franklin).Y quine no ama la vida, tendrá que amar a los otros,
pues “amando a los demás descubriréis el sentido de
la vida” ( Juan Pablo II). Cuando se tiene en la vida un porqué,
se vive sin dificultad el cómo (F. W. Nietzsche). Y “cuando
una persona planta árboles bajo los cuales sabe muy bien que nunca se sentará,
ha empezado a descubrir el significado de la vida” ( Elton Trueblood).
Cada día hay que empezar a vivirlo como si fuese el primero y el último. “Cada vida ha de tener sus espacios huecos, que el ideal
ha de rellenar” (Julia Ward Howe).
La vida
es breve, hay, pues, que aprender a vivir, a aprovecharla, para no tener que
morir sin haber vivido, para no morir lentamente.
“Muere lentamente
quien no viaja, quien no lee, quien no escucha música, quien no halla
encanto en sí mismo.
Muere lentamente quien destruye su amor propio; quien no se deja ayudar.
Muere lentamente quien se transforma en esclavo del hábito, repitiendo
todos los días los mismos senderos; quien no cambia de rutina, no se arriesga a
vestir un nuevo color o no conversa con quien desconoce.
Muere
lentamente quien evita una pasión y su remolino de emociones;
aquellas que rescatan el brillo de los ojos y los corazones decaídos.
Muere lentamente quien no cambia la vida cuando está insatisfecho con su trabajo, o su amor; quien no arriesga lo seguro por lo incierto para ir tras de un sueño; quien no se permite, por lo menos una vez en la vida, huir de los consejos sensatos...
¡Vive hoy! ¡Arriesga hoy! ¡Haz hoy!
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