Päivi Räsänen ha logrado una gran victoria para la libertad de expresión frente a las imposiciones ideológicas del lobby LGTB.
La ex ministra del Interior
y parlamentaria finlandesa Päivi Räsänen ha conseguido ante el Tribunal de Apelación
de Helsinki un nuevo triunfo judicial en un caso en el
que se juega la libertad de expresión de los
europeos frente a las imposiciones ideológicas del lobby
LGBT.
ENCAUSANDO
A SAN PABLO
En 2019, Päivi criticó la
participación de la Iglesia Evangélica Luterana de Finlandia en la marcha del
Orgullo Gay. En su apoyo citó la Biblia, en concreto a San Pablo, para mostrar el rechazo de Dios a las
prácticas homosexuales: "Por lo cual Dios los
entregó a las apetencias de su corazón, a una impureza tal que degradaron sus
propios cuerpos... Sus mujeres cambiaron las relaciones naturales por
otras contrarias a la naturaleza; de igual modo los hombres,
abandonando las relaciones naturales con la mujer, se abrasaron en sus deseos,
unos de otros, cometiendo la infamia de las relaciones de hombres con hombres y
recibiendo en sí mismos el pago merecido por su extravío" (Rom 1,
24-27).
“¿Cómo puede ser
compatible el fundamento doctrinal de la Iglesia, la Biblia, con alabar
la vergüenza y el pecado como motivo de orgullo?”, añadía Räsänen en el mensaje en Twitter por el que fue investigada por "delito de
odio".
CUATRO
AÑOS DE ACOSO
Inicialmente la Policía la interrogó durante horas hasta concluir, en
un informe de once páginas, que no encontraba delito alguno que imputarla. Sin
embargo, acabó siendo procesada por tres delitos,
pues se extendieron las acusaciones a un folleto escrito en 2004 y a lo que
dijo en una tertulia radiofónica en 2019, en ambos casos sobre la misma
cuestión.
Se enfrentaba a una multa e
incluso a una condena de hasta dos años de cárcel,
además de la cancelación de todos sus escritos y mensajes en redes sociales.
Pero lo que ella más lamentó siempre es que, con la persecución a que era
sometida, otros cristianos se autocensuraban para
decir lo que piensan y lo que les dicta su fe.
Tras ser acusada formalmente en
2021, en marzo de 2022 el tribunal de distrito de Helsinki la absolvió por unanimidad de todas las acusaciones, alegando
que no corresponde a la Justicia estatal interpretar conceptos bíblicos. Junto
a ella, fue absuelto el obispo luterano Juhana
Pohjola, editor del folleto en cuestión.
Pero la fiscalía recurrió la
sentencia, y ahora el tribunal de apelación de la capital finlandesa ha rechazado el recurso: "No
hay razón alguna, en virtud de las pruebas aportadas, para valorar el caso de
forma diferente a como lo hizo el tribunal de distrito, y por tanto no hay
razón para modificar su juicio", afirman los jueces. La
fiscalía tiene de plazo hasta el 15 de junio de 2024 para un último recurso
ante el Tribunal Supremo.
"Estoy
profundamente aliviada", declaró Päivi tras esta victoria judicial, según informa ADF Internacional: "El tribunal ha respaldado plenamente y ratificado
la sentencia del tribunal de distrito, que reconoce el derecho de todos a la
libertad de expresión".
Päivi Räisänen cuenta su historia
en una entrevista de agosto de 2022 (en inglés claramente entendible), cuando
estaban empezando las declaraciones para el juicio de apelación ahora zanjado
en su favor.
"No es un
crimen tuitear un versículo de la Biblia, ni adherirse públicamente a la visión
cristiana. Los intentos de perseguirme por expresar mis convicciones han
supuesto cuatro años muy duros", añadió, "pero mi esperanza es que la resolución sentará
precedente para proteger el derecho humano a la libertad de
expresión. Confío sinceramente en que a otras personas inocentes se
les ahorre esta terrible experiencia simplemente por proclamar sus
convicciones".
SIN
MIEDO A LA CORRECCIÓN POLÍTICA
Nacida en 1959, madre de 5 hijos
y abuela de 11 nietos, médico de profesión, parlamentaria desde 1995 y líder
político durante once años del partido cristianodemócrata, además de ministra
del Interior entre 2011 y 2015, Päivi Räisänen ha destacado siempre por oponerse sin complejos al
discurso dominante de la corrección política.
En 2013 provocó un gran revuelo mediático
al lamentar que los animales están
más protegidos por la ley que los no nacidos ante la "carnicería"
del aborto.
Y en 2017 no se abstuvo de criticar la deriva de su Iglesia Luterana Evangélica de
Finlandia, que se mostraba partidaria del matrimonio entre personas del mismo
sexo y silenciaba a los críticos.
Pero nunca ha querido renunciar a su fe, que es
lo que, en la práctica, le pedía el fiscal en agosto de 2022, durante la
primera vista de la apelación ahora sentenciada: pretendía que Räisänen se retractase de haber
dicho y escrito lo que dijo y escribió.
"Pero ella no
estaba dispuesta a retractarse ni a negar las enseñanzas de su fe", explicó Paul Coleman, director ejecutivo de ADF International, que ha
ejercido la defensa de Päivi y es autor de Censurados. Cómo las leyes europeas contra el
'delito de odio' están amenazando la libertad de expresión:
"Parecía como si ella hubiese 'blasfemado' contra la ortodoxia hoy
dominante".
LA
VERDAD NO IMPORTA: ES "OFENSIVO"
El fiscal alegaba que Räisännen,
consciente de que sus palabras podían ser ofensivas, debería haberse abstenido
de ellas: "La cuestión no es si lo que dice es
verdad o no, sino que es ofensivo",
sostenía la acusación en referencia a la palabra "pecado". La
defensa arguyó que esa palabra estaba en la Biblia, y que si se condenada a su
defendida habría que condenar a la Biblia misma.
El tribunal decidió que, aunque
algunas de las afirmaciones de la encausada pudiesen objetarse, "tiene que haber una razón social abrumadora para
interferir en la libertad de expresión y restringirla", razón que
no se da en el caso.
"Aunque
celebramos esta gran victoria", señaló
Coleman, "tenemos que recordar que llega tras
cuatro años de investigaciones policiales, acusaciones criminales,
procesamientos y juicios. En una sociedad libre y democrática, a todos les debe
estar permitido compartir sus creencias sin temor a la
censura. Criminalizar la palabra
mediante el llamado 'delito de odio' cancela importantes debates públicos y
supone una grave amenaza para nuestras democracias".
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