Luis de la Fuente, seleccionador nacional de fútbol, habla abiertamente de su fe, devoción y de cómo la religión es "el motor de su vida", también a la hora de tomar decisiones.
A sus 62 años, Luis de la Fuente es
conocido como seleccionador nacional de
fútbol desde diciembre de
2022. También por sus años de dedicación profesional a este deporte en el
Sevilla F. C., el Deportivo Alavés y en el Athletic Club, equipo con el que
ganó 2 Ligas, 1 Copa del Rey y 1 Supercopa de España.
Pero hay vida más allá del fútbol
para el seleccionador. Entrevistado en El Mundo por
Eduardo J. Castelao, se presenta a sí mismo como un fan de Rocky
Balboa, como alguien "normal,
accesible y cercano" y como una persona a la que le importa poco lo
que piensen de él. Algo que muestra especialmente al hablar sin tapujos de su fe, lo que es poco frecuente en los altos cargos del
deporte.
LA
FE, EL "MOTOR" DE SU VIDA: "SIN ELLA, NADA TENDRÍA SENTIDO"
Preguntado por sus aficiones,
bastó una breve pasada por la evidente respuesta de "familia
y amigos" para dar paso al "motor de su
vida" que, junto con el fútbol, "es la fe".
¿Razones para creer
en Dios? Responde que hay "no una, sino mil razones para creer en Dios", y
afirma sin titubear que "es algo que hay que
vivir", pero que de no hacerlo, "la
vida no tendría sentido" para él.
"Soy religioso
porque he decidido serlo. Vengo de una familia religiosa, pero durante mi vida
he tenido muchas dudas y he estado alejado de la religión. En un momento de mi
vida, decidí acercarme de nuevo y apoyarme en Dios para todo lo
que hago", afirma al periodista de El Mundo.
Así explica Luis de la
Fuente su devoción.
También fue sometido al típico "si Dios existe, por qué permite el mal" o
la actual guerra de Gaza e Israel.
"Dios no es
responsable de eso, somos los hombres los que somos responsables de lo que
hacemos, los que tomamos las decisiones. Dios no tiene que estar
custodiando a nadie. Es cuestión de mirarnos a nosotros mismos y pensar qué
estamos haciendo mal para que esas cosas ocurran", respondió.
En estas declaraciones del pasado
15 de octubre (minuto 11.39), Luis de la Fuente se reconoció como "un
hombre de mucha fe y creyente" al hablar de su oración al Cristo del
Cachorro: "Pedí salud y también trabajo -para todos- y que salgan bien las
cosas. Me da mucha fortaleza a la hora de tomar decisiones saber que las tomo
con el apoyo de Dios".
LA
BONDAD, "IMPRESCINDIBLE"; LA SUPERACIÓN,
"INNEGOCIABLE"
De la Fuente se presenta como
alguien seguro de sí mismo, cree que quienes le conocen "tienen una buena impresión de él" y no le preocupa
lo que piensen porque, argumenta, "soy una
persona que hago lo que digo y que he cumplido con naturalidad".
Algo que parece valorar como "imprescindible" en su imagen pública es
"ser buena persona",
tanto para él mismo como para su equipo.
Para él, la valoración
profesional "es subjetiva": "Creo
que es más importante es que te digan que eres buena persona [antes que buen
entrenador]. Se vive mejor haciendo el bien que haciendo el mal, el mal
no descansa. A mi dame buenas personas, ante todo, y luego buenos
profesionales".
Hablando de sus pasatiempos, se
presenta como una persona que creció con Rocky Balboa, del que pareció valorar
en su juventud la actitud "incansable,
infatigable, constante", la del "me
pegas y me levanto". Muy parecido a los principios con los que
admite haber sido educado de "superación,
esfuerzo y trabajo" y
que, sin embargo, "se han ido perdiendo" en
las nuevas generaciones.
"Seguramente
porque la exigencia que hemos tenido con nuestros hijos no es la misma que la
que nuestros padres tuvieron con nosotros. Tener esos valores no debería pasar
de moda nunca. Esos valores son innegociables",
concluye el seleccionador.
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