MATTHIEU LAVAGNA DEFIENDE LA CONCORDANCIA ENTRE LA CIENCIA Y LA FILOSOFÍA DE LA CREACIÓN
MATTHIEU LAVAGNA DESLINDA CON GRAN CLARIDAD EL
CAMPO DE LA FILOSOFÍA Y EL DE LA CIENCIA EN EL ABORDAJE DE LA CUESTIÓN DE DIOS.
La apologética pisa
fuerte en Francia con la publicación de obras católicas con impacto público que
abordan la fe desde la perspectiva de la ciencia y de la razón.
Si en 2021 fueron dos veteranos
de formación científica, Michel-Yves Bolloré y Olivier
Bonnassies, quienes lanzaron el
debate con Dios, la ciencia, las pruebas,
hace unas semanas era un joven filósofo y teólogo, Matthieu
Lavagna, quien recogía el testigo con ¡Sé racional, hazte católico!.
Doblemente diplomado por el
Instituto Doctor Angélico belga, Lavagna tiene 23 años y formación matemática y ajedrecística, está recién casado y ejerce su
apostolado como apologista en la asociación Marie de Nazareth.
En su primer libro, hace
una defensa racional sistemática del cristianismo,
tanto en la exposición positiva como en la refutación de los ataques
contrarios. Aborda la existencia de Dios, la existencia histórica de Jesús, la fiabilidad de los Evangelios, la divinidad de
Cristo, su Resurrección, los milagros...
Monseñor André
Léonard ha
elogiado su "lógica precisa y
convincente" y que la obra esté "sólidamente
documentada" y sea "muy
pedagógica": "Recomiendo vivamente su lectura",
exhorta el arzobispo emérito de Malinas-Bruselas.
Charles-Henri d'Andigné ha entrevistado a Lavagna en Famille
Chrétienne:
-¿A
QUIÉN SE DIRIGE SU LIBRO?
-La obra se dirige a tres tipos
de personas. A los cristianos comprometidos que buscan comprender mejor su fe y
quieren responder a las distintas objeciones del escepticismo
contemporáneo. A los cristianos “culturales”
que recibieron una educación vagamente religiosa, pero han terminado por
abandonar la fe. Finalmente, a los escépticos abiertos de espíritu e
interesados en todo planteamiento racional sobre la existencia de Dios, incluso sobre
la posibilidad de una “verdad religiosa”.
-¿QUÉ
ES LA APOLOGÉTICA?
-La apologética, del griego apologia (que significa “defensa”), es una rama de la teología cristiana
que busca justificar racionalmente el conjunto de la fe cristiana (en tanto que
doctrina). Esta ciencia de las razones para creer tiene sobre todo como objeto
mostrar a los no creyentes la verdad de la Revelación
cristiana mediante argumentos puramente racionales y dar a los creyentes recursos para
consolidar su fe y ayudarles a salir de los periodos de duda.
-USTED
EVOCA EL COMIENZO DEL UNIVERSO Y SU “AJUSTE FINO”… ¿SON VERDADERAMENTE PRUEBAS
DE LA EXISTENCIA DE DIOS O ARGUMENTOS QUE APUNTAN EN ESE SENTIDO?
-Todo depende de lo que se
entienda por la palabra “prueba”. En sentido amplio, una
prueba designa un “razonamiento apropiado para establecer sólidamente la
verdad”, es decir, un razonamiento que permite acreditar una tesis y refutar su
contraria.
»En matemáticas, las
pruebas tienen una certeza absoluta. En el ámbito científico o histórico,
las pruebas tienen una certeza relativa. En filosofía, se habla
de prueba cuando hay un argumento lógicamente válido y que incluye premisas
verdaderas. Por ejemplo: todos los hombres son mortales (primera premisa);
ahora bien, yo soy un hombre (segunda premisa); luego yo soy mortal.
»La Iglesia enseña que la
existencia de Dios puede ser demostrada por la razón natural gracias a la
filosofía. Pero nada impide que la ciencia pueda confirmar ciertas premisas en
los argumentos filosóficos. En lo que concierne al comienzo del Universo, creo
que la ciencia confirma lo que la filosofía es capaz de demostrar.
La obra de Lavagna ha
sido elogiada por monseñor Léonard, arzobispo emérito de Malinas-Bruselas.
-¿POR
QUÉ LA EXISTENCIA DE UN UNIVERSO ETERNO ES IMPOSIBLE, FILOSÓFICAMENTE HABLANDO?
-Si el Universo no ha
tenido un comienzo, eso implica que el pasado es infinito. Esto quiere decir
que nos ha precedido una infinidad de acontecimientos uno por uno antes de
alcanzar el instante actual. Ahora bien, esto no es posible, porque implicaría
decir que se habría recorrido un número infinito de acontecimientos antes de
alcanzar hoy. Pero este recorrido es irrealizable, porque un
proceso que no tiene comienzo no puede conducir a ninguna parte. Del
mismo modo que no puedes contar hasta el infinito partiendo del instante
actual, tampoco puedes llegar desde “menos infinito” y terminar hoy tu recuento
(un recorrido que no puede hacerse en un sentido, tampoco puede hacerse en el
otro). Es un poco como si se quisiera “salir de un pozo sin fondo”, según la
expresión de William
Lane Craig. En consecuencia, el pasado no puede ser infinito. Por
tanto, el mismo tiempo debe tener un comienzo.
-EL
BIG BANG, O EL “ÁTOMO PRIMITIVO” DEL QUE HABLABA EL ASTROFÍSICO GEORGES LEMAÎTRE, ¿IMPLICA
QUE EL UNIVERSO TUVO UN INICIO?
-El Big Bang tiende
a mostrar que el Universo tuvo un comienzo, al menos según el modelo de Friedmann-Lemaître,
que implica que el tiempo comienza a existir en ese momento. En realidad, no se
sabe bien qué pasa entre el instante t=0 y el muro de Planck (10-43 segundos
después del Big Bang). Lo que sí puede decirse desde la publicación en 2003
del teorema de Borde-Guth-Vilenkin es
que todo Universo que, en término medio, está en expansión a lo largo de toda
su historia debe tener un comienzo.
»Si en tiempos los teóricos
intentaban evitar el comienzo absoluto remitiéndose al periodo anterior al
tiempo de Planck, este teorema ya no les permite esa posibilidad e impone
la necesidad de un comienzo cósmico.
»El propio Alex
Vilenkin admite: “Con
la prueba ahora establecida, los cosmólogos ya no pueden seguir ocultándose
detrás de la posibilidad de un Universo eterno. Ya no hay salida de emergencia,
tienen que afrontar el problema de un inicio cósmico".
-¿QUÉ
CONSTANTES RIGEN EL UNIVERSO?
-Hay aproximadamente una quincena.
Las más conocidas son la constante de Planck, la de la gravitación, la tasa de
expansión del Universo o incluso la constante cosmológica, medida con una
precisión del orden de 10-120. Para hacernos una idea, una precisión
del orden de 10-60 es análoga a la probabilidad de lanzar una
flecha hasta el otro extremo del Universo y acertar en un blanco de 1 cm2.
¡Así que imaginen lo que representa una precisión de 10-120! ¡La
probabilidad se convierte en algo totalmente inconcebible! Sería
irracional pensar que ese ajuste fino sea fruto del azar.
-EL
FILÓSOFO FLORIAN LAGUENS OBJETA
QUE EL HECHO DE BASAR LA EXISTENCIA DE DIOS EN UNA TEORÍA CIENTÍFICA ES
ARRIESGADO: UNA TEORÍA CIENTÍFICA NUNCA ES DEFINITIVA, PUEDE SER SUPERADA POR
UNA TEORÍA NUEVA.
-Laguens tiene razón al subrayar
que las pruebas de la existencia de Dios reposan sobre todo en la filosofía, en
los principios de la razón, más que en la ciencia. En efecto, los principios filosóficos son inmutables, no están ligados a
nuevos descubrimientos, como es el caso de la ciencia empírica.
»Sin embargo, hay
avances científicos de los que no se puede prescindir y sobre los que no se
dará marcha atrás. Por ejemplo, el ajuste tan fino de las constantes del
Universo que acabo de mencionar. Así que sería absurdo privarse de estos
descubrimientos a la hora de razonar sobre el origen del Universo. Que no todo
se pueda probar con la ciencia no implica que la ciencia no sirva para nada.
Creo que hay dos excesos que evitar: querer probarlo todo científicamente
(cientismo) y descartar completamente la ciencia como si no pudiese ser
colaboradora de la filosofía.
-CON
EL MÉTODO QUE USTED UTILIZA, ¿NO EXISTE EL RIESGO DE CONFUNDIR CIENCIA Y
FILOSOFÍA?
-Hay que ser extremadamente
preciso en epistemología para distinguir bien ambos dominios. Sin embargo, nada
impide una justa colaboración entre ellos siempre que previamente se tengan en
cuenta esas distinciones. Por ejemplo, afirmar “todo lo
que ha comenzado a existir tiene una causa” es una premisa puramente
filosófica basada en el principio ex nihilo
nihil fit (“nada surge de la
nada”). Por su parte, la premisa “el universo tuvo
un comienzo” es una
premisa accesible a la vez para la filosofía (la reflexión sobre las
implicaciones de un pasado infinito) y para la ciencia (los recientes
descubrimientos en cosmología). Los dos ámbitos pueden utilizarse legítimamente
en un mismo razonamiento sin mezclar los géneros.
-USTED
ABORDA EL ARGUMENTO MORAL DE DOSTOIEVSKI: “SI DIOS NO
EXISTE, TODO ESTÁ PERMITIDO”. ¿PUEDE CONSIDERARSE QUE EXISTE UNA LEY MORAL
UNIVERSAL BASADA EN LA NATURALEZA HUMANA (ANTÍGONA CONTRA CREONTE), EN LA QUE
CREÍAN LOS GRIEGOS, Y QUE NO ES RELIGIOSA?
-En efecto, no hace falta una
religión revelada para establecer una ley moral universal. Sin embargo, creo
que si Dios no existe, es imposible fundar una ley moral
objetiva. Después de todo, desde
un punto de vista materialista, los seres humanos no tienen nada de especial
respecto a los animales: somos solo “simios
mejorados”, puros accidentes y producto de la evolución biológica.
»¿Quién tendría autoridad para imponernos obligaciones
morales objetivas, si no hay una fuente trascendente que sea
ella misma fundamento último del bien? ¿Cómo podríamos tener obligaciones
morales objetivas si nadie que puede imponernos tales obligaciones? Sin Dios, es difícil establecer mandamientos como: “Debes amar a tu prójimo, debes perdonar, debes ser
generoso”, etc. La cuestión es saber de dónde viene esa conciencia moral
que todos los hombres poseen. ¿Podría surgir de los
átomos? Me parece que no.
»Un mundo puramente material no puede producir de golpe reglas
imperativas o normas absolutas a las que tendríamos que conformarnos. En
consecuencia, creo que Camus y Sartre tienen
razón cuando admiten que su ateísmo es incapaz de fundamentar una moral
objetiva.
-¿ES
APTA LA APOLOGÉTICA PARA CONVERTIR A UN NO CREYENTE?
-No, solamente Dios puede
convertir los corazones. La apologética solo puede
mostrarte que el cristianismo es verdadero, pero no puede darte la fe. No porque sepas que un contenido doctrinal es
verdadero te ves forzado a adherirte a él con el corazón. Por ejemplo, los
demonios saben muy bien que Dios existe y que el catolicismo es verdadero, y
sin embargo rechazan aceptar a Jesús como Maestro y Señor. La apologética solo se
dirige a la inteligencia, no a la voluntad. Ahora bien, la conversión supone la
cooperación entre ambas.
»En consecuencia, la apologética no puede convertir a la gente “a la fuerza”. Sin embargo, es útil en la medida
en que despeja los obstáculos intelectuales que tiene la gente hacia la fe y que
estarían dispuestos a creer en ella “si fuese
verdadera”.
Traducción de
Carmelo López-Arias.
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