Dijo alguien por ahí: bajo cada sotana hay un hombre común, lleno de vicios, avaricia y pensamientos impíos; dijo tratando de demonizar a los sacerdotes y a todos los consagrados; pues bien, ¿quién dijo que bajo las sotanas hay ángeles?
Lo que sí
es claro es que, cada hombre bajo la sotana, lleva sus propias luchas contra
sus vicios, su avaricia y sus pensamientos impíos; algunos sucumbirán ante
ellos, lamentablemente, otros caerán en la lucha y se levantarán una y otra vez.
Pero
siendo pecadores como lo son, Dios ha querido escogerlos para sí, conociendo a
la perfección sus debilidades y miserias.
Esta
persona, si tiene la razón cuando dice que bajo las sotanas hay hombres
comunes, como cualquier otro, así es, si los hay, pero estos hombres LUCHAN POR SU PROPIA SALVACIÓN Y LA SALVACIÓN DE OTROS,
a diferencia de los hipócritas que tiran piedras sobre el techo del vecino,
olvidando que el de ellos es techo de cristal.
Son
hombres escogidos de entro todos para el servicio de todos. ¡Luchando por la Salvación de las Almas!
Oremos por nuestros sacerdotes y
seminaristas
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