CARTAS AL DIRECTOR
Sábado 28 de mayo, 8am, en un
importante lugar de la capital peruana (La plaza de la Bandera) se dieron cita
hombres de diversas partes de ciudad de los reyes. Varones de distintas
ocupaciones y razas. Desde niños y jóvenes hasta adultos y ancianos.
Mientras en una casa frente a
la Plaza, varios hombres preparan la imagen de la Virgen de Fátima (una réplica
de la venerada en Portugal y que va peregrinando diversos países del mundo)…. a
un lado de La Plaza, se fue formando una interminable cola de decenas de
hombres, quienes se preparaban para el sacramento de la confesión.
Muchos de ellos hacía tiempo que no iban a Misa ni se confesaban.
Aproximadamente 700 hombres
(de un total de 900 aprox) no solo tuvieron un momento de oración entre varones
sino que además, recibieron el sacramento del Perdón de los Pecados.
Sí hay más alegría en el Cielo
por un Pecador que se convierte que por 99 justos…. Pues la felicidad que ha
habido en el Cielo ha sido grande, Gracias a Dios.
A las 9:30 de la mañana se
puso en andas a Nuestra Señora y a paso lento y entre cantos ingresó a la plaza
de la Bandera para ser recibida por una multitud de hombres que, formados en
filas y columnas, entonaron cánticos marianos con voz
fuerte y viril.
Puesta en un lugar visible, se inició el rezo del rosario. Los misterios
escogidos fueron los dolorosos, cuyas meditaciones hacen reflexionar a los
asistentes sobre las virtudes masculinas, la deformación que causa en el varón
todas aquellas ideologías modernas y sobre el sacrificio de Jesús en la cruz
por nuestra redención, pues Él es quien abraza la adversidad, no se queja,
permanece firme en lo correcto, su voluntad es la del Padre, Él domina sus
emociones y se entrega con alegría. Todas estas cualidades son propias del
varón verdadero.
El éxito del Rosario de
Hombres en el Perú fue preanunciado cuando medio millar de varones asistieron a
la Santa Misa del 19 del mismo mes, para encomendar los futuros frutos
del Rosario de hombres en tierras peruanas.
Misa en la cual, las colas para la confesión estuvieron también
abarrotadas.
Estos hechos demuestran la
necesidad que el varón tiene de Dios y de Santa María, y que ha encontrado una
oportunidad propicia para hacerlo públicamente mediante esta iniciativa.
Según los organizadores en
Perú (Carlos Waite, Luis Gonzales y Javier Moscoso),
el Rosario de hombres a nivel mundial persigue dos fines: la manifestación pública de la fe y recuperación de la
masculinidad de los hombres.
Nos comenta Carlos Waite, que
la apostasía general que vive la sociedad actual ha obligado a encerrar en
cuatro paredes todo acto de fe, relegando la vida cristiana al ámbito privado y
excluyendo a Dios de la esfera pública. Es por eso, nos dice, que el rosario de
hombres busca mostrar y reafirmar el carácter público de la fe, llevándola a
las calles. De esa manera, aclara, buscan adorar a Dios y venerar a la Virgen
María en plazas, avenidas y parques, siguiendo el pedido de la Madre de Dios,
rezar todos los días el santo Rosario y de hacer penitencia por los pecadores.
Al mismo tiempo, Luis Gonzales
manifiesta que, el rosario de hombres busca que los varones vuelvan a serlo de
nuevo. La sociedad ha puesto como enemigo al varón y a todo lo masculino. Ha
arrinconado toda expresión de virilidad, haciendo perder la propia identidad al
varón, quitándole su fuerza intrínseca, rebajando su papel dentro de la
sociedad y de la familia. De ahí que la figura del padre, como cabeza de
familia, sea tan denostada y minusvalorada hoy en día. La confusión social ha
hecho pensar que el varón es el depredador al que debe combatir, mientras que
exalta al hombre afeminado, edulcorado y frágil, sin darse cuenta que son dos
caras de la misma moneda: el varón entregado a sus pasiones, sin dominio de sí.
Por eso, el rosario de hombre quiere resaltar y devolverle al hombre aquella
masculinidad que la sociedad le está privando, con la firme certeza que un
varón verdaderamente masculino es una de las grandes soluciones para los
problemas modernos.
De ahí que las reuniones de
los rosarios se convoquen solo a varones. Las mujeres han estado muy presentes
en la vida de la Iglesia, gracias a ellas hemos conservado la fe. Sin embargo,
al varón se le ha visto alejado de la vida de piedad. La figura de San José, se
convierte en un modelo de varón de fe, que ora, que sigue primero la voluntad
de Dios y que protege a su familia. El hombre no es hombre si antes no se
vuelve a Dios. De Él obtiene toda su fuerza, a ejemplo de san José, quien
mantuvo una vida de oración continua, hablaba con Jesucristo, Dios, en lo
cotidiano de la vida de Nazaret y trataba finamente a santa María. José es el
ejemplo del varón virtuoso, firme, silente, que no busca aparecer, ni ser el
protagonista.
Y como contra partida, nos
dice Javier Moscoso que, el rosario de hombres busca combatir toda ideología
anticristiana, desde el liberalismo hasta el comunismo, pasando por la
masonería, la ideología de género y la antinatalista, y toda aquella que
disuelva el orden natural querido por Dios.
En resumen, nos dice Luis
Gonzales que, el rosario de hombres está en «pro» de todo lo que sea de Dios y
en «contra» de todo lo que sea enemigo de
Dios. Algunos, llevados por un pacifismo religioso, esconden el carácter
combativo que tiene el cristianismo e intentan que estas iniciativas tengan un
matiz «a favor de», «amigable con todos», escondiendo
los «contras». O, en ocasiones buscan otros
fines nobles, por cierto, como la unidad nacional, pero olvidan que tanto la
paz, la unidad, la justicia, son consecuencias de volver al orden natural, a la
verdad, a Dios.
Por su parte Carlos Waite nos
confirma que El rosario de hombres, tiene como único distintivo el Rosario en
la mano. No busca insignias, ni crear una asociación, ni patentar ningún nombre
en alguna institución, no tiene protagonistas, ni rostros ya que todo esto
muchas veces (casi siempre) termina torciendo y desnaturalizando los fines. Por
ello se cuidará de no dejar caer esta bendita iniciativa en esos errados
mecanismos.
Las únicas caras visibles nos
dice, son las de miles de varones que salen a las calles a rezar persiguiendo
las dos finalidades mencionadas: la fe pública y la
masculinidad.
Javier Moscoso nos comenta que
a diferencia de otras manifestaciones católicas, como «marcha
por la vida», «conciertos católicos», «jornadas de fe», todas muy nobles
y edificantes, El Rosario de Hombres tiene otros matices: de Virilidad, Firmeza, Naturalidad y Sobriedad. No
se pide un tipo de vestimenta en especial, siempre y cuando sea sobria, basta.
La música, incluso, se entona firme y a capela, a sola voz masculina, sin
instrumentos, ni voces profesionales. Y si sumamos la misma formación estilo
militar, todo eso nos va dando pistas de qué es lo que se busca.
Creemos firmemente, finalizan
los organizadores, que de detrás de todo esto está la siempre Virgen María,
Nuestra Señora y Madre, que conduce a sus hijos a Jesucristo. Ella, más que
nadie, sabe de los males que sufren sus hijos varones, a quienes se les ha
quitado su capacidad de entrega y evadir su responsabilidad de padre, al punto
de feminizarlo. Y aun así, los llama a recuperar su masculinidad, a defender la
fe en su Hijo en la cruz, en medio de tiempos hostiles.
Al final de esta nota no queda
más que decir que Gracias a Dios, El Rosario de Hombres en Perú, está en buenas
manos, pues sus organizadores, lo han puesto todo en Manos de La Gracia de
Dios.
Deo Gratias.
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