La historia de Nuestra Señora Desatanudos, la devoción que S.S. Francisco regaló al mundo.
Eduardo Mattos, acreditado profesional brasileño, investigó la advocación mariana.
Por: n/a | Fuente: Religión en Libertad // Cari Filii
Se ha publicado en Brasil una importante
obra de investigación sobre una advocación mariana que se
expande con rapidez: Nuestra Señora
Desatanudos (también conocida como Nuestra Señora que Desata los Nudos o
Nuestra Señora Desatadora de Nudos).
Se titula Desatadora. La Virgen que el Papa Francisco convirtió en
fenómeno de fe. Su autor
es un periodista de renombre y cuarenta años de experiencia en la
profesión: Eduardo Mattos, que fue reportero
de O Estado de Sao Paulo y del Jornal
da Tarde, y editor-jefe de la
Agencia Estado, la mayor agencia brasileña de noticias, y de los diarios de
Campinas Correio Popular y Diário do Povo.
Casi nadie, salvo los fieles de aquella localidad alemana, tenía devoción a la
imagen que en 1986 el hoy Papa Francisco fue a ver a la iglesia de St
Peter am Perlach, en Augsburgo, cuando se encontraba en Alemania concluyendo su
tesis doctoral sobre Romano Guardini.
En el templo lucía un cuadro de Johann Melchior Georg
Schmittdner (1625-1705), pintado en 1699-1700 en estilo veneciano y
con influencia barroca, que representa una advocación de la Inmaculada
Concepción bajo el título de Knotenlöserin [la
que desata los nudos {Knot}].
El padre Bergoglio había recibido "una tarjeta postal, un souvenir de
esos que se venden en tiendas de museos, que tenía la reproducción de una obra
de arte, el retrato de María sacando nudos de una cuerda", explica
Mattos, según recoge Gaudium Press. Según el periodista, cuando vio la pequeña
estampa, tuvo una revelación: "No hay nudo
que resista a las manos de la Madre de Dios. Basta tener fe".
El resto es sabido. Cuando en 1992 fue nombrado obispo auxiliar de Buenos
Aires, decidió promover la devoción a esa imagen, y el 8 de diciembre de 1996
se inauguró el Santuario de Nuestra Señora que
Desata los Nudos, con un éxito fulgurante.
"La ola de devoción alcanzó en grado de un
tsunami en 1998", recuerda
Mattos: "En diciembre de aquel año se imprimieron cien mil estampitas.
Debían llegar no sólo para ese mes, sino para el primer trimestre del año
siguiente. La orden era entregar, en las colas de acceso al santuario, una
estampita por cada devoto. Cuando las puertas de la iglesia se cerraron a
medianoche, apenas quedaban treinta mil. Significaba que el 8
de diciembre de 1998 habían pasado por allí setenta mil fieles".
Mattos ha consagrado dos años al libro, y cita un dato curioso: "Se calcula que Nuestra Señora tiene más de dos
mil títulos, la mayor parte de ellos originados en apariciones o por su
participación en hechos. En el caso de la Desatadora, descubrí que no
había ni una cosa ni otra en relación a Ella; fue lo que me estimuló
a descubrir el origen de la devoción".
Así llegó a la historia del encariñamiento de un jesuita entonces poco conocido
fuera de Argentina (donde había sido superior provincial) y que "en aquel momento vivía un momento de
aislamiento entre los jesuitas a
causa de disputas internas".
El libro relata también cómo la devoción a la Desatadora, después de repercutir
en Argentina, llegó a suelo brasileño, siendo primero en Búzios, en la Región
de los Lagos, en Río de Janeiro, y
posteriormente en Campinas, interior del estado de Sao Paulo.
Como periodista que es, a Mattos le atrajo esa historia vinculada a la imagen,
y luego ha ahondado en las historias de muchas personas "que tienen la fe como uno de
los principales pilares de sus vidas" y han acudido a la Virgen María en sus tribulaciones.
ORACIÓN
A NUESTRA SEÑORA DESATANUDOS
Santa María desatadora de nudos.
Santa María, llena de la presencia de
Dios, durante los días de tu vida aceptaste con toda humildad la voluntad del Padre, y el Maligno nunca fue capaz de enredarte con sus confusiones.
Ya junto a tu Hijo intercediste por
nuestras dificultades y, con toda
sencillez y paciencia, nos diste ejemplo
de cómo desenredar la madeja de nuestras
vidas.
Y al quedarte para siempre como Madre Nuestra, pones en orden y haces más claros los
lazos que nos unen al Señor.
Santa María, Madre de Dios y Madre Nuestra,
Tú que con corazón materno desatas los nudos que entorpecen nuestra vida, te
pedimos que nos recibas en tus manos y que
nos libres de las ataduras y confusiones con
que nos hostiga el que es nuestro enemigo.
Por tu gracia, por tu intercesión, con tu ejemplo, líbranos de todo mal, Señora Nuestra y desata los nudos que impiden nos unamos a Dios,
para que, libres de toda confusión y error,
los hallemos en todas las cosas, tengamos en Él puestos nuestros corazones y podamos servirle siempre en nuestros hermanos.
Amén.
(Artículo publicado originariamente en el portal
de noticias marianas www.carifilii.es)
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