¿Qué es un milagro?: Los milagros son intervenciones de Dios.
Por: Francisco Mario Morales | Fuente: Catholic.net
Muchas veces nos rasgamos
las vestiduras, nos escandalizamos, desaprobamos y rechazamos enérgicamente a
miembros de la Iglesia que nos dicen que nuestra Madre María y los santos no hacen milagros, esto sucede por falta de
conocimiento, principalmente de muchos que nos decimos católicos cristianos,
por eso es necesario tomar el tema:
¿QUÉ ES UN MILAGRO?: Los milagros son intervenciones de Dios, sobre los cuales
podemos decir que, por amor, Él hace una excepción para aquello que supera
nuestra naturaleza y comprensión.
Milagro es una prueba de Dios, una práctica exclusiva de su amor omnipotente,
que forma parte de un plan mayor. El Señor no quiere mimar a sus hijos, sino
salvarlos; luego, todo milagro forma parte de su plan salvífico (Cançao Nova
| Aleteia)
“Si quieres puedes sanarme” (Mt 8, 1-4; Mc. 1, 40-45) Dios nos concede las gracias
necesarias para nuestro bien temporal, espiritual y eterno. Debemos confiar y
abandonarnos a su infinita misericordia y voluntad, que todo esto nos lleve a
nuestra conversión y testimonio. Para recibir las gracias necesarias, tenemos
que ser dignos de ellas.
EL
OBJETIVO
El magisterio de la Iglesia nos dice que los milagros son signos ciertos de la
revelación, donde se manifiesta el
poder y el amor de Dios para con sus hijos llenos de fe y confianza. Los
milagros están destinados a glorificar y alabar a Dios, así como reforzar y
aumentar la fe de los fieles. (POR DLF REDACCIÓN Desde la fe)
LA
INTERCESIÓN
La doctrina de la Iglesia también nos presenta a los santos, beatos y siervos
de Dios como hombres y mujeres que deben ser imitados, venerados y también ser invocados para que nos ayuden a alcanzar
todas las gracias y bendiciones de Dios. Su papel es únicamente de intercesión; es decir, interceden
por la persona ante Dios para que Él obre el milagro. Por ello se debe evitar
decir “San Judas Tadeo me hizo el
milagro” o “la Virgen de Guadalupe me hizo el milagro”. Lo correcto es decir: “Dios me concedió el milagro por intercesión de San Judas
Tadeo” o “Gracias a la Virgen de Guadalupe, Dios obró el milagro”. (POR DLF REDACCIÓN Desde la fe)
Hablemos de LATRÍA, DULÍA
E HIPERDULÍA.
LATRÍA:
Reverencia, culto y
adoración que sólo se debe a Dios. Adorar algo o alguien fuera de Dios
es idolatría.
DULÍA:
Culto que se tributa a los ángeles y santos.
HIPERDULÍA: Culto que se da a la Santísima Virgen María como suprema intercesora y Madre de Jesús.
PROTODULÍA: Culto a San José como padre adoptivo de Jesús
CULTO: Veneración, admiración, respeto, honor. Culto no es
adoración sino reverencia.
VENERAR:
Respetar en sumo grado, dar culto a nuestra Madre María, a
los santos o a las cosas consagradas a Dios.
Luego entonces, el católico
cristiano solo adora a Dios; y a las imágenes de nuestra Madre María y a las de los
santos, les venera. Además, no se adora a las imágenes de Dios, nuestra
Madre María ni de los santos, se adora y se venera a quién representan. Hay que saber distinguir
entre adorar y venerar.
Al traer consigo, en
nuestra cartera, las fotografías de nuestros seres queridos y ver esas
fotografías, no quiere decir que somos idólatras, porque no estamos adorando
ese pedazo de cartón sino al ver su imagen estamos evocando a los seres que
amamos y recurrimos a esos pedazos de papeles no en la materia, sino por lo que
representan afectiva y familiarmente para nosotros. La Iglesia respeta las imágenes de igual forma que
respetamos y veneramos la fotografía de nuestros seres queridos.
"De lo que hay arriba
en el cielo, ni de lo que hay abajo en la tierra, ni de lo que hay en el mar
debajo de la tierra. No te inclines delante de ellos ni les rindas culto."
Ésta cita nos refiere a la
astrología: La astrología es falsa
ciencia de predecir los sucesos por la situación de los astros. Todos los ídolos y todo lo que atenta contra el primer
mandamiento, como son: el sincretismo, el
espiritismo, la brujería, la superstición y sugestión, el shamanismo, el
santerismo, el esoterismo y el gnosticismo, veamos lo que nos dice: (Lev. 20, 6; 19, 26) (Deuter. 4, 15
- 20; 18, 10 - 12).
LA
SUPERSTICIÓN
“La superstición es la
desviación del sentimiento religioso y de las prácticas que impone. Puede
afectar también al culto que damos al verdadero Dios, por ejemplo, cuando se
atribuye una importancia, de algún modo, mágica a ciertas prácticas, por otra
parte, legítimas o necesarias. Atribuir su eficacia a la sola materialidad de las
oraciones o de los signos sacramentales, prescindiendo de las disposiciones
interiores que exigen, es caer en la superstición” (Mt. 23, 16 – 22). (CIC. 2111)
ADIVINACIÓN
Y MAGIA
"Todas las formas de
adivinación deben rechazarse: el recurso a Satán o a los demonios, la evocación
de los muertos, y otras prácticas que equivocadamente se supone “desvelan” el
porvenir (cf Dt, 18; Jr. 29, 8). La consulta de horóscopos, la astrología, la
quiromancia, la interpretación de presagios y de suertes, los fenómenos de
visión, el recurso a “mediums” encierran una voluntad de poder sobre el tiempo,
la historia y finalmente, los hombres, a la vez que un deseo de granjearse la
protección de poderes ocultos. Están en contradicción con el honor y el
respeto, mezclados del temor amoroso, que debemos solamente a Dios.” (CIC 2115)
“Todas las prácticas de magia o de hechicería mediante las
que se pretende domesticar potencias ocultas para ponerlas a su servicio y
obtener un poder sobrenatural sobre el prójimo -aunque sea para procurar la
salud-, son gravemente contrarias a la virtud de la religión. Estas prácticas
son más condenables aún cuando van acompañadas de una intención de dañar a
otro, recurran o no la intervención de los demonios. Llevar amuletos es también
reprensible. El espiritismo implica con frecuencia prácticas adivinatorias o
mágicas. Por eso la Iglesia advierte a los fieles que se guarden de él. El
recurso a las medicinas llamadas tradicionales no legitima ni la invocación de
las potencias malignas, ni la explotación de la credulidad del prójimo.” (CIC 2117).
DINERO, PLACER Y PODER (cultura de la muerte), los ídolos o falsos dioses de nuestro mundo moderno. Estos
ídolos o falsos dioses no están en los templos sino en el interior del corazón
de cada uno de nosotros, es lo que nos domina por dentro, es todo aquello que
nos vuelve soberbios, egoístas y nos vuelve autosuficientes, es todo aquello
que nos lleva a rechazar a Dios y al prójimo. Eso es idolatría. (Isaías 57, 13;
Jer. 51, 17)
EL PODER
que provoca guerras y muerte de gente inocente solo por
buscar el dominio.
La obsesión del dinero fácil, que induce a los peores
vicios porque domina nuestro corazón y nos lleva a las peores injusticias, al
robo, a la traición y al engaño; a la pornografía, al narcotráfico, al aborto,
al secuestro y a la drogadicción; a la prostitución, al libertinaje, a la
corrupción y deshonestidad, porque en nombre de ese dios todo es permitido "Es la raíz de todos los males" (1 Tim. 6, 10). Lo que menos importa en el materialismo y
capitalismo son los medios con tal de obtener riquezas (Eclesiastés 5,
9). Por eso se afirma que en la mayoría de los casos: Atrás de una gran riqueza inexplicable existe una gran
corrupción. No deje el hombre que las riquezas lo hagan olvidarse de Dios
(Deuter. 8, 11 - 14). El dinero, en la Biblia (Apoc. 3, 17 - 19). "Porque lo que se siembra se cosecha" (Gal. 6, 7; Efes. 5, 5)
Dios nos habla sobre el
peligro de las riquezas (Lc. 12, 13 -21), y nos pide no amar al dinero (Heb.
13, 5 - 6) porque corremos el riesgo de condenarnos (Hech. 8, 20). Por
eso debemos buscar la verdadera riqueza (1 Tim. 6, 7) "Está comprobado que la raíz de los males es el amor al
dinero" (1 Tim. 6, 10)
PANSENSUALISMO, al sexo por el sexo, (sexolatría) ese dios que provoca
incestos, adulterios, destrucción familiar y personal, la pasión que arrastra
sin distingos a hombre y mujer, a dar rienda suelta solo al placer exacerbado,
donde lo que menos importa es hacer feliz, y lo que más importa es la sensación
llena de egoísmo que conduce a ver a los demás como objetos, donde se usa y se
desecha al ser humano como un objeto. La mujer y el hombre, independientemente
de su edad y estado se convierten en objetos de uso común. El hombre y la mujer
denigran su dignidad y donde nadie quiere pensar en el bien y la felicidad del
otro. Donde ya nadie quiere responsabilidades y compromisos, y donde lo que
menos importa son los hijos.
El dios del placer que
atenta contra el sexto mandamiento: Pasiones vergonzosas y
perversión (desviaciones sexuales, trastornos) exhibicionismo, fetichismo,
froteurismo, paidofilia (pedofilia) masoquismo, sadismo, trasvestismo,
voyeurismo, escatología tel., coprofilia, necrofilia, zoofilia, onanismo,
androfobia, swingers, etc.
Dios nos habla sobre las relaciones sexuales prohibidas (Lev.
18, 1 - 23) las pasiones vergonzosas y la perversión (Rom. 1, 18 - 32) Dios nos
pide no dejarnos arrastrar por el deseo (Eclesiástico 18, 30; 23, 4 - 6; 5, 2;
3, 26; 1 Ped. 4, 3). Dios nos pide no tener otros dioses (Cultura de la muerte -
dinero, placer y poder) Y Dios
nos habla de esto en: (Deuter. 4, 15 - 19; 5, 7; 18, 14) (Lev. 19, 26 - 31)
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