El 13 de diciembre la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos en el Vaticano publicó el nuevo rito para la institución oficial de los catequistas en la Iglesia Católica.
El rito fue publicado junto a una carta
dirigida a los presidentes de las conferencias episcopales de
todo el mundo, en la que se precisan los requisitos para ser catequistas y en
donde se detalla quiénes no deberían ser admitidos a este ministerio laical.
En el punto I.10, la carta señala lo siguiente: “A
los ‘catequistas que realmente sean dignos y estén bien preparados’ el
Obispo confía la celebración de los exorcismos menores”.
La Enciclopedia Católica define
el exorcismo como “el acto de echar o sacar
demonios, o espíritus malignos fuera de las personas, sitios u objetos que son
supuestamente poseídos o plagados por ellos, o que son susceptibles de llegar a
ser víctimas o instrumentos de su malicia”.
El sitio web de
la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos publicó
hace algunos años una explicación sobre las dos clases o formas de
exorcismo que existen en la Iglesia Católica.
“Las formas sencillas o menores de exorcismo se
encuentran en dos lugares: primeramente para aquellos que se preparan para el
Bautismo, el Rito de la Iniciación Cristiana de Adultos (RICA) y el Ritual para
el Bautismo de los niños. Ambos contienen exorcismos; seguidamente, el apéndice
del Rito de Exorcismo incluye una serie de oraciones que pueden ser usadas por
los fieles”.
Este es el tipo de exorcismo que el Vaticano indica que los catequistas
pueden realizar, con la debida autorización del obispo diocesano.
“La segunda clase de exorcismo es la solemne o el ‘exorcismo
mayor’, cuyo rito solo puede hacerlo un obispo o un sacerdote; este
último ha de tener un permiso especial y expreso del ordinario local (cfr.
Código de Derecho Canónico, can. 1172)”, explican
los obispos de Estados Unidos.
Este segundo tipo, que es el que comúnmente se conoce solo como
exorcismo, no puede ser realizado por ningún laico ni
catequista. Es más, tampoco lo puede practicar un sacerdote
que no tenga la autorización explícita del obispo.
Los exorcismos mayores no tienen un tiempo determinado de duración y se
hacen luego de descartar, con médicos debidamente calificados, cualquier
enfermedad psicológica o psiquiátrica en la persona afectada.
Solo se realizan una vez que el sacerdote exorcista tiene la certeza de
que hay una posesión demoniaca.
El canon 1172 del
Código de Derecho Canónico, las
normas que regulan la Iglesia Católica, establece que “sin
licencia peculiar y expresa del Ordinario del lugar, nadie puede realizar
legítimamente exorcismos sobre los posesos”.
“El Ordinario (obispo) del lugar concederá esta
licencia solamente a un presbítero piadoso, docto, prudente y con integridad de
vida”, agrega el canon.
El numeral 1673 del
Catecismo de la
Iglesia Católica precisa que “el exorcismo solemne,
llamado ‘el gran exorcismo’ solo puede ser practicado por un sacerdote y con el
permiso del obispo. En estos casos es preciso proceder con prudencia, observando
estrictamente las reglas establecidas por la Iglesia”.
“El exorcismo intenta expulsar a los demonios o
liberar del dominio demoníaco gracias a la autoridad espiritual que Jesús
ha confiado a su Iglesia”, agrega el
texto.
POR WALTER SÁNCHEZ
SILVA | ACI Prensa
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