En la serie de ficción El Juego del Calamar, muchos firman un documento en el que autorizan a que les maten... la eutanasia, como los gladiadores, es volver al paganismo.
ReL publica (aquí) que empieza a
nacer una Alianza por la Medicina Hipocrática en EEUU, que parece ecumenismo del bueno, hacer cosas
buenas juntos por la vida, para defender a los amenazados por el aborto y la
eutanasia.
Por el momento, la cosa empieza
con un manifiesto que
dice que el aborto es quitar la vida bárbaramente y
no es cuidado médico en absoluto, y
recuerda que aún hoy 9 de cada 10 ginecólogos en EEUU se niegan a hacer
abortos.
Lo firma la Asociación de Médicos Católicos de EEUU, junto con una
plataforma de asociaciones médicas cristianas (protestantes, sobre todo), el
Colegio de Pediatras que nació hace unos años para enfrentarse a la ideología
de género y la asociación de médicos cristianos coptos.
Se me saltan las lágrimas. En
EEUU tienen hasta asociación de médicos coptos y en
España no tenemos ni asociación de sanitarios católicos.
¡Hasta Portugal tiene
una asociación de médicos católicos con más de 100 años! Y en Francia una desde 1959.
Mientras en Estados Unidos los
médicos que aman a Cristo se organizan cada vez mejor para defender la ética
hipocrática, en España la respuesta
organizada de los médicos y sanitarios es, por ahora, muy, muy floja (salvando
un par de portavoces valientes).
Hay obispos españoles con títulos
de medicina, pero aunque llevamos 2 años con la eutanasia cambiando nuestra
civilización y cancelando a Hipócrates al estilo woke, no veo a los jerarcas animando a los sanitarios a organizarse.
Obispos y jerarcas ni siquiera
parecen capaces de organizar misas blancas (para médicos y enfermeros, con bata), algo
más que común en muchos países.
UNA MISA BLANCA EN LA
CATEDRAL DE DALLAS, TEXAS.
A algún jerarca lo veo predicando
de flores y lirios y hablando de santidad personal (que sí, que siempre hace
falta, pero ya lo sabíamos)... cuando lo que toca ahora es comunidad
y asociacionismo y organización para servir y
dar fruto.
Hay cristianos [coloque aquí un adjetivo juanmanueldepradiano] que
se escandalizan en cuanto oyen hablar de "lucha"
o "batalla".
Pero Jesús
o San Pablo usan ese lenguaje porque representa bien la realidad y es didáctico, y nos ayuda a entender y
esforzarnos por el bien.
Jesús pone el
ejemplo de un rey que se preparaba para ir a la guerra, pero que antes se sentaba a calcular, con astucia y realismo, si tenía
suficientes tropas, o si le convenía negociar una paz adecuada. Jesús demuestra así que no pasa nada por hacer metáforas militares. De verdad que no es pecado.
San Pablo nos exhorta así (en
Efesios 6): "Tomad las armas de Dios para poder resistir
en el día malo y manteneros
firmes después de haber superado todas las pruebas. Estad firmes; ceñid la
cintura con la verdad, y revestid la coraza de la
justicia; calzad los pies con la prontitud para el evangelio
de la paz. Embrazad el escudo de la fe, donde
se apagarán las flechas incendiarias del maligno. Poneos el casco de la
salvación y empuñad la espada del Espíritu que es la
palabra de Dios".
La verdad, la justicia, la fe, la
Palabra que golpea y corta como una espada... son las armas, porque hay una
batalla.
El soldado en el que todos
pensaban cuando Pablo predicaba estas palabras no era un guerrero solitario,
sino un legionario, parte de un ejército magníficamente organizado. Hay gente que le suena raro el vocabulario
"militar" de la Legión de María, por ejemplo, pero estamos hablando de un
movimiento que acaba de cumplir cien años, que da mucho fruto y que tenía aterrorizado al
Partido Comunista Chino, simplemente porque creaba
comunidades fuertes y organizadas. Por eso fue perseguido de forma inmisericorde y llenó China de
mártires.
Cada día veo en prensa docenas de noticias generadas
por el incansable lobby eutanásico que es, en España, Derecho a
Muerte Digna. Colocan sus mensajes eutanásicos, quejas, antitestimonios, dogmas
y suicidios con música y churros en prensa local, regional, nacional, en
RTVE, etc...
En cambio, no veo los mensajes de
la Coalición para Prevención de la Eutanasia en ningún lugar. ¿Por qué? Porque en España NO EXISTE tal asociación.
Un periodista que quisiera
preguntar a médicos contrarios a la eutanasia en España... ¿a qué entidad debería acudir?
El Colegio de Enfermería de
Jaén dice que tiene un
estudio -que no he podido ver- según el cual sólo 1 de cada 4 enfermeras de
Jaén estaría dispuesta a objetar a la eutanasia, y que el 60% o más de las enfermeras de Jaén serían entusiastas eutanasiadoras. Hablamos de Jaén, la provincia con más
porcentaje de bodas católicas de España y probablemente la más religiosa del
país.
¿De verdad hemos de
creernos esas cifras?
¿Qué responde la
asociación de Enfermeras Católicas? Ah, es que no existe.
¿Y qué dice la
Asociación por una Enfermería Hipocrática? Tampoco existe.
¿Y la Asociación
Andaluza de Sanitarios Provida? Tampoco existe.
Mientras los lobbies anti-vida
o anti-familia lanzan sus cifras y
sus supuestos estudios, ni la Iglesia ni los grupos provida ofrecen estudios
alternativos (excepto RedMadre, que cada año ofrece
cifras sobre asistencia a embarazadas y análisis sobre ayudas públicas; el
Servicio Jesuitas a los Migrantes tiene un estudio sobre las vergüenzas de la atención a
migrantes en la España del PSOE-Podemos, pero tampoco circula mucho).
La Iglesia española tiene montones de universidades católicas pero
no hace sus propios estudios sobre casi nada y depende de las cifras que le dan
sus enemigos.
Según el CIS que dirige el socialista Tezanos,
en los dos últimos años se habrían perdido más católicos que en los 20
precedentes: habríamos pasado del 67% de población
católica en enero de 2020 a un asombroso (o increíble) 55% en octubre de 2021.
¿Nos lo
creemos? No tenemos nuestras propias cifras, consumimos las que nos pasan ellos, los
que no nos quieren mucho...
Hay muchas cosas feas y malas
contra la vida y la dignidad en Occidente, pero la mayoría son viejos
conocidos, problemas de siempre. Abusar de los pobres, de los migrantes, de los
ancianos... es malo, pero siempre ha estado ahí, siempre lo hemos combatido.
Pero la
eutanasia es una novedad. Es un cambio de civilización. Es
como volver a legalizar la esclavitud o los duelos de gladiadores. De hecho, es
algo que ya sugiere El Juego del Calamar: si tengo un tumor y me puedo eutanasiar, ¿por qué no
ganar un dinerito para mi familia participando en un juego mortal? Si
uno puede decidir cómo matarse, ¿por qué no todos?
Esas cosas pertenecen a la misma
categoría que la eutanasia: al viejo
paganismo, que se alimenta de la ley del más fuerte y de sacrificios humanos. Y
de la persecución a los cristianos, evidentemente, por molestos.
No es tan antiguo: el Japón imperial en pleno siglo XX, con
aviones y electricidad, cometía horrores bioéticos mientras pedía quemar
incienso y venerar al Emperador como un dios.
Estos japoneses mataron a unos
jesuitas españoles en las islas Marianas, probablemente por haber visto
demasiado, e hicieron desaparecer sus cuerpos al final de la Segunda Guerra
Mundial. (Pedro Sánchez dijo que iba a investigar las víctimas de los
totalitarismos del siglo XX, pero no le veo yo buscando jesuitas en las
Marianas).
La eutanasia es un
cambio de civilización y la Iglesia española reacciona con un servicio de mínimos, como si
fuera una cosilla más...
Se necesita acción y
organización. Y nuestros obispos y jerarcas y otros
líderes religiosos están distraídos con charlas sinodales para cubrir el expediente, que es la
autorreferencialidad que tanto critica el Papa Francisco, con toda la razón.
Nos van a eutanasiar
mientras nos distraemos sinodalizando.
Por Pablo J. Ginés
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