¡La leche… caserita! ¡La leche… fresquecita!
Traigo la
leche fresquita, leche fresquita de vaca, esta leche es bien fresquita
y forma
muy buena nata.
Tengo una
sola vaquita, que lo crío en mi potrero, pero casi toda la leche, se lo mama su
ternero.
Es por
eso que no puedo a usté, casero atender, sino la leche con agua lo tendría que
vender.
Y eso, a
mí no me gusta, de veras, se ve muy mal, y también a mí me asusta, la policía
municipal.
Yo lo
vendería, casero, la leche, de mucho agrado, pero lo pidió primero, mi compadre
Wenceslao.
Antes de
despedirme, un favor quiero pedirle, si alguna vez se derrama, en la candela la
leche, yo lo suplico que al fuego, un poco de sal lo eche.
Es una
cosa secreta, Que me enseñó mi agüelita, pa que mi pobre vaquita, no se lo raje
su teta.
¡La
leche… caserita! ¡La leche… fresquecita!
De los pregones tradicionales huachanos, de Flor de María Drago
Persivale (+).
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