Centro de investigaciones sociológicas en España
El mismo estudio
revela a los ateos y agnóstico como los más infelices e insatisfechos.
(ForumLibertas/InfoCatólica) El último estudio del Centro
de Investigaciones Sociológicas CIS que aborda el tema de las creencias
religiosas, el estudio
número 3.332, no deja lugar a dudas: en
una muestra de 2.849 entrevistas realizadas, los resultados ponen de relieve
que los cuatro grupos en que divide a la población española (católico
practicante, no practicante, creyente de otra religión, y agnóstico,
indiferente y ateo), el primer grupo, los católicos practicantes, son los que
presentan un nivel de satisfacción mayor con la vida.
El cuestionario pide el nivel
de satisfacción por la vida familiar, considerando que 0 es insatisfacción
completa y 10 completamente satisfecho. Considerando las posiciones 9 y 10 de
máxima satisfacción, los católicos practicantes se sitúan en estas dos
posiciones, casi un 70%, y prácticamente la mitad ocupan la posición 10. Para
el conjunto de la población los resultados equivalentes son del 60%, con un 40%
de muy satisfechos. Mientras que, en el grupo de los agnósticos, indiferentes y
ateos sólo alcanza el 55% con un 32% de muy satisfechos.
En relación con la salud, los
católicos se declaran completamente satisfechos en un 27%, por un 21% el grupo
de los no creyentes e indiferentes, y un 23% en conjunto. En cuanto a la
satisfacción por su vida social, el 45,5% de los católicos se sitúan en
posición 9-10, por sólo un 38% del conjunto y un 34% de los agnósticos,
indiferentes y ateos. Esta tónica se mantiene también en el nivel de vida: el
29% de los católicos se declaran satisfechos con lo que tienen, por un 25% del
conjunto y sólo un 22% del grupo de la indiferencia y no creencia. Sobre la
felicidad, los católicos practicantes se definen como completamente felices el
27% de los católicos, el 16% del total y sólo el 9% de los agnósticos,
indiferentes y ateos. En este caso la diferencia en esta percepción subjetiva
sobre la felicidad entre los practicantes y los no creyentes e indiferentes es
muy grande, ya que la proporción se sitúa de 3 a 1.
El interrogante de fondo sería
si la falta de fe religiosa es la que determina tan poca felicidad o es que los
que son poco felices tienden a no creer en Dios o manifestarse indiferentes. Se
trata del eterno dilema de si es primero el huevo o la gallina. Si en lugar de
considerar sólo la posición 10, la máxima, observamos las posiciones 9 y 10
entonces los católicos alcanzan el 46% por el 33% del conjunto de la muestra y
sólo el 25% del grupo de increencia.
La radiografía de esta primera
valoración sobre la propia vida, la felicidad, la vida de familia, la salud,
las relaciones sociales y el nivel de vida es bastante clara. Con diferencias
muy significativas los que practican la fe católica están mucho más contentos y
felices con su condición que el resto de la población. Mientras que el grupo de
la increencia, sobre el que no podemos diferenciar entre agnóstico,
indiferentes y ateos, es el que presenta unos peores registros.
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