Se educa al que está creciendo, así como se cuida el árbol que se ha sembrado. Una buena educación necesita ser integral y en positivo.
Por: Juan Alejandro Palacio | Fuente: Virtudes y
valores
En muchas ocasiones hemos leído o escuchado una
máxima que, si no se lee por completo, se presta a interpretaciones
variadísimas. Quienes más la repiten son los pertrechados de sabiduría y
experiencia o los que buscan la educación de los que están en camino de ser
como ellos. “Árbol que crece torcido jamás su
tronco endereza”. Y es innegable que en nuestra vida vemos muchos
árboles maduros que han crecido defectuosos, o jóvenes árboles en cuyo
desarrollo corren peligro de terminar como los primeros. Todos estos casos por
una razón fundamental, la falta de un rodrigón que les ayude a crecer rectos y
armónicos: la falta de una buena educación.
Es evidente que algunos jóvenes y estudiantes de
hoy en día no cumplen con una buena educación. Este ha sido un tema del que se
han ocupado las grandes mentes de la humanidad, como Platón y Aristóteles. También
muchas veces en la historia ha sido un problema: épocas
en las que se formaban cuerpos hercúleos y guerreros, pero se descuidaba la
formación ética y moral. Culturas en las que lo importante era blandir
la espada, pero no sabían tomar una pluma. En general, se trata de modelos
educativos que no forman integralmente al joven, dando como resultado
personalidades cojas en un aspecto. Así podríamos analizar la situación de la
juventud y su educación hasta nuestros días.
Se educa al que está creciendo, así como se cuida el árbol que se ha sembrado;
por eso creo, sin pretender abarcar todo un conjunto de normas y consejos de
grandes expertos, que una buena educación necesita ser integral y en positivo.
Integral quiere decir que, el material que vamos a forjar -el hombre-, no es sólo cuerpo ni instinto, también es
alma; no sólo es alimentación, turismo, economía, ecología, leyes, física,
química, mecánica… sino que también es conciencia, voluntad, libertad,
religión, inteligencia, amor; de tal manera que su obrar esté guiado por
principios. Un hombre formado integralmente es una persona que sabe
tomar decisiones libres y responsables.
Para lograr esta formación integral se requiere corregir defectos, encauzar
sentimientos, ennoblecer pasiones… podar las ramas que no le sirvan al árbol
para que crezca más fuerte; a veces, será necesario atarles a una estaca para
que crezcan rectos y no se doblen ante el primer viento. Esto se forma a base
de esfuerzo y exigencia por parte del formando y por parte del formador. En
base a este esfuerzo, podemos entender por qué hombres que en su niñez no
tuvieron los medios suficientes para su formación, hayan salido adelante en la
vida y hayan logrado sus metas. También en la vida se presentan hombres que han
tenido todos los medios para formarse y los han sabido aprovechar siendo
constantes en sus propósitos y renunciando a otros caminos… el hombre siempre
tiene buena madera.
En segundo lugar, si se busca una educación en positivo, se requiere poner
metas elevadas, grandes ideales y mucha confianza ¿Por
qué nos da miedo exigir? Porque no confiamos en el educando. Sabemos que
un joven es una persona con grandes ideales y con mucha madera por cortar, y
cuando se le presenta un ideal atrayente, hace hasta lo imposible por lograrlo.
Por ejemplo, nos llaman la atención los grandes deportistas: nadadores que a
los 18 años son capaces de alcanzar 7 medallas olímpicas; tenistas que los 16
años vencen el Winbledom o el Master Series de tenis porque además de
habilidad, demuestran educación y esmero: educación de la voluntad, del
carácter, de los gustos. Una educación en positivo requiere una gran armonía,
una escala de valores para poner todo en su lugar: a
Dios, a la familia, a los amigos, a la patria… En fin, la educación
requiere todo el juego armónico de cualidades, pasiones, sentimientos y
emociones de la persona, especialmente del joven.
Siempre hay oportunidades para educar y para educarse, no podemos esperar que
la tierra fértil se seque. Ojalá que los árboles que plantemos hoy nos sirvan
de sombra para mañana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario