El 7 de junio de 1660, San José se apareció a un joven pastor en el monte Bessillon, en la localidad francesa de Cotignac, la única aparición en la que el Santo Custodio de la Familia de Nazareth aparece solo y que ha sido reconocida por la Iglesia Católica.
Según relata el sitio web de la
Diócesis de Fréjus-Toulon,
“el 7 de junio de 1660, alrededor de las 13 horas (1:00 p.m.), Gaspard Ricard,
un joven pastor de 22 años, cuidaba a su rebaño en el monte Bessillon”.
“El calor era sofocante y tenía sed. De repente,
percibió a ‘un hombre a su costado’, que le señaló una gran roca y le dijo: ‘Yo
soy José, muévela y beberás’”.
Algunos relatos de la época indican que la roca era tan grande que se
habría necesitado la fuerza de unos ocho hombres para moverla.
El relato de la diócesis señala que “ante la
sorpresa y la duda del joven pastor, la aparición reiteró su consejo. Gaspard
hizo caso, movió la roca sin problemas y descubrió una fuente donde bebió hasta
saciarse”.
El joven pastor marchó luego a su pueblo para dar la noticia de la
fuente que había surgido donde nunca antes hubo un manantial de agua fresca.
De acuerdo al sitio web del monasterio benedictino ubicado en Cotignac,
tras conocer la noticia, el 9 de agosto los habitantes de la región comenzaron
a construir una capilla en el lugar de la aparición, hasta donde llegaban
muchos enfermos que volvía “sanados o consolados
ante sus dolencias”.
La capilla se concluyó en 1663 y fue confiada por el obispo de entonces
a los padres oratorianos, que construyeron un santuario alrededor de la fuente.
Hasta el día de hoy se puede ver en el lugar una inscripción tomada del
libro de Isaías: “Sacaréis aguas con gozo de las
fuentes de la salvación”.
En marzo de 1917, el entonces Obispo de Fréjus-Toulon, Mons. Félix
Guillibert, afirmó en una carta que la brevedad del mensaje de San José en la
aparición de 1660 muestra que el Santo Custodio “no
es hablador. Nada más simple, ni más pobre que esa intervención, la única
aparición de San José de este tipo en toda la historia de la Iglesia, en una
tierra que se había reservado ya para sí Nuestra Señora”.
LA APARICIÓN DE NUESTRA
SEÑORA DE LAS GRACIAS
El Obispo hizo así referencia a las apariciones de la Virgen María en
1519, bajo la advocación de Nuestra Señora de las Gracias, que también visitó
Cotignac.
El sitio web de la Diócesis de Fréjus-Toulon señala que “el 10 de agosto de 1519, en la fiesta de San Lorenzo, la
Virgen María, acompañada de San Miguel Arcángel y de San Bernardo, se apareció
en el campo a un hombre muy piadoso de nombre Jean de la Baume”.
La Madre de Dios entonces “le ordenó decir
de su parte al clero y a la comunidad de Cotignac que vayan en procesión al
monte Verdaille y que construyan una iglesia, bajo la advocación de Nuestra
Señora de las Gracias, por su deseo de conceder muchas gracias y favores a
quienes la invoquen en ese lugar”.
Entre los peregrinos famosos que llegaron hasta ese lugar está el rey
Luis XIV, quien le agradeció el don de su nacimiento.
En la actualidad, muchas personas peregrinan para pedir el don de un
hijo o para agradecer haber recibido alguna gracia. Las embarazadas también
visitan este lugar para agradecer el don de la vida.
POR WALTER SÁNCHEZ
SILVA | ACI Prensa
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