Recientemente, el Obispo de San Sebastián (España), Mons. José Ignacio Munilla Aguirre, reflexionó en torno a las enseñanzas de la vida de Jesús en Nazaret y afirmó que es “en la vida ordinaria donde acontece nuestra salvación”
Desde el 2016, Mons. Munilla Aguirre difunde contenido para la formación
de los fieles en la fe a través de su canal de YouTube “En
Ti Confío”. Una de las secciones se titula “Compendio
del Catecismo”.
En su video
del 19 de diciembre, el Prelado reflexiona sobre la pregunta “¿Qué nos enseña la vida oculta de Jesús de Nazaret?”,
contenida en el punto número 104 del Catecismo de la Iglesia Católica.
“Durante la vida oculta en Nazaret, Jesús permanece
en el silencio de una existencia ordinaria. Nos permite así entrar en comunión
con Él en la santidad de la vida cotidiana, hecha de oración, sencillez,
trabajo y amor familiar. La sumisión a María y a José, su padre legal, es
imagen de la obediencia filial de Jesús al Padre. María y José, con su fe,
acogen el misterio de Jesús, aunque no siempre lo comprendan”, señala el Catecismo.
Mons. Munilla explicó que “por vida oculta
de Jesús entendemos esos 30 años que Jesús permaneció en Nazaret viviendo con
María y con José”.
“No sabemos cuántos años tendría Jesús cuando
falleció su padre José. Tal vez sería el fallecimiento de José el detonante del
inicio de la vida pública, no lo sabemos. Pero, hay grandes enseñanzas en la
vida oculta de Jesús en Nazaret”, precisó.
El Prelado recordó la homilía de San Pablo XVI cuando visitó
Tierra Santa en 1964. Señaló que el Santo Padre visitó Nazaret para consagrar “la Basílica de la Anunciación de Nazaret, que es la
basílica más grande de la Iglesia Católica en Tierra Santa”, y pronunció
unas palabras sobre la vida oculta de Jesús que están contenidas en el
Catecismo Mayor de la Iglesia Católica.
En su mensaje, el Sumo Pontífice recordó principalmente el valor del
silencio, la vida familiar y el trabajo humano que Jesús enseñó junto a María y
José durante su vida en Nazaret.
“Nazaret es la escuela donde se comienza a entender
la vida de Jesús, la escuela del Evangelio, una lección de silencio ante todo.
Que nazca en nosotros la estima del silencio, esta condición del espíritu
estimable e inestimable, una lección de vida familiar”, dijo el Papa Pablo VI.
“Que Nazaret nos enseñe lo que es la familia, su
comunión de amor, su austera y sencilla belleza, su carácter sagrado e
inviolable, una lección de trabajo, Nazaret, ¡Oh casa del Hijo del carpintero!,
aquí es donde querríamos comprender y celebrar la ley severa y redentora del
trabajo humano. Cómo querríamos, en fin, saludar aquí a todos los trabajadores
del mundo entero y enseñarles su gran modelo, su hermano divino”, agregó.
Mons. Munilla explicó que “San Pablo XVI quiso decir que en Nazaret hay
grandes lecciones. Es la lección de la vida ordinaria. Jesús también salvó al
mundo en la vida ordinaria, fuera de los ojos del mundo, fuera de cámaras. No
está recogido en los evangelios cómo era el día a día de Jesús en la vida de
Nazaret. En la vida ordinaria acontece nuestra salvación”.
El Prelado advirtió que “somos muy dados a
buscar lo extraordinario, a pensar que nuestra vida se juega en las
circunstancias extraordinarias, esas que son comentadas, esas que después te
preguntan: ‘¿Cómo ha sido?, ¿qué te ha acontecido?”.
Sin embargo, subrayó que es “en lo ordinario
de la vida” donde “acontece lo sustancial,
lo principal. En la vida familiar vivida intensamente. Allí donde amamos y
somos amados, donde aprendemos a servir, a olvidarnos de nosotros mismos. A ser
felices haciendo felices a los demás”.
En esa línea, recordó que es “en esa
carpintería de Nazaret” donde también se dignifica el trabajo. “El hijo de Dios
trabaja con José, el carpintero, y es el Hijo del carpintero el que está dignificando
el trabajo. El trabajo que nació siendo como fruto del pecado original, un
castigo, pasa de ser un castigo a ser una vocación cuando Jesús vive el trabajo
y lo redime, lo dignifica”.
El Prelado también destacó “el valor del
silencio” en el mensaje de San Pablo VI. “Jesús
permaneció en silencio 30 años […] en esta homilía se está imaginando cómo
sería la intimidad de Jesús en la vida familiar. Además de expresarse con plena
confianza con su padre y con su madre, trato de absoluta normalidad, […] también
viviría los momentos de silencio, propios de aquellos que necesitaba tener para
hablar con su Padre Dios”, dijo.
El Obispo de San Sebastián dijo que “el bien
no hace ruido” y “el ruido no hace bien” y
como ejemplo recordó que al visitar la “gruta entrañable
de Nazaret en aquella Basílica de la Anunciación, allí también está cómo
viviendo ese misterio del silencio de Nazaret”.
“El silencio nos está enseñando que es un lugar en
el que Dios se manifiesta no de una manera ruidosa, no de una manera espectacular.
Pero, silenciosamente, Dios está actuando en nosotros y quizás también es una
invitación a que aprendamos a vivir en un silencio interior que se convierte en
diálogo con Dios Padre, como Jesús vivía allí”, agregó.
Finalmente, Mons. Munilla recordó el Evangelio y dijo que Jesús fue
ejemplo de obediencia en su familia y que si bien María y José no entendieron
todo lo que acontecía, lo guardaban en el corazón.
“María y José, posiblemente se percatarían de
muchas cosas que en ese Niño enviado por Dios a su familia estaban aconteciendo
en esa vida oculta. Otras muchas [cosas] quizás no las entendían plenamente,
pero aún así las guardaban y las meditaban en su corazón”, dijo.
“Ellos bajaron a Jerusalén, Jesús vivía sometido a
la obediencia. La vida oculta de Jesús de Nazaret es una vida de sometimiento
en obediencia a José y a María […] José y María no lo entendían todo, pero lo
guardaban en su corazón y lo meditaban y hacían de ello esa fuente de
comprensión de como son los caminos de Dios”,
concluyó.
Redacción ACI
Prensa
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