miércoles, 13 de enero de 2021

O TE PASAS O NO LLEGAS

 Es como una cantinela que servidor repite en cuanto tiene la posibilidad: “el que pretende quedar bien con todo el mundo acaba llevándose mal con todos”. Hay gente experta en nadar entre dos aguas. Lo malo es que al principio uno observa a ver por dónde, luego arruga el entrecejo y termina por concluir que ni a por una herencia.

El último ejemplo lo tenemos con la modificación del canon 230 § 1 según la cual ya no es imprescindible ser varón para recibir los ministerios laicales de lector y acólito. ¿Cuáles han sido las reacciones?

Para mucha gente ninguna. Son simples pasotas del derecho que van a misa, mantienen una relación con la Iglesia sin complicaciones y si lo cambian que lo cambien. Los católicos que en forma de caricatura podrían denominarse “conservadores” no están nada contentos. Entienden que esto no es otra cosa que un primer resquicio para ir colando poco a poco el sacerdocio femenino, y que como no se atreven a decirlo públicamente, lo van dejando caer con estos pequeños gestos. Y el caso es que oficialmente no se ha dicho nada. No se habla de sacramentos sino de una simple institución de ministerios. Es decir, del todo irreprochable. Pero… no huele bien.

Podría pensarse que los partidarios del sacerdocio de la mujer estarían contentos ante lo que podría interpretarse como un guiño del santo padre ante sus reivindicaciones. Parece que tampoco. Vale que mejor eso que nada, pero dicen que la cosa se queda muy corta y que echan en falta un gesto más profético y rompedor de su santidad.

La ambigüedad como forma de estar ante la gente nunca fue cosa buena. Acordémonos de lo que pasó con Amoris laetitia y la cuestión que más tinta ha derramado como es si los divorciados vueltos a casar pueden tener acceso a los sacramentos. Lo más seguro es que quién sabe y que depende de alguna dependencia. Las dubia pretendiendo clarificar las tremendas oscuridades siguen en la dubia.

Podríamos seguir con otras cuestiones. Por ejemplo, todo lo concerniente a la consideración de la homosexualidad desde la antropología y de las prácticas homosexuales según la tradición y la moral cristianas. O tal vez el problema de la comunión eucarística a no católicos. La impresión de un nadar constantemente entre dos aguas no nos abandona. El caso es que nadie puede decir que se esté legitimando cosa alguna contra el magisterio, y a la vez se consienten voces, algunas muy autorizadas, que expresan públicamente lo contario.

Mal negocio que unos y otros estén molestos. Juego no menos vil que las siete y media según escribió don Pedro Muñoz Seca en “La venganza de don Mendo”:

…Y un juego vil que no hay que jugarlo a ciegas, pues juegas cien veces, mil, y de las mil, ves febril

Que o te pasas o no llegas.

Y el no llegar da dolor, pues indica que mal tasas y eres del otro deudor.

Mas ¡ay de ti si te pasas!

¡Si te pasas es peor!  

Pues eso. Que o te pasas o no llegas. Nadie contento. Mal negocio.

Jorge Gonzalez

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