El Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida
señaló que la soledad es también una enfermedad que hace vulnerables a los
ancianos al coronavirus, y llamó a poner todos los medios para acompañar a las
personas en abandono, porque “las personas mayores son el presente y el mañana
de la Iglesia”.
En un comunicado, el dicasterio señaló que esta “tempestad
inesperada y furiosa” que es la pandemia del coronavirus ha mostrado al
mundo que todos están en la misma barca, donde también se encuentran las
personas mayores, que “como todos, son frágiles y
están desorientadas”.
“A ellas se dirige hoy nuestro pensamiento de
preocupación y agradecimiento, para restituir, al menos un poco, aquella
ternura con la cual cada uno de nosotros ha sido acompañando en la vida y para
que alcance a cada una de ellas la caricia materna de la Iglesia”, expresó.
Según indica la Organización Mundial de la Salud (OMS), Italia cuenta
con más de 132 mil casos de coronavirus y más de 16 mil muertes por esta
enfermedad.
“Más del 80% de las personas que han perdido la
vida tenían más de 70 años”, subrayó el dicasterio.
Además, agregó que, según indican los hallazgos científicos, la
fragilidad de las personas mayores, que los hace más vulnerables al virus, se
debe a una o más patologías previas, que en muchos casos puede ser la soledad.
El dicasterio indicó que este hecho se refleja en las muertes, “en proporciones y formas terribles” de personas
que viven “en condiciones de soledad en verdad
desgastantes y deprimentes”, lejos de sus casas y familias.
Por ello, la institución indicó que, en este escenario que golpea a las
personas más vulnerables, los fieles están llamados a tomar una “responsabilidad común”, respondiendo al “valor inestimable de cada vida humana y por la gratitud
hacia nuestro papás y abuelos”.
“La gravedad del momento nos llama a todos a hacer
algo más. Individualmente o como Iglesias locales, podemos hacer mucho por las
personas mayores: orar por ellas, curar la enfermedad de la soledad, activar
redes de solidaridad, y mucho más”, animó.
Asimismo, señaló que esta necesidad de acción no es un tema secundario,
sino repercute en el futuro de las comunidades eclesiales y de la sociedad,
porque como señala el Papa Francisco, “las personas
mayores son el presente y el mañana de la Iglesia”.
Finalmente, recordó a las mujeres que esperaron al costado del sepulcro “para hacerse cargo del cuerpo de Jesús”, y pidió
que, al igual que ellas, los fieles puedan actuar a pesar del miedo, orando por
las personas mayores y actuando para que no estén solos.
“No dejemos solas a las personas mayores, porque en
la soledad el coronavirus cobra más vidas”, concluyó.
Redacción ACI Prensa
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