“Si yo ignoro a los pobres, el Señor me ignorará en
el día del juicio”. El Papa Francisco se expresó así en la Misa celebrada este
lunes 6 de abril en la Casa Santa Marta.
El Santo Padre llamó la atención sobre el problema de la pobreza en las
sociedades de hoy, un problema mayor del que se evidencia a simple vista, ya
que la mayor parte de los pobres son pobres escondidos.
“Están los pobres que vemos, que son una parte
mínima. La mayor parte de los pobres son aquellos que no vemos: pobres
escondidos. Y nosotros no los vemos porque entramos en esa cultura de la
indiferencia que es negacionista, y negamos: ‘No, no hay tantos, no se ven. Sí,
está ese caso…’, disminuyendo siempre la realidad d ellos pobres. Pero hay
muchos”, señaló el Pontífice.
Francisco lamentó que “incluso, aunque no
entremos en esta cultura de la indiferencia, hay una costumbre de ver a los
pobres como ornamentos de una ciudad: ‘Sí, ahí están, como las estatuas. Sí,
los hay, se ven. Sí, aquella anciana que pide limosna, aquel otros… Pero como
si fuese algo normal. Tener pobres forma parte de la ornamentación de la
ciudad”.
Sin embargo, “la mayor parte son pobres
víctimas de las políticas económicas, de las políticas financieras. Algunas
estadísticas recientes lo resumen así: Hay mucho dinero en manos de unos pocos
y mucha pobreza en manos de muchos”.
“Esa es la pobreza de tanta gente víctimas de la
injusticia estructural de la economía mundial. Y hay muchos pobres que experimentan
vergüenza de hacer ver que no llegan a fin de mes, tantos pobres de clase media
que van a escondidas a Cáritas, y a escondidas piden y experimentan vergüenza.
Los pobres son muchos más que los ricos”.
El Papa Francisco subrayó que “lo que decía
Jesús es cierto: ‘Los pobres siembre los tendréis con vosotros’. Pero, ¿yo los
veo? ¿Me doy cuenta de esa realidad? Sobre todo, de la realidad escondida, de
aquellos que sienten vergüenza de decir que no llegan a final de mes”.
Para explicarlo, recurrió a una anécdota personal: “Recuerdo que en Buenos Aires me habían dicho que el
edificio de una fábrica abandonada, vacía desde hacía años, estaba habitada por
una quincena de familias que habían llegado en los últimos meses. Y yo fui
allí”.
“Eran familias con niños y cada una se había
quedado con una parte de la fábrica abandonada para vivir. Y mirando, vi que
cada familia tenía buenos muebles, muebles de gente de clase media, tenían
televisión, pero habían ido a vivir allí porque no podían pagar un alquiler”.
Ese ejemplo muestra la realidad de “los
nuevos pobres que deben dejar su casa porque no pueden pagarla, va allí. Es esa
injusticia de las organizaciones económicas y financieras la que los lleva
allí. Y hay muchos, muchos, hasta el punto de que los veremos en el juicio”.
“La primera pregunta que nos hará Jesús es: ‘¿Qué
has hecho con los pobres? ¿Les has dado de comer? Cuándo estaban en la cárcel,
¿los has visitado? En el hospital, ¿los has visto? ¿Has asistido a la viuda, al
huérfano? Porque allí estaba yo’”.
“Y sobre eso seremos juzgados. No seremos juzgados
por el lujo o los viajes que hagamos, o por la importancia social que tengamos.
Seremos juzgados por nuestra relación con los pobres. Pero si yo, hoy, ignoro a
los pobres, les dejo de lado, creo que no existen, el Señor me ignorará en el
día del juicio”.
El Papa Francisco finalizó su homilía señalando que “cuando Jesús dice: ‘A los pobres siempre los tendréis
con vosotros’, quiere decir: ‘Yo siempre estaré con vosotros en los pobres. Estaré
presente allí’. Y esto no es ser comunista, esto es el centro del Evangelio:
nosotros seremos juzgados por esto”.
Redacción ACI Prensa
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