El pasado mes de
marzo, cuando Nueva York inició la cuarentena, los emisarios de un grupo
religioso llamado Happy Science se presentaron
en Times Square para proclamar su peculiar evangelio del fin de los días. Según
explica Sam Kestenbaum en The New York Times International Weekly,
llevaban fajas rituales de color dorado y se acurrucaban en semicírculo.
“Parece que se acerca el día del Juicio Final”, decía un joven
ministro. “Pero
el salvador más grandioso, nuestro maestro, está aquí en la tierra”. Uno o dos transeúntes se quedaron mirando la
sombría escena. Sin embargo, la mayoría de las pocas personas que estaban en la
calle pasaban rápidamente. Nada de esto fue tan aleatorio como parecía.
Happy Science es una empresa
enorme y poderosa que dice tener millones de
adherentes y decenas de
miles de sedes con misioneros en todo el mundo. Se caracterizan por su
discreción, además de tener una actitud hostil hacia los medios y han desarrollado una estructura en torno a
un sistema de membresía escalonado y de pago por progreso, y a veces se les
define como la respuesta de Tokyo a la Cienciología. “Para muchos”, escribió
el Japan Times en 2009, “Happy Science huele sospechosamente a secta”.
VACUNAS ESPIRITUALES
CONTRA EL COVID19
La pandemia de coronavirus ha
demostrado ser un vehículo perfecto para los temas apocalípticos y las
doctrinas esotéricas. Los múltiples textos de ese movimiento están llenos
de ovnis, continentes perdidos y guerras demoníacas; y ahora detallan los orígenes sobrenaturales y extraterrestres del virus.
Además de los nuevos DVD, CD y
libros a la venta, Happy Science ofrece “vacunas
espirituales” (por una
tarifa, los fieles pueden ser bendecidos con una oración
ritual para prevenir y curar la enfermedad).
En Times Square, el ministro concluyó su discurso con un encantamiento
especial. Levantó los brazos y los agitó de un lado a otro, gritando mientras
avanzaba. Su rebaño vitoreaba mientras agitaban pancartas caseras. En una se
leía: “¡Happy
Science sabe la verdad!”.
SU LÍDER, PROCEDENTE
DE VENUS
La estrella en el centro del
universo de Happy Science es un ex corredor de Wall Street llamado Ryuho Okawa, cuyos seguidores, increíblemente, lo consideran la
encarnación de un ser supremo proveniente de Venus. Además, también afirma que canaliza los espíritus de cientos de personajes, vivos y muertos, como
Freddie Mercury, Barack Obama y Steve Jobs.
Okawa casi nunca hace apariciones ante los medios y, a través de
asistentes, rechazó las solicitudes para ser entrevistado.
Antes de su extravagante
reinvención, Okawa nació como Takashi Nakagawa en 1956, en la isla sureña de
Shikoku en Japón. Durante las décadas de la posguerra, Japón experimentó el
auge de nuevas y novedosas formas de religión que
combinaban textos de la Nueva Era con antiguas tradiciones japonesas. En
ese período de búsqueda espiritual, Okawa llegó la mayoría de edad.
Asistió a la Universidad de
Tokyo y parecía estar listo para convertirse en un hombre de negocios. A
principios de la década de los 80 comenzó a trabajar en una de las firmas comerciales
más grandes del país y dijo que pasó un año trabajando en sus oficinas de
Manhattan.
DE SER UN ELEGIDO… A
LA DIVINIDAD SUPREMA
Pero Okawa comenzó a
interesarse por otra carrera. Por esa época, llegó a creer que
estaba en contacto con sabios del pasado como Buda y Jesús. Ellos le dijeron
que había sido elegido para redimir espiritualmente un mundo que se había ido a
la ruina. ¿Quién era él para decir que
no? “Depende de mí”, escribió más tarde, “reunir a todos los pueblos del mundo en esta nueva fe”.
Okawa regresó a Tokyo, donde
aprovechó la floreciente escena metafísica de la ciudad y comenzó a ganar
seguidores. Aprovechando la ansiedad económica de principios de la década de
los 90, publicó varios libros con títulos como Las
terribles revelaciones de Nostradamus y Las
grandes advertencias de Alá.
Los libros fueron grandes
éxitos. Y, a medida que tenía más influencia, sus historias se volvieron cada
vez más deslumbrantes. Al principio, Okawa sólo era un canal para
los espíritus remotos. Luego se convirtió en Buda reencarnado. Finalmente se proclamó como la deidad suprema de este
mundo. Y, de manera
notable, sus seguidores estuvieron de acuerdo.
LIBROS, PELÍCULAS,
ESCUELAS Y POLÍTICA
Pero, no muy lejos de la
superficie, siempre hubo un lado oscuro. A mediados de los 90, la rivalidad de
Happy Science con otro grupo del fin del mundo, llamado Aum Shinrikyo (Verdad
Suprema), se recrudeció. Verdad Suprema trató de
asesinar a Okawa y luego
lanzó un ataque en el metro de Tokyo con gas
sarín, lo que causó trece muertes y dejó heridas a miles de personas.
Aunque otros mesías
emprendedores comenzaron a caer, Okawa persistió. Happy Science ha abierto escuelas privadas en Japón, y en 2009 incursionó en la política con una plataforma de derecha que ha tenido un éxito limitado en las
elecciones locales.
Okawa ha continuado
produciendo libros, que ahora suman más de dos mil títulos,
la mayoría son transcripciones de conferencias. Una división de películas también
desarrolla largometrajes de anime.
UNA SECTA
CONTROVERTIDA
Mientras tanto, Happy Science
ha dejado a muchos miembros descontentos. Sus opositores acusan al grupo de
forjar un sistema que equivale a un esquema piramidal.
Para mayor vergüenza de Okawa, su propio hijo Hiroshi (que en algún momento
era visto como su sucesor) ahora es uno de los críticos más duros de Happy
Science.
En un mensaje, Hiroshi Okawa
dijo sobre su padre: “Afirma haber recibido los ‘mensajes de Dios’, pero les miente a sus
seguidores de manera implacable”. Y
añadió: “Creo que lo que mi padre hace es una completa tontería”.
Las afirmaciones de Happy
Science acerca de que tiene 11 millones de miembros también parecen poco
probables. Cuando la primera esposa de Okawa, Kyoko, dejó el grupo en 2011,
estimó que la membresía real era de 30.000. Por su parte, Okawa ha declarado que esos miembros de su familia son demoníacos. Desde
entonces se volvió a casar.
EXPANSIÓN EN EE.UU.
Debido a los problemas que
enfrentan en casa, los adeptos de Happy Science han puesto su mirada en Estados
Unidos, donde han tenido una recepción
positiva, pero modesta. En 2008,
Happy Science compró una casa en Manhattan y, después de renovarla, instaló
allí su sede en Norteamérica, al trasladar sus operaciones desde una pequeña
oficina que estaba ubicada en Nueva Jersey. Para la gran inauguración, Okawa
voló con su séquito y celebró una conferencia inaugural que llenó el santuario y
desbordó una sala.
El edificio está en un sombrío
callejón de Tribeca y su ubicación, entre los cafés de expreso y las tiendas de
ropa de diseñadores, genera cierta incongruencia. Los videos de las
conferencias de Okawa se reproducen en una pantalla grande que da a la calle.
Una tarde antes del cierre de
emergencia en Nueva York, Yushi Hagimoto, el ministro principal de la ciudad,
se sentó en el vestíbulo a ordenar los artículos del movimiento. Brillantes
amuletos y joyas estaban a la venta. Una estatua dorada de El Cantare, una deidad suprema cuyo rostro se inspira en el de Okawa, estaba en
el altar central.
SUS IDEAS
CONSPIRANOICAS SOBRE EL CORONAVIRUS
Según Happy Science, el virus fue creado como un arma biológica por el gobierno chino en Wuhan
y luego, fue propagado por un ovni para castigar a los comunistas por sus
maneras impías. Y se ha extendido a otras tierras que carecen de
la verdadera fe.
Este material se publicó
rápidamente en tres folletos en japonés y ahora se ha traducido al inglés
como Spiritual Reading of Novel Coronavirus
Infection Originated in China (lectura
espiritual de la nueva infección por coronavirus originada en China).
Pero hay esperanza para los
fieles, dicen los adeptos. Junto con la serie de libros, ahora venden los DVD y
los CD con temas de coronavirus de conferencias de Okawa; el sonido de su voz está destinado a mantener el poder de la estimulación
inmunológica.
Okawa también presentó el
texto sagrado de un nuevo ritual destinado a
curar milagrosamente la enfermedad. Se
realiza de manera privada en los templos, a cambio de donaciones. Los anuncios japoneses enumeran los
precios de las bendiciones relacionadas con el virus, que inician en 100
dólares y llegan a costar más de 400 dólares.
Numerosos miembros de la
congregación de Tribeca han solicitado la oración del coronavirus. “Es increíble”, dijo
Hagimoto. “Estamos
viendo cómo las personas se curan”.
Secretaría RIES
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