El Cardenal Muang Bo, presidente de la federación
de conferencias episcopales asiáticas, afirmó que el gobierno comunista de
China le debe una disculpa y una compensación a quienes están sufriendo a causa
de la pandemia del coronavirus, especialmente en los países pobres.
“El régimen chino, liderado por el todopoderoso Xi
Jinping y el PCC (Partido Comunista de China) –no su gente– deben una disculpa
y una compensación por toda la destrucción que ha causado el coronavirus”, escribió el también Arzobispo de Yangon (Myanmar) en un artículo
publicado el 2 de abril en UCANews.
“China es un país con una gran y antigua
civilización que ha contribuido mucho al mundo a través de la historia, pero su
régimen es responsable, con su negligencia criminal y represión, por la
pandemia que está barriendo nuestras calles hoy”, dijo el Purpurado.
“Permítanme ser claro: el PCC es el responsable, no
el pueblo de China, y nadie debe responder a esta crisis con odio hacia los chinos.
De hecho, el pueblo chino es la primera víctima de este virus y han sido las
primeras víctimas de este régimen. Ellos merecen nuestra simpatía, nuestra
solidaridad y nuestro apoyo. Son la represión, las mentiras y la corrupción del
PCC los responsables”, indicó.
El Cardenal mencionó luego un claro ejemplo de personas que fueron
silenciadas por el Partido Comunista Chino.
“Los médicos que trataron de dar la voz de alarma
–como el Dr. Li Wenliang en el Wuhan Central Hospital, que lanzó la advertencia
a sus compañeros médicos el 30 de diciembre– recibieron la orden de la policía
de ‘dejar de hacer comentarios falsos’. El Dr. Li, oftalmólogo de 34 años, fue
acusado de ‘difundir rumores’ y fue obligado por la policía a firmar una
confesión. Luego murió a causa del coronavirus”, denunció el Purpurado.
Una de las críticas al régimen chino se refiere a la falta de
información para la comunidad internacional sobre el coronavirus. El 1 de
abril, el sitio web Bloomberg informó que la inteligencia de Estados Unidos
descubrió evidencia sobre la desinformación de China sobre casos y muertes por
coronavirus.
Esta manera de proceder del gobierno chino, lamentó el Cardenal Bo, ha
contribuido a la expansión de la enfermedad, especialmente en los países pobres
como el suyo.
“En mi país, Myanmar, somos muy vulnerables.
Tenemos frontera con China, donde comenzó el COVID19, y somos una nación sin
los recursos sociales ni médicos que sí poseen los países desarrollados”.
El Cardenal recordó que “los sistemas de
salud en la mayoría de los países desarrollados están saturados. Así que
imaginen los peligros en un país pobre y conflictuado como Myanmar”.
Diversos expertos en todo el mundo han alertado sobre las graves
consecuencias económicas de la pandemia del coronavirus, como el crecimiento
del desempleo.
El primer caso de la enfermedad se registró en Wuhan, en la provincia
china de Hebei en diciembre de 2019. Ahora se ha esparcido por más de 200
países con más de un millón de casos y más de 50 mil fallecidos.
El Cardenal también pidió que China cancele las deudas que otros países
tienen con ella, para así poder cubrir los costos de la epidemia del
coronavirus.
Hace unos días el Cardenal filipino Luis Antonio Tagle, prefecto de la
Congregación para la Evangelización de los Pueblos, pidió que los países ricos
perdonen las deudas de los países pobres, que luchan por financiar una
respuesta al coronavirus.
El Purpurado dijo que el dinero que los gobiernos gastan en militares y
seguridad podría destinarse a mascarillas y ventiladores para hacer frente a la
epidemia.
El Cardenal Bo señaló que existe una fuerte preocupación de que las
estadísticas oficiales del régimen chino minimicen la escala de infección
dentro del mismo país y, posteriormente, intenten acusar a otros países de
haber generado la pandemia.
“Las mentiras y la propaganda han puesto en peligro
millones de vidas en todo el mundo”, escribió
el Purpurado.
El Cardenal Bo también denunció la persecución religiosa emprendida en
los últimos años por el gobierno chino y lamentó que “Hong
Kong, una de las ciudades más abiertas de Asia, haya visto sus libertades, los
derechos humanos y la aplicación de la ley dramáticamente erosionados”.
“Los cristianos creemos en las palabras del apóstol
Pablo cuando dice que ‘la verdad os hará libres’. La verdad y la libertad son
dos pilares mellizos sobre los que nuestras naciones deben construir cimientos
más seguros y fuertes”, concluyó.
Traducido y adaptado por Walter
Sánchez Silva. Publicado originalmente en CNA
Redacción ACI Prensa
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