Estaba
en el programa de la coalición gobernante
En medio de la
crisis por la epidemia del coronavirus, ayer el Parlamento de Nueva Zelanda
aprobó la legalización del aborto a petición de la mujer hasta las 20 semanas
de embarazo y, bajo pocas condiciones más, hasta el momento del nacimiento.
(Agencias/ InfoCatólica) La reforma ha salido adelante
en tercera lectura por 68 votos a favor y 51 en contra, por lo que para su
entrada en vigor solo resta la firma de la gobernadora general, Patsy Reddy,
considerada un mero trámite.
A partir de ahora las mujeres
que quieran abortar en Nueva Zelanda no tendrán que argumentar ninguna razón
para hacerlo. Tendrán libertad plena hasta la semana 20 para decidir sobre si quieren continuar con el
embarazo o no.
Una vez pasadas esas 20
semanas, el aborto también será posible, si dan luz verde dos médicos. La reforma establece unas condiciones tan favorables para el
aborto que puede considerarse como la legislación más abortista del mundo
actualmente:
§ El aborto se
realizará a petición de la embarazada, en cualquier momento hasta el
nacimiento.
§ Se legaliza
también el aborto para seleccionar el sexo.
§ Se suprime el
límite actual de 20 semanas para el aborto por discapacidad detectada en el
feto, de modo que podrá abortarse hasta momento de nacer por causas como labio
leporino, pie zambo y síndrome Down.
§ No se requerirá
que un médico tenga que intervenir para que se facilite la realización de un
aborto
§ No se requerirá
legalmente que a los bebés que nazcan vivos después de un aborto «fallido» se
les faciliten cuidados médicos.
§ No se requerirá
legalmente que se alivie el dolor fetal que puedan padecer los bebés que sean
abortados entre las 20 semanas y el nacimiento.
§ No habrá
restricciones legales respecto a métodos controvertidos de aborto, como el
llamado «por nacimiento parcial».
Varias enmiendas en contra del
aborto para selección del sexo, en defensa de la objeción de conciencia y para
pedir el alivio del dolor de los bebés abortados fueron rechazadas.
El cambio supone una victoria para la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardem, del
partido laborista, que
actualmente gobierna en coalición con el partido NZ (nacionalista) y el partido
de los verdes.
La ley derogada de 1977
despenalizó el aborto cuando la salud física o mental de la madre pudiera verse
afectada por el embarazo. Aunque nunca se aplicaron las sanciones penales que
establecía la Ley, el Gobierno liderado por la actual primera ministra Jacinda
Ardem tuvo desde su asunción el objetivo de revocarla.
Ha tardado unos años en poder
cumplir su promesa, que supone un empujón para su coalición de centro-izquierda
de cara a las próximas elecciones de septiembre.








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