lunes, 8 de octubre de 2018

POR QUÉ EL MALIGNO CREE QUE LA VIRGEN MARÍA ES SU GRAN ENEMIGO


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A veces se piensa que la Virgen es Madre de Dios y Nuestra Madre, y que con eso se acabó Su papel. Y al parecer nos olvidamos que la lucha es entre cielo y el infierno. Entre Dios y el demonio. Si bien el diablo tiene sus armas para conquistar el mundo y conseguir la mayor cantidad de almas, el Omnipotente también.
Así que para ganar esta batalla Dios ha querido valerse de una mujer, la Inmaculada.
Y por ello muchos santos en la actualidad están trabajando desde el Cielo, y lo hicieron así en la Tierra, en este plan.

LA INMACULADA EN LA BIBLIA
El capítulo 12 de Apocalipsis se inicia con la aparición de una mujer vestida de sol con la luna bajo sus pies y coronada de doce estrellas. Este libro, escrito por San Juan, intenta sintetizar en unos pocos versos la situación de Cristo, la Iglesia, la Inmaculada versus el demonio, y compañía. Al leer esto muchos teólogos han interpretado a la Mujer como la Iglesia. Pues en el Antiguo Testamento se refiere al pueblo escogido por Dios, rodeado de doce estrellas, símbolo de las doce tribus de Israel. Pero así como se aplica a la Iglesia, también es aplicable a la Inmaculada. En Génesis 3: 15 habla de la mujer y su linaje, y que él te pisará la cabeza.
La mujer es Eva y quien aplasta la cabeza es Cristo, por lo que la mujer que da ese linaje es la Inmaculada.
En otras palabras la Virgen da a luz al Hijo que aplasta la cabeza de la serpiente. Esto se nota en el Nuevo Testamento, en las expresiones de Cristo: “Mujer aún no ha llegado mi hora”. “Mujer he ahí a tu hijo.” Así que para San Juan hablar de la Inmaculada es recordar las palabras de Cristo. La palabra Mujer se convierte en el mensaje de una profecía. Si María no es la Mujer, Cristo tampoco sería “el que aplaste la cabeza de la serpiente”, por ello utiliza esa palabra. Esa mujer da a luz al niño que regirá con vara de hierro las naciones (Ap. 12: 5); ese niño es Cristo. Y aunque parezca más lógico mencionar sólo a la Iglesia, el capítulo observa claramente como la Inmaculada es Madre de la Iglesia.

EL DEMONIO SABE BIEN LA PROFECÍA
Para conocer más sobre el personaje es necesario ver cómo surge el enemigo, que es la bestia. Esta bestia es el demonio, que arrastró una parte de los ángeles del cielo. La insistencia del demonio es destruir lo que más puede hacerle perder la batalla. Así, Cristo lo dice en el Evangelio de San Mateo, los poderes del infierno no podrán contra ella. Es referencia de la Iglesia Universal, o como se le conoce católica, con sede en Roma y bajo el primado de Pedro.
Pero la bestia sabe que aparte de la Iglesia, la profecía también es aplicable a la Virgen.
Para ello basta oír a los numerosos exorcistas que explican como el demonio odia a la Virgen.
La Inmaculada es el instrumento que Dios ha dejado, para llevarnos a Él.
Por eso cuando ya no puede con Ella se enoja y se enfurece. El ataque a la Iglesia es rotundo cuando la bestia lo hace, pero goza más en trabajar en destruir a la Inmaculada. Si al demonio le preguntara por qué odia tanto a la Virgen y en particular cual es el momento que más detesta dirá que es la Inmaculada Concepción y el nacimiento de Ella.

DESDE EL DIALOGO DE UN EXORCISTA
En la página de Foros de la Virgen está completo este exorcismo:
Compartimos el extracto que habla sobre la Iglesia y la Inmaculada:
“Exorcista: (rezando la Letanía de los Santos) Señor, ten piedad de nosotros… Cristo, ten piedad de nosotros… Señor, ten piedad de nosotros.
Demonio: (con una voz gruñona y burlona) No hay piedad para ustedes. Son como nosotros. Rebeldes, desobedientes, ¡pecadoressss!
Exorcista: Santa María, ruega por nosotros.
Demonio: (con la cara endurecida) ¡No! ¡Para! ¡No llames a esa mujer!
Exorcista: San Miguel… San Gabriel … San Rafael …
Demonio: (en un tono muy furioso) ¡Yo era más glorioso que ellos! ¡Aaaaahhhhh! ¡Llámame y te responderé!
Exorcista: (invocando a cada uno de los santos de la letanía) San José… San Agustín… Santo Domingo…
Demonio: (respondiendo a la letanía con ira) ¡Pecadores!¡Pecadores! ¡Pecadores todos ellos!
Exorcista: De todo mal, líbranos, oh Señor… De todo pecado…
Demonio: (en tono de burla) ¿Le pides a Dios que te libre del mal y del pecado? Amas el pecado. Es por eso que estamos aquí contigo.
El pecado los destruirá a todos. En unos años, el mundo entero será nuestro gracias a ustedes. La Oscuridad los cubrirá a todos.
(Riendo con desprecio) ¿No lo ves y lo experimentas? Ya está aquí.
Exorcista: Que gobiernes y preserves Tu santa Iglesia, te lo pedimos Señor, escúchanos…
Demonio: ¡La destruiré!
Exorcista: Que humilles a los enemigos de la Santa Iglesia, te lo pedimos Señor, escúchanos….
Demonio: Ustedes son los enemigos de ella. Estos sacerdotes y religiosos que la sirven.
(Luego comenzó a reírse con desprecio) Todos son infieles.
Ellos nos invitan incluso a sus propias casas con las cosas que hacen y practican. Los destruiremos a todos desde el interior. (Luego mirando con furia a una religiosa que estaba asistiendo) Sí, hermana, tu congregación no tiene nada de la santidad de tu padre (menciona el nombre de un gran santo en el que se inspira la congregación). Te destruiremos pronto. Ya estamos adentro. (…)”
Aquí se observa como el demonio le teme a la Inmaculada, mientras tiene la certeza que destruirá a la Iglesia.
Usa todos los medios posibles para atacar a la Iglesia y la ha fragmentado. Parecería que le es fácil y no se ha esforzado mucho. Por eso el Corazón de Jesús se apareció en Guatemala para recordar esa tristeza que tiene con sus dolores internos.

EL ESFUERZO DEL DEMONIO POR DESVIAR LAS DEVOCIONES MARIANAS
Pero en lo que el diablo tiene que esforzarse mucho es por destruir a la Inmaculada.
Así como logra convencer a sacerdotes, monjas, laicos etc., para pecar, también convence, para que utilizando cualquier advocación mariana, menos la Inmaculada, pueda destruirla. ¿De qué manera se vale de Ella? Utilizando imágenes de la Virgen de Guadalupe, para crear sectas o rituales mágicos, por ejemplo. Para hacer parecer que la organización es buena. Y en supuestas apariciones para dividir. En fin, a la Inmaculada no le gustará esto, ni está de acuerdo, pero el mal se vale de todo. En 1871, Justo Rufino Barrios estaba persiguiendo la Iglesia Católica en Guatemala. Para aparentar que sus ataques no eran a la Iglesia en sí, sino sólo a ciertos sectores que él consideraba perversos, se hizo cofrade de la Virgen del Rosario, se hincaba frente al Santísimo en presencia de embajadores, etc. Ojala la Virgen haya logrado salvarlo en el momento de la muerte. Sin embargo es obvio que muchos católicos no actuaron para defender la Iglesia creyendo en el gobierno. Se puede repetir la historia con Mons. Rossell y Arellano en Guatemala, y la persecución que tuvo la Iglesia. Aún hoy muchos que dicen ser católicos prefieren defender al gobierno que mató católicos, por el sólo hecho de pertenecer a la Iglesia.
El diablo, dividiendo la Iglesia desde dentro, utiliza cualquier forma para atacar a la Virgen.

EL DEMONIO SE LAMENTA QUE NO ABORTÓ A LA SANTÍSIMA VIRGEN
El siguiente fragmento del exorcismo que estamos citando demuestra el odio del demonio a la Toda Pura:
“La Hermana Asistente: Comenzó a cantar Dios te salve María, llena de gracia… y todos se le unieron.
Demonio: ¡Basta! ¡Paren! ¡Paren! ¡Ella es solo una mujer! ¡Malditos!
La Hemana y todos le siguen: … ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte…
Demonio: (gruñendo) ¡Esa mujer nunca deja de orar por ustedes!
Exorcista: (instruyendo a la Hermana y a los demás a cantar la Salve Regina en latín)
Demonio: ¡Tu reina no es una reina para nosotros! ¡Pero Él la hizo verdaderamente la reina! ¡Maldita sea! ¡Maldita sea! ¡Ella destruyó todo!
Exorcista: (llama a todos a recitar el Credo de Nicea) Creo en Dios el Padre Todopoderoso… Creo en Jesucristo…
Demonio: (siseando y gritando improperios) ¡No hay salvación para ustedes!
Exorcista: (repitiendo esto una y otra vez el credo)
Demonio: (exasperado) ¡Nooooooooooo! ¿Por qué debería convertirse en hombre? ¿Por qué no ser como nosotros?
¡Él la eligió por encima de nosotros! ¡Él la eligió por encima de nosotros!
Exorcista: Él descendió del cielo. Y por el poder del Espíritu Santo, se encarnó de la Virgen María y se hizo hombre…
Demonio: (enfurecido) ¡La eligió! ¡Él la eligió para ser su madre!
Si hubiéramos sabido que sería ella, ¡la habríamos matado en el útero!”
Esa última frase, de que la hubiéramos matado en el útero, es más clara que cualquier otro relato. Por ello los santos insisten en la actualidad de acogerse en el manto protector de la Inmaculada, porque saben que como Madre no abandona. “La Inmaculada nunca falla” dice el venerable Padre Tomás Morales S.J., y por ello el demonio le enfurece.

LA CONSAGRACIÓN A LA INMACULADA
El demonio se viste de ángel de luz, y crea muchas cosas predicando otro Evangelio.
Quiere destruir a la Iglesia y la Inmaculada surge con su milicia.

“Ella te aplastará la cabeza” “Ella destruirá todas las herejías”

Esa milicia se puede observar en los santos enamorados de la Inmaculada. San Ezequiel Moreno, fue quién difundió la devoción a los Dolores Internos del Corazón de Jesús, y consagró y propagó a la Inmaculada Concepción. Pero también podemos mencionar a el Beato Duns Scotto, el gran defensor de la Inmaculada. San Ignacio de Loyola, que llevaba en su bastón una figurilla de la Inmaculada, para propagar el amor a Ella. San Alonso Rodríguez, que dice que uno de los fundamentos de la Compañía de Jesús es defender a la Inmaculada. San Francisco Xavier que juraba la defensa de la Inmaculada y viajó por cada continente propagándola. El Beato Papa Pío IX, quien declara el dogma y corona a la Inmaculada, Patrona del Vaticano. San Pío X que renovó esa consagración a la Inmaculada. San Juan XXIII que recordó que la Inmaculada es la patrona. El beato Pablo VI, que pronto será proclamado santo, y que al concluir la Tercera Sesión del Concilio proclamó a María “Madre de la Iglesia”, es decir, “Madre de todo el pueblo de Dios, tanto de los fieles como de los pastores.” En 1966, en la Solemnidad de la Inmaculada y primer aniversario de la Clausura del Concilio, el mismo Papa celebró a María con el título de Madre de la Iglesia en la Basílica de San Pedro. San Juan Pablo II consagró la Iglesia Universal a la Inmaculada. Y el Papa Benedicto XVI pidió la protección de la Inmaculada. Tal vez el más popular de los santos en defenderla y propagarla es San Maximiliano KolbePero muchos otros santos, reyes y personajes han defendido esta devoción.

LAS ARMAS DE LA INMACULADA SON AQUELLAS QUE AYUDEN A SALVAR LAS ALMAS
Las armas son la Iglesia, la Eucaristía, los sacramentos.
Y a eso hay que sumar a los santos que creen, que para ganar corazones para el Corazón de Jesús, es necesario que se consagren a la Inmaculada. Pues si el demonio detesta mucho a la Inmaculada y huye tan fácil con su sola presencia, es lógico que el alma que se consagre a Ella establezca un nexo muy fuerte entre la Toda Pura y el fiel. Así el Padre Fortea lo afirma, y San Maximiliano Kolbe repite la necesidad de ganar el mundo para la Inmaculada. Por ello, la Virgen es siempre la misma, el arte la ha colocado con diferentes ropas, que Ella misma ha utilizado en sus advocaciones. Pero es Dios quien le dio ese privilegio: la hizo Inmaculada y la coronó en el Cielo como Emperatriz de todo lo creado. La mejor persona que pudo conocer a Jesús en este mundo es la Madre, y es Ella misma la que nos llevará de mejor forma a Él.
Conságrate pues a la Inmaculada, busca en tu parroquia y en otras iglesias aquellas organizaciones que te ayuden a esto.
Recordemos que San Maximiliano Kolbe dijo: “Existe mucho mal en el mundo, pero recordemos que la Inmaculada es más fuerte y aplastará la cabeza de la serpiente infernal”.

Fuentes:

Enrique Alfaro

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