CIUDAD DE MÉXICO, 13 Dic. 17 / 03:57 pm (ACI).-
Las Posadas son tradicionales celebraciones de México y Centroamérica con las
que se preparan los nueve días previos a la celebración de Navidad. En medio de
la secularización de estas fiestas, el Sistema Informativo de la Arquidiócesis
de México (SIAME) ha preparado una guía práctica para vivirlas de una forma
cristiana.
La guía del SIAME busca “hacer de las
Posadas un tiempo de preparación para recibir al niño Jesús como se merece”, y
no “una mera ocasión para bailar, romper piñata,
comer y beber sin medida, pero sobre todo, sin ningún beneficio espiritual”.
Para esto, el informativo de la Arquidiócesis de
México propone 6 pasos:
1. La bienvenida. Como indica el
SIAME, “es muy común que las Posadas se realicen en
diferentes lugares cada noche”, por lo que “los anfitriones de la casa
en turno deberán estar atentos a la llegada de los invitados, evitando
distraerse con preparativos de última hora”.
“Una buena recepción garantiza una mejor
convivencia entre los participantes, pues se sentirán acogidos”, señala.
2. La integración. “Mientras se ameniza la recepción de los invitados con
villancicos, la familia anfitriona puede repartir entre los asistentes
hojas-guía con las letras de los mismos, lo que provocará que los asistentes
comiencen a entonarlos y vayan perdiendo la timidez, creando así un ambiente de
integración”.
“Los villancicos son cantos que expresan la alegría
de la comunidad cristiana, que espera y reconoce el nacimiento de Jesucristo, y
como tales, es importante llenar el ambiente de ellos”, destaca el SIAME.
3. El rezo del Rosario. El informativo
mexicano señala que “orar con María durante estos
nueve días es la mejor forma de prepararnos para la Navidad” y advierte
que “para rezar el Rosario adecuadamente, primero
es necesario concientizar a los asistentes -principalmente a los adultos- que
esta práctica permite acompañar a los Peregrinos en su andar, pero también
constituye una oportunidad para pedirle a María su intercesión por la unidad de
la comunidad y de las familias presentes”.
4. La Letanía. Al concluir el
quinto misterio del Rosario, indica SIAME, “se
organiza una procesión con las imágenes de los Santos Peregrinos, mientras se
canta la Letanía, que es una serie de invocaciones que se hacen a la Virgen con
la finalidad de alabarla en sus distintas advocaciones y pedirle que interceda
por nosotros”.
“Con estas invocaciones, los participantes de la
procesión –portando velas encendidas o luces de bengala que representan la luz
de Cristo– acompañan a los Peregrinos en su caminar en busca de alojamiento”, explica.
Una sugerencia propuesta en la guía de la arquidiócesis de México es que
los Santos Peregrinos “sean cargados por niños
atendiendo a las palabras de Jesús: ‘Dejar que los niños se acerquen a mí’”.
5. La Petición de Posada. La guía
del SIAME propone que “al llegar a la casa donde se
habrá de pedir Posada, se sugiere que uno de los invitados lea una pequeña
reflexión catequética –previamente escrita– en torno al momento de preparación
que se vive y se hace una petición por alguna familia o sector específico de la
comunidad”.
“Concluida esta reflexión, se da paso a la petición
de Posada: dentro de la casa permanecen los anfitriones y fuera de ella los
demás participantes. Cada uno de los grupos cantan sus correspondientes versos,
al término de los cuales se abren las puertas de la casa para que ingresen los
Peregrinos. La alegría y el júbilo debe ser notorios porque una familia ha
abierto las puertas de su hogar a José y María”, señala.
6. La convivencia final. El SIAME
indica que “dentro de la casa, el anfitrión reparte
la comida (también puede ser de ‘traje’; es decir, que cada familia comparta
algo) y el tradicional ponche, al tiempo que se rompe la piñata y se entregan
los aguinaldos”.
“Este debe ser el momento adecuado para la
convivencia familiar y el espacio propicio para acabar con las diferencias,
envidias o rencores entre la comunidad con la finalidad de llegar con el
corazón limpio al encuentro de Nuestro Señor Jesucristo en Navidad”, aconseja.
“Mientras tanto, la imagen de María y José
permanecen durante esa noche en la casa que sirvió de Posada, desde donde
saldrán al día siguiente para llegar a su próxima morada”, finaliza el SIAME.
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